Por: Fernando Todd
Ayer desayuné con un querido amigo empresario y platicamos acerca de las dudas más frecuentes en las empresas familiares. ¿Qué es primero, la empresa o la familia? ¿Cómo gestionamos la tradición y la visión de futuro?
Estos cuestionamientos resumen lo complejo que es el liderazgo de una empresa familiar y, por ende, la belleza de este tipo de organizaciones, que constituyen la columna vertebral de nuestra economía, pues no sólo hacen significativas aportaciones al PIB y generan empleo en todas las regiones, sino que se erigen como bastiones de innovación, emprendimiento y cohesión social. Sin embargo, para navegar por las aguas turbulentas de la economía global, estas empresas enfrentan el desafío de adaptarse a la dinámica intergeneracional y escribir un proyecto futuro que responda a las necesidades del presente. Es hora, entonces, de encender las fogatas y reunirnos en torno a ellas para platicar sobre el pasado y el futuro.
Debemos de considerar al gobierno corporativo como el eje central para sustentar este futuro, partiendo de un protocolo familiar actualizado y ejecutable como el primer paso hacia una gestión eficaz. Este protocolo, más que un simple conjunto de reglas, es una declaración de intenciones que permite a las familias empresarias, con toda su riqueza intergeneracional, reescribir un proyecto común. Al enfocarnos en este aspecto, podemos entender mejor cómo las empresas familiares pueden ganar la agilidad necesaria para prosperar en estos tiempos.
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Un gobierno corporativo sólido y bien definido, arraigado en un protocolo familiar claro, proporciona la estructura necesaria para la toma de decisiones equilibrada, la gestión de conflictos y la planificación estratégica a largo plazo. Esto es especialmente relevante en el contexto de las empresas familiares mexicanas, donde la transición de liderazgo y propiedad de una generación a otra presenta desafíos únicos. La implementación de prácticas de gobierno corporativo aplicables, comenzando con un protocolo familiar, es fundamental para asegurar una transición suave del liderazgo, manteniendo la unidad familiar y la visión empresarial alineadas. Un gobierno corporativo que puedas implementar de manera clara, eficaz y eficiente.
La profesionalización de la empresa familiar, apoyada en este gobierno corporativo, permite adoptar mejores prácticas de gestión, incorporar talento externo en roles clave y establecer sistemas de gobernanza claros. Además, al planificar estratégicamente la sucesión patrimonial y directiva, las empresas pueden operar de forma más eficiente, tomar decisiones basadas en datos y criterios objetivos, y asegurar la continuidad del negocio a través de las generaciones.
La integración efectiva en las cadenas de valor globales, la adaptación a los principios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) y la superación de desafíos como la complejidad operativa se vuelven más accesibles con un marco de gobierno corporativo bien establecido. Mientras que la transformación digital es importante, enfocarse en el fortalecimiento del gobierno corporativo permite a las empresas familiares, no sólo asegurar su propia continuidad, sino contribuir significativamente al desarrollo económico y social del país.
La necesidad del gobierno corporativo y los protocolos familiares debe ser vista, no como una carga burocrática, sino como herramientas accesibles y flexibles, especialmente cruciales para las PYMES. En el dinámico día a día de estas empresas, donde la gestión operativa se come la posibilidad de plantear estrategias a mediano plazo, la clave está en implementar estructuras de gobernanza que promuevan la estrategia sin obstaculizar la operación. Esta orientación hacia un gobierno corporativo práctico y un protocolo familiar ágil y ejecutable, no sólo prepara a las empresas para sortear los desafíos de hoy, sino que las capacita para entender y prepararse para las oportunidades del mañana. La adaptabilidad y la agilidad, respaldadas por una gobernanza clara y efectiva, son fundamentales para asegurar que las empresas familiares mexicanas continúen siendo competitivas y relevantes en un entorno global que cambia rápidamente.
La elección entre priorizar la empresa o la familia, así como el equilibrio entre honrar la tradición y abrazar el futuro, son dilemas que cada familia empresaria debe resolver en su propio contexto. En la diversidad de estas familias y sus empresas radica su fuerza y también su complejidad. Cada una, con su particular conjunto de valores, aspiraciones y desafíos, debe trazar su propio camino hacia un futuro próspero. Lo que permanece claro es que el diálogo continuo, la planificación cuidadosa y el compromiso compartido hacia una visión común son indispensables. La travesía hacia encontrar esas respuestas es, en sí misma, un testimonio de la resiliencia, la innovación y el espíritu emprendedor que caracterizan al corazón empresarial de México.
Fernando Todd es CEO en Todd Empresas de Familia, SC
