El retador pero gratificante mundo de los negocios lo contagia a estudiantes que llegan con sus propuestas y listos para emprender. También vive con ellos sus fases complicadas y de confusión al frente del Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera.
Ingeniero Mecatrónico graduado del Tec de Monterrey su trayectoria de líder de jóvenes nació primero en Coparmex y ahora desde su alma mater.
Se define como un ‘ñoño’ que siempre estuvo en todas las actividades extracurriculares, además no quería desaprovechar ninguna para compensar el esfuerzo de sus padres en su educación.
Así llegó a una conferencia de las tendencias de Twitter hace diez (Uhhh recuerda entre risas), pero lo enlazó con el mundo empresarial vía Coparmex. Comenzó en una junta donde no entendió nada hasta aprender a lidiar con agendas de políticos y empresarios, crear lazos no sólo de trabajo sino de amistad y al final una comunidad.
Los cimientos para tratar con jóvenes fue cuando le tocó irse seis meses con 7 estudiantes a Irlanda. La tarea de mantenerlos seguros y que vivieran una gran experiencia le cayó a Juan Diego cuando le entregaron las cartas notariadas de responsabilidad legal.
Regresó y llegó la oportunidad de ser el líder de Jóvenes de Coparmex, cargo que dudó y primero rechazó porque no se sentía preparado, pero fue convencido por el presidente Paco Ruiz. Fue una friega quizás, el negocio se descuida, pero no hubo mejor maestría en la vida.
Terminó su periodo y siguió con ellos, cuando el Tec por medio de Eduardo Gajón se acercó para proponerle encargarse del área de Emprendedores como mentor, tarea que tomó porque desde siempre le ha gustado enseñar y compartir sus conocimientos. Tiene muy presente el de una joven a quien ayudó a estudiar par ingresar a la UNAM, ahora graduada con todo y maestría.
Describe como complicada la parte de involucrarse emocionalmente con ellos (inevitable), pues viven cosas similares a él y además debe ser cuidadoso con las palabras de apoyo. “No les puedes decir que van mal o que no es el camino, sino ayudarlos a cuestionarlos y ellos solos lleguen a sus respuestas. Un sí o un no es una gran responsabilidad”.
Su tarea es darles la seguridad y aprendan a esquivar las minas que se les atravesarán durante su proyecto y en cualquier resultado él estará con ellos. “Lo más importante es que pierdan el miedo o tomen la confianza de que hay mucha gente dispuesta a apoyarlos”.
