Comenzaremos esto con una pregunta, ¿qué sientes al comer un chocolate?
Debido a su agradable sabor, el chocolate es un alimento que goza de gran predilección, pero cuando hablamos de “Frenesí, Arte en Xocolate”, las emociones que puede producir se intensifican.
Ya sea por sus particulares pinceladas, sus formas diversas o sus rellenos innovadores, esta chocolatería ha retomado el “alimento de los dioses” y lo ha transformado en toda una experiencia al alcance de simples mortales.
PRIMERO LA PASIÓN
Mariana Torres comenzó este “sueño” hace seis años y en este 2020 celebra su tercer aniversario con tienda en físico.
Entre su profesión como comunicóloga y el amor por las artes visuales, se coló el arte de la chocolatería.
“Cuando yo empiezo a descubrir este mundo tan mágico del chocolate, empiezo a estudiar y a experimentar, veo que hay una respuesta favorable de las personas que comienzan a conocerlo; ahí es cuando decido que quiero compartirlo con el resto del público”, cuenta Mariana Torres.
Ella confiesa que la preparación no para, es un producto con una gran variedad y posibilidades.
“Es un mundo en el que te puedes introducir y de verdad que no acabas, la variedad de productos con los que puedes experimentar es muy grande. El chocolate varía según el tipo de plantación en la que se da, a que altura del nivel del mar se da, en qué región se cultiva, cuál es el tiempo de conchado, de tostado, todo esto influye para el resultado que podemos obtener”.
¿A QUÉ REMITE FRENESÍ?
Mariana tenía claro que además de una primera emoción, Frenesí trataba de una experiencia que podía incluir lo visual o incluso lo subconsciente.
“Por lo general todos tenemos como un recuerdo agradable ligado al chocolate, pero es también como hacer una propuesta nueva de diseño que no nada más te enamore a través del paladar, también a través de la vista. Es una manera de expresión”, explica.
Con esta visión definida, Frenesí ahora comenzó a explorar la posibilidad de diversificar el chocolate, más allá de la forma tradicional. “Es justamente el enamorarte no nada más del sabor, de que una pieza te sepa rico y justamente te lleve a recuerdos agradables”.
PRESERVANDO EL VALOR DEL XOCOLATE
La mayoría crecemos con la creencia de que el chocolate es producido por las grandes empresas e ignoramos el significado que tiene a nivel cultural.
“Nosotros (mexicanos) somos orgullosamente los que damos a conocer al resto del mundo el cacao”, afirma Torres.
Y es que en nuestra historia, esta vaina figura como “alimento de los dioses”, una bebida para los mayores puestos en la sociedad, e incluso como moneda.
A partir de ello se determina la otra parte de la identidad de Frenesí, que promueve el arraigo a esta herencia cultural; Arte en Xocolate.
“Nosotros estamos muy orgullosos de nuestro origen, de utilizar este tipo de chocolate con denominación de origen. Aquí en México se produce una de las variedades más finas de cacao a nivel mundial, el producto se cultiva en la Sierra de Soconusco, de Chiapas y de Tabasco”, comenta la emprendedora.
Frenesí tiene una formulación especial, única y que garantiza que todos sus ingredientes sean 100 por ciento puros, con cacao 100 por ciento puro y de la más alta calidad.
No hacen uso de sucedáneos de ningún tipo y sus piezas son artesanales.
PARA CLÁSICOS Y VANGUARDISTAS
Sin perder la estética en ningún momento, Mariana ha conceptualizado productos que responden a los gustos “clásicos”, pero que también dan pie a la experimentación y la mezcla de sabores.
Una pieza con mole o con mezcal y limón, es lo que podrías encontrar en su mostrador.
“Tenemos bombonería, cada una tiene un diseño, les damos una personalidad muy específica, se pintan a mano con ingredientes naturales, con manteca de cacao, pintura liposoluble y cada uno tiene una personalidad que lo diferencia”.
Al visitar la “Xocolatería” podrás encontrarte con 15 sabores diferentes de bombones, que en definitiva nos son malvaviscos; se trata de chocolate relleno de distintos sabores.
Son pequeños postres que te pueden remitir al sabor de un pay de queso o de almendras tostadas.
También se manejan las trufas con diseño y una concentración más poderosa de chocolate.
Con distintos porcentajes de cacao, las barras de chocolate están disponibles para llevar a cualquier sitio y recientemente se introdujeron las paletas de helado con chocolate artesanal.
CONTRA LOS PRONÓSTICOS
Para que un taller de chocolate pueda trabajar, la temperatura es un tema a considerar.
Este fue uno de los retos a los que se enfrentó Mariana: el establecerse en una región no tan idónea para la actividad.
Pero la persistencia y el deseo por otorgar este producto resultaron en ahora 6 años de trayectoria.
Los retos no faltaron a lo largo de este tiempo, pero se fueron resolviendo con el trabajo, tiempo y dedicación.
“Otro reto fue no saber cómo se iba a recibir por el público, por ser este tipo de piezas, el chocolate que se trabaja es algo costoso, no estamos acostumbrados a pagar eso desde un inicio”, comparte Torres.
El proyecto gustó y ha cumplido su propósito de acercar a los laguneros a un producto innovador e interesado por la permanencia.
Ahora Frenesí ya está en vías de expansión y pronto buscarán llegar a más territorio para seguir compartiendo sus piezas de arte.
“Todos somos personas únicas y cada una de nuestras piezas busca recordarle justamente eso a las personas, lo único y especiales que somos, que nos merecemos compartir una experiencia así con lo que consumimos”.
