Un golpe de color estalla y se entremezcla con una superficie cremosa. Se transforma, se une a otros elementos y termina deleitando el paladar de más de uno.
Proyecto-D surgió como marca hace 5 años, pero su creadora Daniela Díaz de León, podría remontarlo a dos momentos claves: 13 años atrás cuando generó el concepto, o su niñez aprendiendo de la mano de su madre.
En su familia siempre estuvo presente la repostería, “yo aprendí de mi mamá y ella de mi abuela que solía dar clases de repostería (…) es una situación generacional”.
Pero Daniela con su instinto disruptivo, encontraría en estas bases el camino para crear algo propio.
Proyecto-D se define como diseño de pasteles y justamente lo que busca es la unión de una visión creativa con la práctica de la repostería profesional.
EL EXPRESIONISMO EN LA PASTELERÍA
En un inicio Daniela se inclinó por una visión minimalista, así definía su luxury baking. “Ahorita traigo una onda rara, más expresiva. Me inspiro de escenas de colores, veo un coral en el mar y surge algo”, comparte Daniela.
Los textiles, la naturaleza y recientemente el bordado, son sus fuentes de inspiración.
No es hasta cuando se encuentra frente a sus ingredientes y utensilios, que los pasteles comienzan a adquirir sentido.
“Algunas ocasiones me han preguntado sobre las texturas y la verdad es que no tengo un plan, es como van saliendo (…) lo relaciono con la pintura, fluye en cuanto al color y la composición”.
UN PASO ADELANTE: ROMPIENDO ESQUEMAS
El objetivo de Proyecto-D en la actualidad es inspirar. Es por ello que desde hace ya un tiempo está visualizado como contenido.
“Se acercan reposteros que se están iniciando en el negocio, por lo tanto, trato de proporcionar contenido nuevo y relevante que los inspire a romper las barreras”.
Desde hace 2 o 3 años, Daniela pensó en darle el giro a su negocio y cuando la oportunidad se dio, no dudó en aprovecharla.
Así fue como Proyecto-D planteó un plan educativo online, que ha tomado relevancia en los tiempos que estamos viviendo.
“Tengo muchos alumnos que les gusta el contenido, han estado en los cursos en línea, desarrollaron sus negocios y empiezan a implementar el conocimiento. Ahora voy a tener un curso en particular de diseño de pasteles y la respuesta ha sido un buen número de alumnos que retornan”, comenta Daniela.
El rumbo de este concepto está dirigido a la innovación y a que otros reposteros pierdan el miedo de mostrar su arte.
En un tiempo no muy lejano podríamos estar viendo cómo se convirtió en una academia profesional avalada, enfocada en que sus estudiantes salgan de la zona de confort.
