Hablar de Gobierno Corporativo es hablar de algo que pareciera distante para las empresas familiares mexicanas.
Suena más a la manera en que se gestiona una transnacional o una empresa que cotiza en Bolsa.
Sin embargo, cuando somos un poquito más pacientes, podemos tirar de las etimologías y encontrar, – por ejemplo-, que, según sus raíces latinas y griegas, la palabra Gobierno deriva de “pilotar un barco”.
Entendemos el Gobierno Corporativo como el sistema bajo el cual las empresas son dirigidas y controladas.
La gestión se ejecuta a través del Órgano de Administración (que puede ser un Administrador Único o un Consejo de Administración), la Asamblea de Accionistas (o socios, en su caso) y el Órgano de Vigilancia.
La integración y funcionamiento de los mismos y su relación de enlace con los Socios o Accionistas, el Consejo y el organigrama es lo que conocemos como Gobierno Corporativo.
En 2018 (año que hoy pareciera tan lejano), se publicó en México la última versión al Código de Mejores Prácticas Corporativas y ya desde entonces se hablaba de que el Gobierno Corporativo es una de las prioridades en la agenda nacional.
Hoy podemos decir que esta urgencia no solo se mantiene, sino que se ha acrecentado. Incluso a finales de 2021 se publicó un anexo al mismo Código en donde se incorporan funciones muy importantes al Consejo de Administración, como por ejemplo, ser el ente que trabaje en la implementación de la innovación en la cultura y forma de pensar de la empresa. En época de marejada, es importante profesionalizar la manera en que piloteamos el barco.
El Gobierno Corporativo bien implementado puede ayudarnos entre otras cosas, a agrupar los intereses de nuestra familia, definir el rumbo estratégico de nuestro grupo empresarial y familiar, evitar conflictos (o destrabar los existentes), orientarnos a la innovación como parte integral de nuestra cultura organizacional y establecer las bases de la continuidad y la trascendencia. Son tiempos complicados, pero ningún mar en calma hizo experto a un marinero.
La nueva realidad nos presenta un escenario con una complejidad evolucionada: pasamos del entorno VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) a un entorno BANI (Frágil, Ágil, No lineal e Incomprensible).
Esta transformación exige a las empresas reevaluar y fortalecer sus estructuras de control y de estrategia.
En este contexto, el gobierno corporativo se presenta como un pilar fundamental para navegar los escenarios que involucran a la familia, la empresa y el patrimonio.
Al implementar un gobierno corporativo sólido y transparente, las empresas pueden fortalecer su toma de decisiones, garantizar la rendición de cuentas y promover la confianza tanto interna como externamente.
Los beneficios de institucionalizar una empresa familiar son más evidentes que nunca. El fenómeno del nearshoring se ha convertido en una oportunidad invaluable para las empresas familiares en México, ya que les permite formar parte de las cadenas de valor de las corporaciones internacionales que deciden establecerse en nuestro país.
Además de esta ventaja fundamental, existen otros aspectos positivos a considerar:
MEJORA LA TOMA DE DECISIONES: El gobierno corporativo establece procesos claros y definidos para la toma de decisiones, lo que agiliza el proceso y garantiza la participación de todas las partes interesadas.
TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS: El gobierno corporativo promueve la transparencia en la gestión empresarial, lo que genera confianza entre los accionistas y socios familiares al rendir cuentas de forma clara y precisa.
REDUCCIÓN DE CONFLICTOS FAMILIARES: Al definir reglas y procedimientos claros para la toma de decisiones y la gestión empresarial, el gobierno corporativo ayuda a prevenir y resolver conflictos familiares, garantizando la armonía y continuidad del negocio.
ACCESO A FINANCIAMIENTO: Implementar un buen gobierno corporativo mejora la imagen de la empresa ante los inversionistas y entidades financieras, lo que facilita el acceso a fuentes de financiamiento externas.
PLANIFICACIÓN DE LA SUCESIÓN: El gobierno corporativo establece procesos para la planificación de la sucesión, asegurando una transición exitosa de la empresa familiar a las siguientes generaciones.
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