Galería Chica tiene una historia atípica en el mundo del arte y el emprendurismo. Alejandra Munguía y Rodrigo González no solo son socios en este proyecto que comercializa obras de arte en línea, también son un matrimonio que ha sabido equilibrar su relación como pareja y sus metas como empresarios.
“Teníamos demasiadas cosas en común, los dos somos muy apasionados en el arte. Él me apoya en mi trabajo y viceversa, yo lo apoyo. Todo se fue dando”, enfatiza Alejandra.
Hace cinco años, Galería Chica comenzó su recorrido ante la inquietud de Alejandra Munguía, gestora cultural egresada del ITESO, que decidió apostar por un nuevo modelo de negocio para difundir y vender arte sin la necesidad de tener una galería física para agilizar el movimiento de obra y detonar a una nueva generación de coleccionistas.
Alejandra explica que Galería Chica funciona como una galería de arte online que no sin tener un espacio fijo para sus exposiciones han logrado una versatilidad especial para poder establecer proyectos de manera libre y enfocar su presupuesto en herramientas que realmente permitan la venta de arte y no destinarlo en cócteles o inauguraciones.
Con esta idea, Rodrigo González, quien es arista con más de una década de trayectoria y es arquitecto egresado del ITESO, no dudó en apoyar a Alejandra conociendo muy bien todo lo qué implica exponer obra no solo para darla a conocer, sino también para venderla.
“En 2018 Ale y yo teníamos casi un año de casados. Yo estaba muy metido en el arte y Ale en gestionar proyectos y exposiciones, así decidimos abrir Galería Chica en línea”, puntualiza Rodrigo González, al recordar que su portal está en renovación y actualmente disponible en galeriachica.go.studio.
A primera vista
Aunque Alejandra Munguía y Rodrigo González estudiaron el ITESO, la diferencia de edad por un par de años los mantuvo en grados diferentes, sin embargo, su pasión por el arte poco a poco los acercaría sin imaginar que a la par de formar una familia, también se aventurarían a un modelo de negocio poco habitual en el sector cultural.
“Nos conocimos en una exposición en la que tampoco coincidimos, no nos cruzamos. Yo llegué temprano, vi la exposición y me fui. Rodrigo, al final de la exposición vio en Instagram quién etiquetó al evento, quién subió fotos y vio las mías”, indica Alejandra.
Si bien ambos seguían encontrándose en exposiciones y las propuestas para salir y conocerse no faltaron por parte de Rodrigo, al paso de los meses finalmente la relación se puso en marcha.
“Acepté una salida a desayunar, después me invitó a una exposición de él, luego lo invité a mi graduación en gestión cultural y de ahí empezamos a salir formalmente. Duramos nueve meses de novios, nos comprometimos y nos casamos”.
Galería Chica: arte con más horizontes
A cinco años de fundar Galería Chica, Alejandra Munguía y Rodrigo González destacan que el proceso no ha sido fácil más allá de las responsabilidades que este proyecto requiere como empresa, pues a la par está su individualidad como profesionales, su matrimonio y su faceta como padres de familia.
Desde el lado de la galería online, Rodrigo destaca la gran organización que han establecido para seleccionar a los artistas de su catálogo, la operación de la galería sin un espacio físico y su modelo de negocio.
“Fue un desafío nuevo y grande. Ha sido de mucha planeación, duramos meses planeando el nombre, definir el proyecto, desarrollarlo, estructurar metas, qué queremos, qué había funcionado en Guadalajara para que las galerías jóvenes pudieran durar”, refiere Alejandra Munguía.
“Nosotros veíamos las inauguraciones en Guadalajara, que incluso en las galerías más importantes, después de la apertura, a los meses, nadie iba a la exposición, cuesta mucho trabajo que la gente vaya. Nos dimos cuenta que lo exitoso es hacer un día de inauguración en cualquier espacio, la gente va, compra o te busca después. Desmontas todo y no tienes que pagar una renta”, añade Rodrigo.
Trabajar en pareja bajo el mismo techo
Rodrigo González puntualiza que su vida familiar con Alejandra Munguía logró encontrar el equilibrio perfecto para Galería Chica también fuera atendida correctamente desde su oficina, es decir, el hogar que ambos comparten, por lo que establecer horarios para las responsabilidades laborales, como padres de familia e individualmente, ha sido clave para lograr sus objetivos en pareja.
“No nos molesta seguir una rutina, somos muy fieles a la rutina. Empezamos a trabajar a las nueve con nuestra oficina montada en nuestro departamento. Hacemos listas de las acciones del día, qué planes y entregas”, expresa Alejandra sobre esa mancuerna que ha hecho entre su labor como gestora cultural y también el enfoque que Rodrigo sigue teniendo en su estudio.
“Mucha gente piensa que ser artista y galerista es muy bohemio y que la madrugada te hace las obras de arte. Hay que estar muy bien estructurados, porque para ser artista hay que estar muy administrados. He visitado a artistas a nivel mundial y son tan exigentes y estructurados que no crees que son artistas, su estudio y su oficina son reflejo de una empresa”.
Proyectos clave de Galería Chica
- “Transitante 1.0”, en Casa Pajarito (2019)
- “Tierra Roja”, de Rodrigo González Castellanos, en Salón ACME, en Ciudad de México (2019)
- “Transitante 2.0”, en Vía Cordillera, en Monterrey (2019)
- Participación colectiva en “Local 1800”, en Casa Patrice (2019)
- “Transitante 3.0”, en la Gallery Weekend, en Ciudad de México (2019).
- Como galería invitada en “F-A-M-A, Feria de Arte Mexicano Accesible de Monterrey” (2019)
- “La reflexión de las cosas”, en Casa Patrice (2020)
- Participación en la Feria de Arte JustMad, en Madrid, España (2020)
- “Transitante 4.0”, en Punto Sao Paulo (2021).
- Exposición colectiva “Solo foto”, en Parque 45 (2022)