Por Federico Díaz González, consejo consultivo Expo Guadalajara
En algún momento de nuestras vidas todos hemos sido turistas (locales o extranjeros). Lo que es importante resaltar es que esta actividad puede llevarse a cabo desde distintos enfoques, según nuestros propios gustos e intereses.
Hablemos del turismo gastronómico, esa actividad que destaca por explorar las opciones culinarias que ofrece un destino, debido a que la cocina revela una porción importante de la cultura de cualquier urbe.
Sin lugar a duda, para degustar una ciudad es necesario hacer un recorrido por toda su oferta gastronómica pues, sólo a través de la comida es posible conocer los barrios más importantes a profundidad; desde las fondas más populares hasta los restaurantes más exclusivos, de manera que, en conjunto, obtengamos una visión diversa y nutrida del entorno que visitamos.
La experiencia del turismo enfocado en la gastronomía es relativamente nueva, se remonta a principios del siglo XX y dio inicio en Europa, en donde se realizaron los primeros tours gastronómicos para descubrir, clasificar y posicionar distintos restaurantes.
En la actualidad, es muy común que quienes disfrutamos de la buena comida estemos dispuestos a recorrer distancias importantes para probar un platillo típico y extasiar nuestro paladar.
Pero enfoquémonos en lo local: para nadie es un secreto que el 16 de noviembre de 2010, la comida mexicana fue nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Los ingredientes mexicanos y la capacidad de mezclar sabores de distinta naturaleza son características que convierten a nuestros platillos en una experiencia inolvidable.
Nuestro mayor orgullo; el sabor tapatío
En Jalisco, como la mayoría de los aspectos culturales que nos definen, tenemos platillos que representan a toda la cultura mexicana, pues tienen una naturaleza criolla, y están basados en ingredientes prehispánicos de especias, carnes, maíz y frijol.
La carne en su jugo, la torta ahogada, la birria, la barbacoa y el pozole tapatío encabezan la lista de los preparados que enamoran hasta al paladar más exigente.
Para los jaliscienses es la Cámara Nacional de Industria Restaurantera (CANIRAC) Jalisco, la encargada de regular, en gran medida, esta fascinante actividad turística.
A través de los años, la CANIRAC Jalisco ha dado forma y estructura a 16 corredores gastronómicos en la entidad, ubicados principalmente en el Área Metropolitana de Guadalajara.
Algunos de los más populares son Providencia, Chapalita, Chapultepec, Guadalajara Centro y Andares, pero también hay otros importantes en Tlaquepaque, Ciudad Guzmán y Tonalá, que sirven variedad de platillos a diferentes precios.
Sin importar los detalles de la gastronomía, es un hecho que la comida siempre será motivo de orgullo para los habitantes de una región. Si no me creen, pídanle a un tapatío que les hable de la naturaleza de la torta ahogada…