Los viajes son poderosos, más allá de ser solamente entretenimiento y turismo, se vuelven experiencias de aprendizaje y de apertura a nuevas ideas en diversos temas.
El simple hecho de salir de la zona de confort, nos expone a ser vulnerables y desde esa vulnerabilidad logramos apreciar cada momento, cada imagen y cada persona que cruza nuestro camino.
Uno de los atributos más valiosos que puede tener una persona es la capacidad de asombro, el ver, interactuar y vivir nuevos ambientes nos permite tener activa dicha característica en nuestra mente. Viajar también nos apoya en el desarrollo de oportunidades en temas industriales y de negocios.
Es bien sabido que la internacionalización es vital para la expansión y uno de los retos actuales del liderazgo es el criterio de autorreferencia.
Este concepto en términos simples implica que la persona pueda creer que todo lo que piensa y vive se vuelve la realidad única y absoluta en el mundo.
Los principales errores en la implementación en un nuevo territorio se dan al asumir que lo que funciona en un lugar será exitoso en todas partes.
La mejor manera de eliminar esta forma de pensar es estar expuesto a nuevas experiencias que de forma vivencial te demuestren lo que la gente piensa y siente en diferentes sedes tanto locales como internacionales.
Personalmente, los viajes me han ayudado a desarrollar empatía, tolerancia, creatividad y seguridad en mí mismo. Estas experiencias me dejaron diversos aprendizajes que hoy son parte de mi personalidad.
En Francia, tuve la oportunidad de practicar el idioma aprendido durante mis estudios y me di cuenta del poder que tiene el hablar el lenguaje local para crear una conexión humana y obtener mejores oportunidades; En India pude ver como una sociedad con alta distribución del ingreso puede salir adelante a través de un enfoque en diseño de experiencias y servicios que generan valor al consumidor; En Japón, Hong Kong y Singapur pude inspirarme al ver que, aún y teniendo un territorio limitado y otras adversidades, se crearon diferenciadores y oportunidades, posicionándose como grandes mercados. En Canadá pude ver la cultura de la sustentabilidad puesta en marcha a través de su uso de energía renovable, transporte público eficiente y procesos de separación de residuos.
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Sin duda, el viajar por nuestro país nos hace aprender y apreciar nuestra cultura, nuestro territorio y nuestro posicionamiento internacional. Entender las realidades tan diversas que tenemos a lo largo de la República ancla la mente con un buen viaje.
El mundo cambia cuando abres tu mente y ¿qué mejor forma de hacerlo que viajando?
Para mí, no se trata de salir de tu país o de tu ciudad para escapar, al contrario, implica salir y explorar para traer lo mejor del extranjero a México y para llevar lo mejor de México al extranjero.
La mejor forma de empoderarnos como sociedad y economía es experimentando lo que está pasando en otras zonas y de esta forma tener una visión integral de lo que se vive en el mundo y, a través de ello, ir mejorando constantemente.
