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noviembre 25, 2024

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Revolución educativa

Salvador Alva y David Garza Salazar

Por

Con el sueño de que los regiomontanos tuvieran acceso a educación superior de calidad internacional en su propia ciudad, Don Eugenio Garza Sada fundó el Tecnológico de Monterrey en 1943.

Desde sus inicios, la innovación, tecnología y emprendimiento han sido la base de sus grandezas, lo que se reafirma con Tec21, el nuevo modelo académico que arrancaron en el semestre agosto diciembre 2019, cuyo plan de estudios único ha llamado la atención de los líderes de la educación alrededor del mundo.

Asimismo, ante la situación actual tanto personas, como organizaciones nos enfrentamos al mismo desafío: adaptarnos a la “nueva” normalidad, resultado de la contingencia sanitaria desatada por la llegada de COVID-19 a México, algo que los ha llevado a tomar decisiones al momento, enriquecer su manera de operar y sacar a la luz las mejores habilidades de su equipo.

A meses de celebrar su 77 aniversario, la institución tiene presencia tanto nacional como internacional y ha formado a cientos de miles de estudiantes en su camino profesional. En nueve años ha escalado más de 200 posiciones en el listado de las mejores universidades a nivel global, es la mejor universidad privada de nuestro país, la quinta en Latinoamérica y la 28 a nivel global, así como la 155 general de QS University Rankings.

El Tec de Monterrey en números

  • 246 mil 324 títulos profesionales otorgados desde su fundación
  • 93 mil 168 alumnos de profesional, posgrado y preparatoria
  • 58% del alumnado se gradúa con una experiencia internacional
  • 49% estudiantes beneficiados por los programas de becas y apoyo financiero
  • 9 mil 916 profesores
  • 26 campus en la República Mexicana
  • 18 sedes y oficinas internacionales en el mundo
  • Relación académica con 575 universidades de 48 países

De igual manera, el 1 de julio comienza esta institución una nueva etapa, la cual seguramente seguirá marcando precedente tanto en el ámbito educativo, como en el humano, y es que Salvador Alva, entrega oficialmente a David Garza Salazar la Presidencia del Tecnológico de Monterrey, noticia que se dio a conocer a principios de este año y que hoy toma efectividad.

En nuestra conversación con estos dos titanes de la educación abordamos diferentes temas, como su proceso de transición, selección de talento estudiantil y visión al futuro, por mencionar algunos.

Salvador Alva – Presidente Saliente del Tecnológico de Monterrey

Después de una larga trayectoria en el sector empresarial y un par de años enfocado en proyectos personales, Salvador Alva asume la Presidencia del Tecnológico de Monterrey en 2011, cargo en el que se enfocó en crear una cultura y cultivar diversidad, alineando esto con el propósito de la organización que es brindar formación que transforma vidas. A casi nueve años de esto, se despide del cargo dejando una institución que está revolucionando la educación a nivel global con su modelo formativo, estándares, talento e innovación.

¿Fue una decisión difícil para usted entrar a la industria educativa después de una larga trayectoria en el sector empresarial?

Sí fue difícil porque yo había decidido ya no entrar a trabajar para ninguna organización. Me retiré de Pepsico manejando las operaciones de Latinoamérica, pero yo tenía ganas de hacer cosas más personales y utilizar mi tiempo de formas diferentes y estuve tres años fuera, en los que escribí algunos libros y que la verdad fueron de los mejores años porque fui yo, Salvador Alva, y pude tener la oportunidad de trabajar más en desarrollarme, en ser una mejor persona.

Cuando me hacen la propuesta de entrar al Tec, por un lado, ves que puedes influir en la transformación humana, pero que tienes que hacer muchas renuncias, es decir todo eso que yo estaba logrando. Al final, decidí entrar al Tec durante ocho años. No me arrepiento, pero implicó también muchas renuncias y por eso también estoy súper emocionado, porque sé el valor del tiempo, de la introspección personal y de muchas cosas que a veces abandonas por concentrarte en un proyecto y esta etapa, la última de mi vida, creo que también será maravillosa.

Cierra su ciclo como Presidente del Tecnológico de Monterrey en medio de un acontecimiento sin precedentes a nivel global, ¿en qué aspectos usted se reinventó en esta etapa? ¿cuál fue el desafío más retador?

