Es en 1945 cuando en la esquina de las calles Juárez y Aramberri inicia la historia de uno de los restaurantes más icónicos de los regiomontanos: la Taquería Juárez.
Todos los días, después de las seis de la tarde, en un comal de carbón María Guadalupe Espinoza de Servín, de naturaleza inquieta y acostumbrada a trabajar, con la ayuda de su hija Rebeca preparaba en un principio enchiladas y con el paso del tiempo también tacos de picadillo.
Siempre juntas, María Guadalupe y Rebeca, quien al salir de la escuela se dedicaba a ayudar a su mamá, disfrutaban de atender a sus comensales, quienes formaban parte de su gran familia, con el compromiso de ofrecerles una experiencia completa con servicio y calidad excelentes.
Conservar su esencia, y sobre todo ese exquisito sabor con el que conquistan los paladares de sus comensales es la razón por la que trabajan todos los días Laura Gerardina, María Guadalupe, Verónica Francis y Rosa Isela Rodríguez Servín, nietas de la fundadora, quienes heredaron de su madre y su abuela los valores que predominan en esta empresa familiar que cuenta con procesos muy estructurados que les han valido el recibir certificaciones como el Distintivo H, Distintivo M y el de la CANIRAC.
Desde pequeñas su mamá siempre las involucró en el negocio, con el cual tenían que cumplir de igual manera que con sus deberes académicos; si faltaba un mesero o alguien de cocina ellas salían al quite, “Yo creo que fue algo que nos ayudó mucho. Hubo muchas enseñanzas desde dentro del negocio, como los valores, el cariño y el cuidado hacia el cliente. Nuestra mamá nos decía que tienes que estar en el negocio aunque estés cansada, entonces creo que fue un aprendizaje de mucho amor y cariño y sobre todo trabajo constante”, complementaron.
Cuando la demanda comenzó a crecer contrataron personal para poder atender a su público eran un equipo de 17 personas, con el paso de los años creció a 36 y actualmente son alrededor de 330 personas quienes colaboran en la Taquería Juárez, de la que orgullosamente pueden decir que no tiene rotación de personal; por ejemplo, uno de sus elementos con mayor antigüedad tiene 32 años trabajando con ellas, y así muchos casos que a través del tiempo han crecido profesionalmente de la mano con el restaurante.
Actualmente cuentan con tres sucursales y un ‘drive thru’, cubriendo así las zonas Centro, Norte, Oriente y Sur del Área Metropolitana. En 2015 comenzaron a trabajar en su expansión al abrir un punto en Garza Sada, al que le siguieron los restaurantes de Lindavista y San Nicolás.
Al principio la idea de abrir sucursales no era del agrado de su mamá porque consideraba que podía llegar a dejar de prestarle atención a la matriz, sin embargo, tuvo oportunidad de vivir el éxito de llevar su cocina a otros lugares, “Se quedó satisfecha de ver que estábamos muy involucradas y cuando abrimos Garza Sada estaba muy contenta de ver que si podíamos”, agregaron las hermanas Rodríguez. A un año de celebrar su 75 aniversario, su legado gastronómico se mantiene arraigado en el corazón de los regiomontanos.
- 74 años
- Más de 300 colaboradores en sus 4 puntos
- 3 sucursales y un drive thru
