En el primer día de la reapertura de los cruces fronterizos hacia Estados Unidos, la actividad se presentó de manera normal, lo que causó sorpresa a las autoridades.
Y es que a pesar de que luego de 18 meses de cierre para actividades no esenciales, se estimaba un ingreso importante de turistas mexicanos.
Sin embargo, el flujo fue normal, algo que no resultó como lo esperaba y que causó sorpresa al Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés)
En días previos a la reapertura de este 8 de noviembre, el Servicio informó que se aumentaría el personal y pidió paciencia a los viajeros.
“Nosotros como agencia sí esperábamos un incremento en el número de viajeros, sí estamos reconociendo que hace unos cuantos minutos revisé los tiempos de espera y no son muy grandes, sin embargo, esperamos incrementos este fin de semana”, señaló un representante del CBP.
Sin embargo, agregó que esperan un mayor arribo para este próximo fin de semana.
“No podemos decir con certeza porque aún no viene muchísima gente, pero sí sabemos que es un día hábil de trabajo y quizá puede ser uno de los factores que están influenciando en que no haya tanta gente como se espera”, detalló.
El funcionario explicó que en Estados Unidos están listos para recibir a los visitantes y reiteró que es necesario contar con los requisitos como la vacuna completa de COVID-19.
Por otra parte, se reportó que en ciudades como Brownsville, algunas tiendas como Ross estaban prácticamente vacías, pese a que se esperaba una gran afluencia.
Cabe señalar que el domingo por la noche, previo a la reapertura, se reportó que en los cruces de Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros se reportaron largas filas.
Sin embargo, se aclaró que eran de residentes que regresaban a Texas luego de pasar el fin de semana con familiares en México.
Oficiales de la frontera detallaron que las filas llegaron a ser de hasta dos kilómetros sin embargo, son normales debido a que los carriles están limitados desde el cierre de la frontera en marzo del 2020.