El conflicto en Medio Oriente, específicamente entre Israel y Hamás, se presenta como una variable de riesgo que podría tener un impacto significativo en la economía mexicana y su tasa de inflación.
El conflicto en Medio Oriente, como el que se desarrolla actualmente entre Israel y Hamás, tiene el potencial de generar una serie de efectos negativos en la economía mundial, incluyendo la de México. Uno de los principales canales a través de los cuales esto podría ocurrir es el aumento en los precios del petróleo.
México es un importante productor y exportador de petróleo, y su economía está vinculada estrechamente a los movimientos en el precio del crudo.
Cuando los precios del petróleo suben, esto tiende a elevar los costos de producción y, en última instancia, los precios al consumidor.
Esto, a su vez, contribuye a la inflación. Si el conflicto en Medio Oriente se prolonga o se intensifica, existe el riesgo de que los precios del petróleo continúen su escalada, lo que podría tener un impacto negativo en la economía mexicana y empeorar la inflación.
Omar Mejía, subgobernador de Banxico, ha señalado que el balance de riesgos para la inflación en México sigue inclinado al alza.
Esto significa que existen más riesgos de que la inflación aumente que de que disminuya. Aunque algunos aspectos han contribuido a esta perspectiva, el conflicto en Medio Oriente es una preocupación adicional.
En su decisión de política monetaria más reciente, el Banco de México elevó sus pronósticos de inflación.
Esto se debió a la materialización de algunos riesgos que se habían mencionado previamente, como el aumento de los precios de los servicios. La incertidumbre en torno a la evolución de los precios del petróleo debido al conflicto en Medio Oriente también se consideró en estos pronósticos.
Impacto en el Peso Mexicano y Estabilidad Macroeconómica
Si bien el peso mexicano ha experimentado cierta depreciación en un entorno de volatilidad, México ha mantenido una base sólida en sus fundamentos macroeconómicos. Además, las perspectivas sobre el nearshoring (reubicación de la producción cercana a Estados Unidos) y un flujo constante de remesas han brindado estabilidad al país.
La reciente alza en los precios del petróleo debido a la incertidumbre en Medio Oriente ha sido observada de cerca. A
pesar de que la trayectoria prevista para la inflación ya tenía en cuenta un aumento en los precios del petróleo, los eventos geopolíticos recientes podrían resultar en un incremento mayor de lo anticipado. Este aumento en los precios del petróleo podría ejercer presión adicional sobre la inflación en México.
Perspectivas para el Año 2024
Omar Mejía ha indicado que se espera que la economía continúe expandiéndose en 2024 debido a la resiliencia mostrada por el consumo y la inversión.
Sin embargo, esta expansión sería a un ritmo menor en comparación con el año actual, incluso considerando el impulso adicional derivado del gasto fiscal. Aunque se espera que la economía crezca, no hay garantía de que esto conduzca necesariamente a presiones inflacionarias.
En cuanto a la tasa de interés, actualmente en 11.25 por ciento, Mejía señala que la reducción de esta tasa se considerará una vez que se reúnan las condiciones adecuadas. La postura monetaria restrictiva deberá ser congruente con la convergencia de la inflación.
Es importante destacar que la tasa de interés de Banxico se determina considerando una amplia gama de factores económicos y financieros, más allá de la política monetaria de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos.