Lo más fuerte que tiene el Tec no es lo que hemos hecho al pasado, tiene un grupo de talento maravilloso y una escala de valores. Cuando tuvimos que parar el 12 de marzo, lo primero que hicimos fue establecer unos principios de actuación y nos dimos cuenta de que el Tec no podría operar esta pandemia sino re-hacia la organización para hacerla más rápida y ágil. Creamos 12 grupos y estos respondían a continuidad académica, a distintos temas que teníamos, y los empoderamos para que pudieran tomar las decisiones y creamos un grupo que le llamamos G5, el equipo directivo para apoyarlos y que pudieran tomar decisiones instantáneas.

¿Que demostró el Tec? Que tuvo la capacidad de reinventarse a la velocidad que se requería para poder responder a esta pandemia y para mí ese es el mejor regalo que me llevo de salida. La organización estuvo más fuerte que nunca y desarrolló en la adversidad sus mejores habilidades.

En la última encuesta que hicimos hace unas semanas sobre cómo se viven los valores del Tec en el general y con la que también medimos a los líderes, los números subieron maravillosamente. Yo a veces me preguntaba, “Cómo es posible que en la peor situación adversa el liderazgo del Tec y las calificaciones de nuestros colaboradores y de sus líderes subió mucho”.

Bueno, pues porque nos pusimos a prueba, teníamos unos principios y creamos una organización ágil que respondió muy bien. Además, yo me voy feliz porque el liderazgo bajo David Garza, el equipo directivo y la cultura está en el mejor momento para enfrentar desafíos y cambios que se vienen.

¿Cómo se transformaron su visión y objetivos del inicio de su gestión hasta el término? ¿Con qué retos deja al Tecnológico de Monterrey en esta nueva etapa y cuáles considera sus mayores logros?

El Tec es una organización con mucha energía, de mucho talento, de muchos profesores, casi 10 mil, pero también tiene un grupo de gobierno institucional de Consejeros no sólo en Monterrey sino, en toda la República, más de 600; entonces no es el resultado del esfuerzo de una persona, es el resultado de discutir, comentar y unirnos en dirección a muchos proyectos.

Yo diría que ninguno de los proyectos de los que yo me siento muy satisfecho tienen el sello de Salvador Alva, los proyectos generalmente se discuten, se dialogan y posiblemente soy el último que opina, y posiblemente en muchos casos ni opino, soy yo. Mi mayor satisfacción es que establecimos esta visión y un grupo colectivo tuvo la capacidad de hacerla realidad. El Tec está preparado para actuar para moverse al ritmo del cambio del mundo. Si tú me preguntas, si el mundo va a cambiar después del COVID-19, espero que cambie y espero que cambie mucho más rápido.

Afortunadamente, los últimos dos años elaboramos un plan a 2030, el cual todavía es una visión, pero está comprada por todo el grupo y yo estoy seguro de que el equipo que hoy tiene el Tec lo van a llevar a buen término en los siguientes 10 años.

La institución está haciendo historia en cuanto a su calidad educativa y ocupando una posición destacada en los ‘rankings’ internacionales ¿cuáles son los indicadores más relevantes para ustedes?

Hay indicadores que tú manejas y tú controlas y hay indicadores que el mercado te reconoce. Los ‘rankings’ mundiales son los que nos hablan del prestigio, de la reputación de nuestros exalumnos, pero también de nuestros profesores. Cuando arrancamos esta aventura en 2012 estábamos como la universidad 387 del mundo, que es un buen lugar, justo hace unas semanas reportaron también una ganancia y estamos en el 155 siendo la UNAM y el Tec las únicas universidades que están en estos ‘rankings’ de 1000 universidades.

Cada uno de nuestros rankings mide desde la reputación académica, la internacionalización de estudiantes, de profesores, miden distintos temas, posiblemente el término que más nos llama la atención de esa métrica es la opinión de los empleadores sobre nuestros exalumnos y en eso estamos en el lugar 55 del mundo, pero es un indicador al que ellos le dan un peso del 10%. Para nosotros, probablemente es la parte más importante porque habla del papel que nuestros exalumnos están haciendo en el mundo y ahí estamos en una de las 100 universidades del mundo.

Por otro lado, lo que hemos buscado es tener a los mejores alumnos, ser más selectivos y cuando lo declaramos es muy fácil decirlo, pero ¿cómo le haces para que más alumnos quieran venir al Tec y después tú tengas la capacidad de elegir? Una herramienta son estas becas de apoyo al talento, pero también es la reputación y cambiar tus modelos educativos.

Tienen que suceder muchas cosas para que más alumnos quieran aplicar y hoy prácticamente entre 25% y 30% de los que aplican en el Tec no son aceptados, ocho años aceptábamos al 90%. De eso el resultado es un grupo humano mucho más talentoso y eso reta también a que nuestros profesores tienen que ser mejores, al igual que los programas y con esto puedes crear un círculo virtuoso muy positivo a largo plazo.

