En el vibrante mundo de la fotografía contemporánea, una artista emerge con una perspectiva única y una pasión inigualable. Daria Izmailova, una talentosa fotógrafa de origen ruso, ha cautivado los corazones de muchos con su enfoque distintivo y su capacidad para tejer historias en cada imagen que captura.
“¿Cómo te interesaste en la fotografía?”, se le pregunta a Daria en esta entrevista. Su respuesta refleja una travesía de descubrimiento y amor por la luz. “Fue interesante porque me interesé en todo sobre la fotografía y en las diferentes cosas de la foto”, explica.
Daria no nació con la certeza de ser una fotógrafa de retratos; más bien, su camino comenzó al explorar la luz y experimentar con una variedad de objetos, desde frutas hasta mesas y plantas. Utilizando cámaras sencillas y su teléfono celular, Daria capturó la esencia de la luz de manera única, llevándola a compartir su arte en las redes sociales.
Su enfoque valiente y experimental no pasó desapercibido. La gente comenzó a comentar sobre su trabajo, intrigada por su visión. “Alguien comentó que era súper interesante (su trabajo) y súper diferente”, recuerda Daria. Esto marcó un punto de inflexión en su carrera y la impulsó a continuar explorando y creciendo como fotógrafa.
Daria no es ajena a los desafíos que enfrenta al perseguir su pasión. “Creo que el mayor reto de las dos formas (fotografía y el negocio) es ir contra tus miedos”, comparte. Esta valiente fotógrafa cree en enfrentar los temores para crecer profesionalmente y personalmente. Ya sea capturando la esencia de una madre con dos hijos o interpretando la esencia de un artista, Daria se sumerge en cada sesión con pasión y respeto por las historias que se cruzan en su camino.
El viaje de Daria la llevó desde las calles de San Petersburgo, una ciudad rica en historia y cultura artística, hasta Monterrey, México. Esta transición trajo consigo diferencias en su enfoque fotográfico.
Mientras que en San Petersburgo las opciones de locaciones exteriores eran abundantes y la gente se mostraba más libremente ante la cámara, en Monterrey Daria notó una preferencia por los retratos en estudio debido a la timidez de sus sujetos. Sin embargo, estas diferencias solo agregaron riqueza a su repertorio.
En su evolución como fotógrafa, Daria pasó de explorar la luz y objetos a trabajar con personas y retratos, especialmente de mujeres. Su proceso creativo es una combinación de intuición y amor por su arte. “Solo nace en mi mente”, dice, describiendo cómo crea escenarios en su mente y los transforma en imágenes cautivadoras.
¿Qué aprendizajes te ha dejado la fotografía?
“Estar abierta a algo nuevo y no tener miedo, tratar de relajarme. Mucho aprendizaje es de trabajar con las personas, ellos te enseñan mucho. Se necesita paciencia, necesitas sonreír más y necesitas ser más fuerte. La gente pasa aquí y me enseña algo. La gente me enseña mucho.”
¿Qué proyectos te han dejado una mayor satisfacción?
“La apertura de mi estudio. Este es uno de los proyectos más grandes de mi carrera, nunca pensé que pasaría”, señaló Daria, quien también aprovechó para destacar la importante participación de su esposo Sebastián Santoy en este proyecto.
“También los proyectos de temporada como el Día de las Madres, una historia de amor, todo sobre esto. Me gustan los pequeños proyectos, aquellos en los que estoy inspirada en algo, como algo que nace en mi mente y que necesito hacerlos ahora mismo, son pequeños proyectos para personas”.
Mirando hacia el futuro, Daria visualiza un camino de crecimiento continuo. “Puedo verme más fuerte, creyendo más en mi arte”, comparte con una sonrisa. En 10 años, espera haber impactado positivamente en la vida de muchas personas a través de su arte y haber dejado un legado significativo en la industria de la fotografía.
La historia de Daria Izmailova es una inspiración para todos aquellos que siguen sus pasiones y se enfrentan a sus miedos con valentía. Su enfoque en capturar la luz y las historias personales a través de su lente la ha establecido como una fotógrafa talentosa y única en su campo.
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