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julio 23, 2024

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Sobre el arquitecto Óscar Bulnes

La labor arquitectónica de un emblema de la ciudad está al alcance general. Aquí está un poco de la memoria de un hijo sobre su padre.

Por

Óscar Bulnes. Foto: Grupo Reforma

El 2 de noviembre Óscar Bulnes hijo me contó algunos recuerdos con su papá. Uno no puede leer aquello que no es uno mismo y, entre todo su relato, encontré cosas propias sin resolver, lugares a los que me gustaría regresar, necesidad de volver a estar cerca de seres queridos que se fueron y que están aún más lejos por la incertidumbre de lo que ocurre después de dejar este mundo.

Este es un homenaje a la vida de un arquitecto que marcó la ciudad, en forma de una de esas cartas que nunca ven la luz. Esta es, también, una oportunidad para acercarse a una puerta y escuchar, desde el silencio, eso que aún no te has dicho.

EL HACEDOR DE LA CIUDAD

Para mí, mi papá es el hacedor de la nueva ciudad de Monterrey. Cuando inició en la arquitectura, tenía treinta y tantos años. Recuerdo que tenía su despacho en el cuarto piso del Condominio Acero, era una oficina que medía 4×4. Él me llevaba y yo me ponía a jugar con los colores, rayando planos… siempre estuve inmerso en un taller de arquitectura.

Recuerdo que, en ese tiempo, él veía una ciudad chaparra. Decía que quería que la ciudad se desarrollara verticalmente. Recuerdo cómo lo hablaba, y nadie lo entendía: eran los años 70 y esa visión, por lo general, no era bien recibida. Quizás no lo comprendían porque la ciudad aún estaba muy recogida: el centro era el único, no existían los centros urbanos.

“Despegar la ciudad” era una de sus proclamaciones en su quehacer arquitectónico. Él se dedicaba a construir casas, infinidad de casas. Esa situación lo motivó para comenzar a expresarse en los proyectos que ya tenía.

Hoy, Monterrey ya no es una ciudad “chaparra”, hoy es una ciudad líder en Latinoamérica, de muy alto valor por la economía pujante de la región, que se ve reflejada en sus edificios, en sus desarrollos. Mucho de ese impulso y ese sueño, mi papá lo tenía desde los 70´s. Más adelante, llegó su gran oportunidad para poderle regresar a esta cuidad lo mucho que le había dado, y dejar los cimientos para que lo que veía en sus sueños, al inicio de ser arquitecto, se realizara, que es el resultado que tenemos hoy.

EL HACEDOR DE LA FAMILIA

Fue un gran padre… Hablo en lo personal, pero esto lo comparten mis hermanos también: nos dio una vida que nunca imaginamos tener, ni él pensó que iba a poder darnos esa vida. Le estoy muy agradecido, porque fue una vida plena, construida con base en mucho trabajo.

De chicos no nos dábamos cuenta, pero de adolescentes sí nos dimos cuenta de lo que mi papá hizo para que estuviéramos bien. Las vacas flacas nunca las vimos por el resultado de su esfuerzo, que se se vio reflejado a través de los años. Fue un padre excepcional, nos dio la educación que quisimos, sin negarnos nada que fuera para bien. Cuando había que meter mano dura para que nosotros no perdiéramos el carril, metía mano dura, pero siempre nos trató con respeto y dignidad.

No le tengo más que agradecimiento. Mi papá me enseñó en las buenas y en las malas, y como hijo y como profesional, aprendí a vivir en las buenas y en las malas. Soy una parte de él; mi papá está inmerso en cuatro personas: mis tres hermanos y yo, que somos muy unidos, y muy diferentes, pero los cuatro juntos somos mi papá. Vas a encontrar un romántico, de corazón abierto, uno más astuto, y otro creativo… pero todos, en conjunto, somos mi papá.

Él nos dejó eso y, al final, era impresionante ver el amor que como padre sembró, que no nos habíamos dado cuenta y que tenemos que pasar situaciones como las que pasamos para valorar nuestra sangre.

UNO DE LOS LUGARES DONDE AÚN HABITA

Hay un proyecto en particular, uno nada más, muy representativo, hasta la fecha, para mí, y es un parteaguas total. En ese proyecto veo las raíces y las enseñanzas, todos los conceptos arquitectónicos que, de alguna manera, me fueron heredados. Los veo plasmados, pero en otra forma. La esencia del maestro está ahí, pero transformado en mí. Lo bonito de ese proyecto es que, increíblemente, fue mi primer proyecto independiente, en 1998. Hoy fecha, 25 años después de haber hecho esa casa, me siento muy honrado de haberla hecho. Y yo tengo la dicha de seguir siendo muy amigo de esa familia. Por esa casa, le hice otras tres más a sus hijos.

Cuando murieron los padres, los hijos me pidieron que fuera y la restaurara. Después de 20 años, ya estaba deteriorada por el tiempo y, ahora querían restaurarla, pero no para ellos, sino para los nietos. Me dieron manga ancha para hacer lo que considerara mejor, y querían que solo yo me involucrara en el proyecto. Se las restauré, respetándola totalmente y hoy la casa sigue viva, y se sigue respetando para lo que fue hecha, y sigue siendo mi gran orgullo. Nunca he vuelto a tener un proyecto tan cerca de la perfección como ese.

He hecho ´N´ cantidad de casas y residencias, pero esa, en particular, soy yo, y son los conceptos de mi papá transmitidos. En ese proyecto es donde, para mí, está inmerso el espíritu del maestro, pero el nacimiento de mi personalidad o mi identidad.

El arquitecto Óscar Bulnes Valero desarrolló muchas obras arquitectónicas por las que recibió distintos galardones, tanto nacionales como internacionales. De acuerdo con una recopilación de Grupo México DESING, entre los proyectos que el arquitecto Óscar Bulnes Valero planeó y desarrolló, tanto en sus facetas de urbanista y de funcionario público, se encuentran la Macroplaza –la cuarta más grande en el mundo–, el Palacio Legislativo, el Teatro de la Ciudad, el Museo de Historia Mexicana (con Augusto Álvarez), la estación de metro Zaragoza, el Parque Histórico Fundidora (con paisajismo de Enrique Abaroa y restauración de Javier Sánchez), el Centro de Tecnología Avanzada para la Producción –conocido popularmente como el servilletero–, el Centro Integral Médico AVE (en sociedad con el arquitecto Óscar Bulnes González), el Puente Atirantado sobre el río Catarina y la Cortina Rompepicos. “Con estas y muchas otras obras que se circunscriben a la mega arquitectura de vanguardia, el arquitecto Bulnes Valero —presidente de la Academia Nacional de Arquitectura de 1997 a 1999 y académico
emérito en la misma institución— ha propiciado un mayor auge cultural y económico de su ciudad. El reconocimiento Trayectorias 2018 Monterrey que otorga el Grupo México DESIGN se agrega a los 27 premios y reconocimientos de arquitectura que ha recibido”, apuntan en el sitio.

Hoy lo recordamos por su inmensa contribución para el desarrollo arquitectónico del estado, y también a través de la historia que su primer hijo compartió con nosotros.

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