“Desde mis 30 años me he dedicado a crear culturas y establecer procesos de planeación estratégica, inclusive eso me llevó a escribir un libro, que se llama Empresa Admirada. Cuando me retiré de PepsiCo, me empecé a dar cuenta que en realidad todas las organizaciones necesitamos tener un sentido de propósito que nos haga sentir que vale la pena la actividad que hoy hacemos, y eso implica alinear una visión y un camino, y hacer que ese camino lo adopte toda la organización. Para mí, si no tienes camino, rumbo o claridad es muy difícil generar entusiasmo en los grupos humanos que intervienen en cualquier organización humana; puede ser empresarial, un emprendedor con 10 empleados o puede ser el Tec con más de 30 mil personas”.

Hace algunos años en una entrevista, destacó “La inclusión social implica también atraer mejores alumnos y buscar fondeos de becas para ser una universidad que sea una élite académica y no económica”, ¿cuáles son las acciones específicas que se han hecho hasta la fecha para hacer que los mejores alumnos tengan acceso a su sistema educativo?

Cuando estableces una visión tienes que comprometerte a llevarla a la realidad, una universidad tiene que ser diversa y la mayor dificultad de una privada sin fines de lucro es dónde conseguir los fondos. Nosotros tenemos que encontrarlos para atraer a los talentos más importantes del país que no tienen recursos económicos, por lo que creamos el programa Líderes del Mañana, que por un lado me duele que hoy hay más de 15 mil muchachos muy brillantes que cada año aplican para esta beca y admitimos a 200-250.

Ya se empezaron a graduar los primeros, pero México tiene un talento maravilloso que merece tener la mejor educación. Eso también le cambió el rostro al Tec porque lo que busca es el mejor talento para que después ellos puedan ser los que transforman nuestra sociedad. No hay un invento más importante que el que todos tengamos las mismas oportunidades, y que el esfuerzo y la meritocracia lo permitan.

En países como el nuestro todavía hay mucha gente que por la condición socioeconómica que nace no tiene acceso a la mejor educación y eso está mal. Yo creo que el esfuerzo y el mérito son lo que lo que debería permitírselo y que ya después cada uno encuentre su propio camino. Si en el Tec no hubiéramos tenido este proyecto, mucho de lo que estamos diciendo hubiera caído por la borda. Sin duda, es uno de los programas consentidos para todos y obvio para mí.

¿Con qué satisfacciones deja el Tecnológico de Monterrey? ¿Qué sigue para usted en el camino profesional?

El tiempo es lo más valioso que tenemos y hay que cuidarlo. Hay muchas cosas de corte personal, familiar y de salud que, sin duda, van a ser mi prioridad. También traigo un par de ideas para ese tiempo que me sobra, de algunos proyectos que quiero hacer y que yo traía antes entrar al Tec, estoy trabajando en ellos.

David Garza Salazar – Presidente Entrante del Tecnológico de Monterrey

En su larga trayectoria dentro del Tecnológico de Monterrey, su liderazgo académico ha destacado en diferentes cargos y campus de la institución. En 2011 toma la Rectoría del Campus Monterrey, mientras que, en 2014, como Vicerrector de Profesional desempeñó un papel crucial en el desarrollo del modelo educativo Tec21, primero viajando a distintos lugares del mundo para conocer distintos modelos educativos y posteriormente trabajar en las bases del que hoy es este programa formativo único que hoy atrae la atención del mundo entero. Tres años después, en 2017 fue nombrado Rector del Tecnológico de Monterrey para finalmente a partir del 1 de julio fungir como Presidente de esta organización.

¿Cómo recibió el cargo? ¿Cuál será su enfoque en esta gestión como Presidente de la institución?

Fue una noticia que recibí con un gran gusto, pero también con un sentimiento de una gran responsabilidad, si tuviera que usar una analogía, yo diría que es algo similar a cuando nació mi primera hija, es algo que deseas, que te da muchísimo gusto, pero que en el momento que lo tienes en tus brazos te entra un sentimiento de “Tengo una gran responsabilidad aquí en mis manos y voy a hacer lo mejor para que crezca para que tenga todo en fin”.

¿Qué es lo que puedo hacer para que esta institución que hoy recibo en este nivel de prestigio y de calidad llegue al siguiente nivel? Yo veo al Tec de Monterrey como una institución en su etapa de adolescencia y considero que a mi equipo y a mí nos va a tocar llevarla a su etapa de edad adulta, ¿a qué me refiero con esto? Que son esos elementos que nos van a seguir haciendo avanzar y hacer una universidad de clase mundial en la que tenemos aspectos de enseñanza de alto prestigio, pero también tenemos elementos de investigación que nos posicionan y nos contribuyen a la sociedad.

