Una buena experiencia en el dentista a temprana edad puede significar la diferencia entre una dentición permanente sana y una vida aguantando dolor o perdiendo piezas dentales. Es por esto, que la doctora se enfoca en romper con el tabú que hace creer a muchos que ir al dentista es doloroso, para así crear una atmósfera ideal para sus pequeños pacientes y sus padres.
Su destino en esta profesión llegó justo a raíz de pasar un rato agradable en el consultorio dental, pues ella supo que la odontología era su camino cuando su madre la llevaba con una odontopediatra que hacía ese momento de lo más ameno y divertido. “Era súper linda y me trataba súper bien. Entonces mi mamá dijo ‘ella va a salir diciendo que va a ser dentista’. Y total, salgo y le digo mamá: yo de grande quiero ser dentista”, relata.
Esta decisión vino a reforzarse en su adolescencia, cuando la especialista, que también soñaba con ser maestra, encontró en la odontopediatría su profesión perfecta.
Cultura de prevención
La odontopediatría enfoca su atención desde el nacimiento hasta la adolescencia, y la primera visita se recomienda a partir de los seis u ocho meses de edad, que es cuando salen los primeros dientes a los niños. Sin embargo, hay padres que prefieren llevar a sus hijos desde antes para informarse y adelantarse un poco a esta importante etapa del desarrollo. En donde embona perfectamente las ventajas de la ortopedia maxilar.
María Fernanda también cuenta con una especialidad en ortopedia maxilar, área que se encarga de redirigir y estimular el crecimiento de los huesos maxilar y mandibular, si es que existe alguna afectación en su desarrollo, pues se busca un acomodo lo más armonioso posible en las piezas dentales y una mordida perfecta.
Estar expuesto a estos tratamientos desde temprana edad tiene grandes beneficios para los niños, quienes pueden prevenir muchos problemas odontológicos en su vida futura, como el uso de brackets por mucho tiempo, la extracción de los famosos premolares y reducir la aparición de caries, lo que también promueve la importancia de la salud bucal.
“Lo que queremos es que el niño se acostumbre a venir, para que cuando ya no dependa de sus papás sienta una incomodidad de no ir, que digan ‘yo tengo que ir al dentista porque siempre he ido o me siento raro de no ir a la limpieza de rutina’, y así lleguen a tener dientes permanentes completamente sanos”.
La experiencia como sello de calidad
La gran mayoría de los pacientes que atiende María Fernanda en su consultorio Nolla Family Dental Clinic, llegan por prevención, pues los padres de familia traen a sus hijos para iniciar con el cuidado de los dientes y reforzar la educación e higiene de este tema. Sin embargo, un porcentaje llega por dolor o molestias, en lo que la doctora hace énfasis para identificar las distintas alertas que deben tomarse en cuenta para evitar el avance y desarrollo de algún padecimiento.
“Hay alertas que tenemos que tener en cuenta. Pueden iniciar con cambios de color en algún diente. La lesión inicial de caries tiene un color blanco a diferencia de lo que mucha gente cree, que se ven negros. Las manchas blancas también pueden tener un origen de caries. Si notan que su hijo no puede masticar por uno de los lados, si evitan ciertos alimentos duros o fríos, y quieren cosas más suavecitas o empiezan a comer menos, puede significar que hay un problema dental”, indica.
La manera en que esta especialista conduce su práctica brinda mucha tranquilidad a los niños que visitan su consultorio, lo que le ha valido la confianza plena de los padres de familia.
Retos resueltos con pasión
La odontóloga nos cuenta que el mayor reto en esta profesión ha sido renovar la confianza de los nuevos pacientes cuando anteriormente han tenido una experiencia negativa en algún otro consultorio dental. Convencer a los padres de familia de la excelencia de su servicio, el cual está enfocado a crear una gran experiencia para sus hijos, es la meta que se ha fijado y que cumple todos los días en su consultorio.
“Aquí hacemos todo con magia y sin dolor”, es lo que les explica a sus pequeños pacientes, con los que emplea distintos métodos para relajarlos y hacer ameno ese rato para ellos. Para esto es preciso contar con una gran experiencia y capacidad para adaptarse a la personalidad de cada niño. “Los métodos de distracción y de manejo son súper diferentes con cada paciente, entonces nos adaptamos a lo que cada niño toma como más positivo, y vemos que ayudará a su tranquilidad”, afirma María Fernanda.
De la mano de la tecnología
En la odontología, la investigación y la tecnología son claves para el avance, y la doctora nos cuenta que han avanzado muchísimo, ahora el enfoque está hacia odontología de prevención y a procedimientos cada vez menos invasivos. Incluso los instrumentos utilizados son más sencillos en forma y tamaño, con tecnología que disminuye el dolor y duración de los procedimientos.
La doctora se mantiene actualizada asistiendo a congresos y pláticas de organizaciones oficiales como Asociación Mexicana de Odontología Pediátrica, asociaciones internacionales, así como la constante lectura y consulta de publicaciones.
El mensaje final de María Fernanda busca promover la visita temprana de los niños al dentista y a hacer énfasis en la creación de hábitos de higiene bucal. “Comer dulces y consumir azúcar de vez en cuando no los va a condenar a tener lesiones de caries, lo que los va a condenar es una falta de higiene y un exceso en el consumo de estos alimentos”, enfatiza.
La recomendación es acudir al dentista a partir de la erupción del primer diente y mantener una visita cada cuatro o seis meses para asegurar un correcto desarrollo de la dentición. De la misma manera, la doctora invita a los padres de familia a fomentar la importancia de salud bucal con el ejemplo.
Contacto:
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Río Amazonas oriente 301, Del Valle, 66260, San Pedro Garza García.
