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noviembre 23, 2024

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Cambia la conversación, cambia tu vida

#NoMasFatTalk #HagamosBIP

Por

por: The Body Image Program

Como todos los miércoles por la noche, me encontraba sentada en la mesa de un comedor rodeada de mis amigas. Mi amiga Lore interrumpió la plática para decirnos que ya estaba lista la cena y que podíamos pasar a servirnos. Entonces aparecieron varios comentarios como: “¡Ay! yo nada más me voy a servir poquito, ya comí botana” “Me serví demasiado ¡Soy una gorda!” “Yo no puedo comer nada, ya estoy toda inflada” y así siguieron comentando cosas por el estilo. Me quedé asombrada de todo lo que decían mis amigas, esas justificaciones, culpabilidad y pena alrededor de un momento de convivencia que se supone debería ser agradable.

Y noté que no solamente había sucedido ese día, era algo que pasaba todo el tiempo y que ocurrió nuevamente en las siguientes semanas. Notaba que en algún momento mis amigas siempre hablaban de los mismo, todo enfocado en comentarios negativos sobre la apariencia, la comida y las sensaciones del cuerpo. Y no solo le pasaba a mis amigas…

Entonces descubrí que esto es un fenómeno social ya descrito y estudiado, la tendencia de hacer comentarios negativos acerca de nuestros cuerpos se llama “Fat Talk”, término acuñado por la antropóloga Mimi Nichter en la década de los 90’s y que en los últimos años ha sido campo de estudio debido a su alta frecuencia y su impacto en la cultura y la sociedad.

Si prestamos atención, nos damos cuenta que el Fat Talk está en todas partes, entre amigos, en las pláticas familiares, en los encuentros sociales, en la televisión, las redes sociales. Si observamos con más cuidado, nos daremos cuenta de lo bombardeados que estamos por el Fat Talk.

El “Fat Talk” no es un simple ritual social que no tiene consecuencias, estudios científicos han encontrado que se relaciona con vergüenza hacia el cuerpo, insatisfacción corporal y conductas alimentarias de riesgo. El “Fat Talk” no es un motivador hacia el cuidado del cuerpo, es un catalizador de la insatisfacción.

La insatisfacción con la imagen corporal es muy común hoy en día, donde se promueve una belleza irreal que consiste en una perfección más cercana a la fantasía que a cualquier realidad de la vida cotidiana. Los retoques constantes en las revistas de modas, la promoción de una delgadez cada vez más extrema y poco saludable promueve una cultura que se asocia con un descontento con la imagen corporal, un estado de ánimo bajo secundario a esto y el surgimiento de conductas alimentarias de riesgo que impactan de forma negativa en la calidad de vida de las personas.

El “Fat Talk” es acerca de sentirse “gordo” con todas las implicaciones que puede tener: estar hinchado, fuera de forma, culpable por el tipo de alimento que ingerimos o frustrado por no lucir como la estrella de moda que adorna todas las portadas de este mes; es una reafirmación de todo lo que sentimos que está mal con nuestra imagen corporal. Y desde ahí se fundan las bases para una relación negativa con nuestra imagen corporal que nos puede llevar a consecuencias graves para nuestra salud física y mental.

Dejar el “Fat Talk” es el inicio de un cambio en la percepción de nuestro propio cuerpo. Puede sonar muy simplista, pero el positivismo y la aceptación corporal son estrategias preventivas fuertes en contra de los problemas de alimentación, los problemas con la autoimagen y la autoestima baja.

Dejar de normalizar el “Fat Talk” es el inicio de un cambio en la percepción de nuestro propio cuerpo. Si identificamos estos pensamientos negativos, si la próxima vez que venga a tu mente la idea de quejarte del tamaño de tus caderas, puedes pensar en todo lo que te permiten hacer. Si en lugar de responder a tu amiga con un “yo también” la próxima vez que te diga “hoy me siento enorme en esta ropa”, haces un halago que no tenga que ver con su imagen, ya estarás desviando el “Fat Talk”.

Este y otros fenómenos y datos alarmantes, hicieron que los científicos llegaran a la conclusión de la necesidad de abordar estos factores de riesgo para evitar que progresen hacia un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Los TCA afectan entre un 13 y 15% de las mujeres y están caracterizados por la cronicidad, recaída, estrés excesivo, discapacidad y riesgo incrementado para futura obesidad, depresión, suicidio y mortalidad. Desafortunadamente el 80% de los individuos que tienen un TCA no reciben tratamiento y los resultados de tratamiento reportan una remisión completa de síntomas sólo en 27 a 45% de los pacientes. Por lo tanto, se volvió una prioridad desarrollar e implementar programas de prevención efectivos para evitar el desarrollo de un TCA.

Esto llevó a un grupo de psicológos investigadores a desarrollar, hace más de 16 años una intervención grupal que ha probado reducir los factores de riesgo para TCA, síntomas y el inicio futuro de un TCA a través de efectos duraderos que se han observado en múltiples ensayos; la investigación también nos indica que este programa puede ser implementado a grandes escalas. A la fecha, esta herramienta, llamada Body Image Program (o BIP) para Latinoamérica consiste en un grupo en que se realizan una serie de ejercicios verbales, escritos y conductuales donde se abordan este tipo de fenómenos y los participantes reflexionan acerca de los ideales de belleza y la propia relación negativa con su cuerpo. Para ello, se utilizan técnicas que han sido desarrolladas por psicólogos sociales que producen un impacto en los participantes de esta intervención. Esto ayuda a dirigir los esfuerzos mentales hacia la búsqueda de un cuerpo que resulte saludable para cada persona y que es único para cada uno de nosotros y totalmente alcanzable.

Este programa BIP, bajo la filial original Body Project Collaborative que ha sido aplicado en 125 países llegando a 3.5 millones de niñas, adolescentes y mujeres adultas ha probado disminuir con resultados sorprendentes en el cambio de conceptualización de la belleza, impactando positivamente en la salud de miles de personas. Estudios aleatorios de prevención, llevados a cabo por al menos ocho laboratorios de investigación independientes han demostrado que este programa reduce la internalización de la delgadez extrema, disminuyendo el ánimo negativo asociado, el uso de dietas poco saludables y las conductas alimentarias de riesgo. Además, hay evidencia de que esta intervención reduce el riesgo de desarrollo de trastornos de la alimentación y del desarrollo futuro de obesidad, resultando en un mejor funcionamiento psicosocial y reduciendo la utilización de los servicios de salud mental.

Recientemente Comenzar de Nuevo AC inició este programa en México y Latinoamérica, en un esfuerzo por replicar estos resultados y favorecer un cambio cultural que haga de la salud derivada de la satisfacción con la propia imagen una realidad tangible.

Hay muchas cosas que aún no podemos controlar en este mundo; es muy difícil lograr que las revistas y publicistas no hagan photoshop a sus modelos y aún estamos lejos que la industria de la moda deje de preferir a las modelos con delgadez extrema y no saludable, pero SI podemos empezar a poner atención a las palabras que salen de nuestra boca y en la relación que tenemos con nuestra propia imagen corporal, así podemos promover una cultura que no esté basada en la crítica de la imagen corporal y el constante cuestionamiento acerca de lo bien o mal que lucen nuestros cuerpos y enfocarnos en situaciones que promuevan salud y bienestar.

Si te interesa conocer más acerca del Body Image Program y como participar en el programa o entrenar a tu comunidad estudiantil o laboral en esta intervención, comúnicate a Comenzar de Nuevo A.C. al (81) 81.29.46.83 y 84

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