Otro elemento es el tema de la vinculación con la comunidad, en inglés se habla mucho del “teaching, research y outreach”, yo creo la enseñanza ha sido altamente destacada, en la investigación hemos ido avanzando y nos toca dar un brinco importante y de la vinculación también creo que hemos hecho muy buena vinculación, pero de nuevo, tenemos que ver cómo podemos impactar más en nuestras comunidades y a nivel global.

Vemos un panorama muy diferente al que se vislumbraba a principios de año, cuando se dio a conocer que usted tomaría la Presidencia del Tecnológico de Monterrey ¿Cuáles fueron los desafíos más complejos del proceso de transición bajo la situación de contingencia sanitaria?

Definitivamente en enero recibí la noticia del nuevo rol que estaría asumiendo a partir julio y obviamente pensé que tendría suficiente tiempo para prepararme para la transición, pero como dice Mike Tyson, “Un plan es un plan hasta que alguien te da el primer golpe en la cara”, entonces tienes que adecuar ese plan y al venirse la contingencia yo te diría que sí, una gran parte de la energía fue hacia la atención rápida de esta situación hacia garantizar la continuidad académica ante las circunstancias que nos estamos enfrentando, sin dejar de lado el futuro.

La gran tradición del Tec de Monterrey en educación a distancia nos hizo reaccionar muy rápido, también en términos de impacto con la comunidad ante esta pandemia más de 100 iniciativas de carácter social y con lo que hay un gran sentimiento de orgullo interno en la organización. Al final del día no era parte del plan de transición, pero me está ayudando para conocer esas capacidades de mi equipo y de la organización cuando tenemos grandes retos.

Yo diría que una característica del Tec es esa resiliencia, que siempre ha sido y ha estado presente durante nuestra historia, simplemente cuando nacimos en 1943, fue en medio de la Segunda Guerra Mundial y a lo largo de la historia ha habido distintos momentos retadores. Por otro lado, antes me imaginaba cómo sería la primera reunión con mi equipo y eso lo tuvimos que adelantar, designé al equipo que me va a estar apoyando el 1 de mayo, también con un cambio que tuvimos en la organización que es la gestión a distancia de ese equipo.

El no poder estar con ellos en las reuniones y gestionar toda la organización a distancia era algo que no me imaginaba, pero que, de nuevo, está resultando en un gran aprendizaje de las capacidades que hay en nuestra institución y su liderazgo. Estoy muy orgulloso del equipo que tengo y de la institución. Dicen que en las crisis hay dos aspectos fundamentales que son liderazgo y valores de la institución, y yo creo que lo estamos viendo y es lo que resalta. A lo mejor no estaba en el plan y el ponerlos a prueba tan pronto es algo positivo.

Tanto en nuestras dinámicas personales, como profesionales y educativas estamos viviendo el futuro hoy, esto hablando de uso de la tecnología para adecuarlas a la “nueva” normalidad. En relación con su camino de transformación ¿qué tanto se adelantó o cambió ese plan con la llegada de COVID-19 a nuestro país? ¿Cuáles han sido los retos de la implementación de soluciones? ¿Llegaron para quedarse?

La respuesta corta sería, mucho. Déjame explicarte, y voy a comenzar con Tec21, un modelo educativo basado en retos en el que más del 50% del aprendizaje del alumno tiene que ver con involucrarlo en los desafíos del mundo real y algo que les comentábamos a nuestros alumnos era: “los estamos preparando porque el mundo es incierto, cambiante, ambiguo y esa dinámica de cambios cada vez más acelerada, y ustedes tienen que saber y poseer ciertos aspectos técnicos de la disciplina pero sobre todo tener una serie de competencias que los habiliten para navegar en ese mundo”.

No imaginábamos que no sólo los alumnos, sino al final del día toda la institución estaríamos inmersos en algo como esto; pero también lo que estamos viendo es que se ha acelerado la adopción de las tecnologías digitales de una manera masiva. Si nosotros teníamos una gran tradición en el uso de tecnología, hoy todo mundo habla de Zoom, nosotros lo usamos desde hace más de cinco o siete años.

