El título de la actual colaboración tiene que ver con asemejar una actividad conocida y valorada por muchas personas, atletas de alto rendimiento. Hay dos características primordiales de los atletas de alto rendimiento: una es que se preparan para competir y ganar en justas de mayor nivel en sus respectivos deportes, como atletismo, fútbol, beisbol, tenis, y así cualquier disciplina. La segunda es que suelen dedicar una buena parte de su tiempo y energía a entrenarse física y mentalmente. Ese es el punto que quiero recalcar.
La inmensa mayoría de nosotros, no pertenecemos a ésa élite de desarrollar la actividad física a niveles sumamente altos, pero sí podemos ejercitar nuestra mente de una forma cada vez más adecuada. Para alcanzar niveles de alto rendimiento, es decir, que nos permita estar preparados para el manejo de nuestra vida de una forma competitiva.
Imagínese usted, aquella persona que se ha preparado cuatro años para unos Juegos Olímpicos en la modalidad de 200 metros planos, pasa los diferentes filtros de competencia, llega a la final, escucha el en sus “marcas, listos” y sale una micra de segundo antes que suena el disparo. Se oyen silbatos, detienen la partida por lo que se llama una salida en falso, hay confusión, y en eso, llega un árbitro con una tarjeta roja y elimina al competidor. ¡Es un golpe terrible! O aquella ocasión que el jugador de la selección nacional de Argentina, Martin Palermo, falló tres goles en el mismo partido, ¡sí, en el mismo partido! Se requiere mucha mentalización para levantarse de eso.
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Hay una frase que nos dice que es bueno esperar lo mejor y prepararnos para lo peor, no es ser fatalistas, es ser realistas, la vida trae buenas, malas y peores, trabajar con nuestros pensamientos, fortalecer la autoestima, conocer los recursos personales y cómo aplicarlos para la mejora, así como reconocer nuestras áreas débiles para trabajar con ellas y superarlas, es parte del entrenamiento. Por eso es que yo establezco que nuestros defectos y nuestras virtudes son herramientas para el bienestar, sólo si se saben gestionar adecuadamente.
Es muy bueno tener información técnica de la actividad que hace, por supuesto, es tremendamente necesario saber la forma más adecuada de administrar las finanzas, capacitarse en la gestión del capital humano, es hoy un elemento indispensable, bueno, pues así de importante y necesario es fortalecer la mente, para elevar la productividad personal.
A veces se cree que ser muy competitivo es querer ganarle en todo a otros, no se confundan, eso es competidor, es decir, alguien que sólo le importa destacar. Competitivo, es aquel individuo que está consciente de sus competencias (habilidades, talentos, recursos internos, capacidades, etc) y busca desarrollarlos. Aquí entra una pregunta que a veces hago en mis cursos: qué es más importante, ser el mejor o ser mejor. Revíselo, defínalo, y si a usted le interesa verdaderamente mejorar su calidad de vida, el camino está en preparase para asimilar los logros, los triunfos, así como para levantarse de los golpes y las fallas, es decir, tener una mentalidad de alto desempeño, después de todo, es cuestión de actitud.
*Humberto Guajardo, consultor organizacional en el área de las actitudes.
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