Por Dolores Tapia
El flamenco de María Pagés es un rizoma que dialoga con el mundo.
En el otoño pasado recibió, en Oviedo, el Premio Princesa de Asturias; presea además que no había caído en manos de ninguna figura del baile flamenco.
Ha sido condecorada pues con el Premio Nacional de Danza de España, la Medalla al Mérito de las Bellas Artes y también el “Benois” de la Danza.
Su trabajo es la muestra irrefutable de lo que decía Phillipe Brenot: “la tenacidad parece ser la cualidad principal del genio”.
La artista sevillana visitará Guadalajara en julio, el espectáculo que podremos ver en Conjunto Santander es “De Sherezade”; un trabajo creado también por una figura fundamental El Arbi El Harti; escritor, dramaturgo y director del Centro Coreográfico María Pagés.
Este trabajo, “De Sherazade” se antoja profundamente femenino, su construcción parece darle un “valor a la palabra” a nivel escénico y la mujer es observada, según palabras de la propia creadora como un eje de importancia medular para la sociedad.
Como bien dijo José Saramago: “Ella baila y, bailando, mueve todo lo que la rodea”, porque María ha logrado desde el flamenco, tocar otras dimensiones, otras tesituras artísticas ya que su danza alcanza con esos brazos tan suyos, la pintura, la arquitectura, la poesía y por supuesto a la sociedad completa.
Su danza es muestra de tradición, historia, evolución, esperanza y futuro.
Pagés decidió, desde joven, emprender un camino auténtico. Fundó su compañía en 1990 lo que la convirtió, además de directora artística, en empresaria. Esto luego de haber labrado un camino que la hizo colaborar con diversas familias flamencas como la de Rafael Aguilar, hasta llegar a la compañía de Antonio Gades, a quien conoció en las audiciones de la película “Carmen” de Saura.
Trabajó con maestros como Manolo Marín y José María Sánchez y fue creando piezas con un estilo propio como “Sol y sombra” o “De la luna al viento”, mostrando al mundo su sello como coreógrafa y disruptora dancística.
Como muestra de ello podemos ver la invitación que Brayschnikov le hace al BAC para crear “Autorretrato” o el homenaje que Pagés hace al arquitecto Oscar Nyemeyer.
“De Sherezade” es una obra dancística profundamente teatral desde su concepción, un trabajo de compañía que hace destacar como bien lo hace Pagés, el trabajo de grupo, pero también la tesitura individual de cada intérprete.
Un trabajo que reivindica la palabra y donde la protagonista, como metáfora, es todas las mujeres. Parece que la creadora nos habla con imágenes y desde los mitos, de un universo actual que está en ebullición y nos está transformando.
María Pagés estará en Conjunto Santander los días 21 y 22 de julio. Desde la luz y la sombra, “De Sherezade” aborda un universo que es también contemporáneo y que tiene como hilo conductor la mitología de nosotras, las mujeres, nuestro amor, nuestros deseos, nuestro cuerpo.
He ahí pues Medea, Safo, Bernarda Alba. Todas nosotras, como espejo y reverberación
del mundo.