En 2017, hace 3 años, la manera en que estamos enseñando ahorita fue clave en el tema del sismo en la Ciudad de México; entonces ya teníamos cierta experiencia. En ese caso fue para un campus, para el 20% de los alumnos, ahora el gran reto era hacerlo para 90 mil alumnos del Tec de Monterrey, más otros 50 mil del TecMilenio y casi 10 mil profesores, todo eso en muy poco tiempo. Nos hemos dado cuenta de nuestra capacidad de reacción y de adopción y del gran compromiso de los profesores para adoptar esas tecnologías y pedagogías aquellos que todavía no estaban involucrados.

Yo creo que aspectos que veíamos que a lo mejor iban a tomar cinco años se han adelantado y ya los tenemos aquí. Ahora lo que tenemos que ver es cómo potencializamos eso.

Hablando sobre Tec21, se jugaron el todo por el todo al arrancar con él en el semestre agosto-diciembre de 2019, un modelo educativo que llegó a romper esquemas es nivel mundial.

Este emprendimiento es una parte del ADN del Tec, que es sinónimo de emprendimiento, innovación, resiliencia y liderazgo. Sí nos hace tomar riesgos, que siempre son calculados. Este modelo fue una iniciativa que nos llevó casi seis años el estarla construyendo y se llegó un momento en el que se tenía que tomar la decisión de cómo desplegarlo, ¿nacionalmente? ¿en todas las carreras? O ¿un poco más despacio? Consideramos y sentíamos que los aspectos fundamentales ya los habíamos probado y que valía la pena dar el paso por completo.

Creíamos que eso nos iba a empujar efectivamente como organización a adoptarlo más rápido y así ha sido. Estamos muy contentos con los resultados y como toda iniciativa de esta envergadura arranca con sus áreas de oportunidad, las cuales rápidamente las identificamos y las hemos atendido. Acabo de recibir un reporte, precisamente acerca de esto, de cómo nos sentimos internamente con respecto a Tec21, alguien decía que nos adelantamos décadas a lo que va a ser la educación superior en muchas partes del mundo.

Tuvimos visitas de decenas de rectores de instituciones educativas internacionales que venían a conocer acerca de Tec21 para aprender sobre cómo lo hicimos y tener más detalles. Consideramos que es un parteaguas para el Tec, una contribución importante y relevante para la educación superior en el mundo.

Yo soy de los que creen que al final del día no hay un solo modelo único para la educación superior, debe de haber esa diversidad, pero nosotros creemos que éste tiene muchas bondades para lo que nosotros buscamos desarrollar en nuestros estudiantes. Yo diría que la atención es un aspecto que ha trascendido, nos ha llamado la atención que ha generado, no era nuestro propósito, ese era cómo educar mejor a nuestros estudiantes para formarlos con ciertos atributos y competencias, y como efecto secundario hemos visto que ha llamado la atención a este nivel.

Además de Tec21, ¿por qué otros proyectos apostarán?

Algo que he estado comentando con mi equipo internamente y con los Consejeros es el tema de que quiero impulsar lo que yo le he llamado las tres “I”. La “I” de innovación, la “I” de investigación y la “I” de internacionalización.

En Innovación, es claro que Tec 21 es una gran innovación y hay que consolidarla, también hay otras innovaciones que podemos hacer, por ejemplo, en el área de aprendizaje a lo largo de la vida, la educación continua. Estamos viendo que la pandemia va a ser un acelerador de esto, en el cual queremos seguir contribuyendo, el tema de innovación educativa lo vemos muy muy relevante.

En el tema de Investigación creemos que el Tec ha avanzado, pero creemos que ahora podemos seguir todavía avanzando más rápido tratando de identificar un par de áreas en donde tengamos centros de clase mundial, que estemos haciendo investigaciones que sean reconocidas dentro de las mejores del mundo.

En cuanto a la Internacionalización, hoy el Tec es una institución muy internacional en el sentido de que muchos de nuestros alumnos tienen la oportunidad de ir al extranjero, seis de cada diez alumnos que se gradúan lo hacen y también que recibimos alumnos del extranjero; a lo que me refiero con esta parte es pasar de la internacionalización de los alumnos a la internacionalización de la institución, que sea aún más reconocida en el ámbito internacional con sinergias de largo plazo con organismos institucionales, pueden ser universidades o empresas, en fin, enfocados a aspectos que vayan alineados con esos proyectos que nosotros queremos impulsar.

“En este distanciamiento físico, hemos visto que tenemos un acercamiento emocional con nuestro público.. En cuanto a nuestros alumnos, hemos llevado programas a los que les llamamos de Liderazgo y Formación Estudiantil, no sólo llevamos las clases a sus casas, llevamos parte de la vivencia universitaria, actividades culturales, deportivas o de grupos estudiantiles”.

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