Desde niña Claudia Aguilera se ha considerado una nómada por excelencia, gracias al trabajo de su papá ha tenido la oportunidad de vivir en diferentes ciudades del país. Durante su adolescencia mientras estudiaba Marketing vivió en Chihuahua, Vancouver y finalizó su carrera profesional en tierras tapatías, estado que la vio nacer. Su necesidad constante por conocer más de la gastronomía, la llevó al finalizar su carrera a trabajar en un restaurante mexicano enfocado 100 por ciento en tequila, donde aprendió sobre la cosecha, los procesos y más.
Un par de años después ingresó comenzó a trabajar en Patrón, la marca de tequila. Durante su paso por la tequilera trabajó como asistente del CEO y el CFO de la compañía y después fue encargada de las experiencias gastronómicas de la marca, donde traían a mixólogos y embajadores de la marca a conocer el lugar donde se producía.
Claudia comenzó a mostrar más interés en conocer sobre gastronomía, así que en una de sus investigaciones descubrió que Barcelona era considera una cuna gastronómica. No tardo mucho tiempo en sentir una extraña fijación por esa ciudad así que encontró un Posgrado en Alimentos y Bebidas y unos meses después de ahorrar dinero se fue a iniciar una nueva aventura en Europa.
Hace casi una década Claudia ingresó al posgrado en la Escuela de Hostelería en la capital de España, donde conoció al español Pau Vives. Durante el verano del Posgrado la escuela les pedía hacer prácticas profesionales en un restaurante u hotel, así que Claudia buscó una opción en la misma ciudad de la que estaba enamorada, mientras la mayoría de sus compañeros se fueron a otras ciudades del continente europeo.
La tapatía comenzó a trabajar en Catalonia Hotels & Resorts, donde su actividad principal era asegurarse que los desayunos se sirvieran de acuerdo a la estandarización del grupo hotelero. En ese tiempo solamente tomaba té de cafeterías populares de la ciudad, ya que no tenía mucho conocimiento del tema. Tuvo la oportunidad de conocer a la mamá de Pau Vives de origen holandés y al ver la manera tan particular, la calidad y la forma en la que preparaba el té, encontró una fascinación indescriptible que ninguna bebida antes le había provocado.
Al terminar sus estudios Claudia aceptó una posición de trabajo donde el entrenamiento era por dos años en Playa del Carmen así que se separó de Pau su actual esposo y regresó a tierras mexicanas. Aunque en ese tiempo ya no estaban juntos, seguían en contacto, afirman ambos que todos los días después de su pesado día laboral, se escribían o se llamaba por teléfono.
Un año después de estar en Playa del Carmen, Claudia comenzó a sentir una necesidad por crear su propio emprendimiento, así que tomó la decisión de dejar todo e iniciar algo propio. Los Cabos y Guadalajara eran sus opciones principales, pero su familia vivía en Monterrey, así que agarró sus cosas y se vino a comenzar desde cero pero con el apoyo incondicional de sus seres queridos.
La tapatía creía ciegamente en su proyecto así que le propuso al español sumarse, pero Pau le dijo cuando quieras emprender en Monterrey una empresa de cerveza búscame, ya que estaba seguro que ese mercado no estaba listo para el té.
A finales del 2011, después de un arduo año de trabajo para Claudia, de sensibilizar a las personas con el tema, dar cursos y talleres para crear cultura, la respuesta que recibía era positiva pero sabía que tenía que ser muy paciente, ya que esa tienda de ensueño con toques románticos que tanto deseaba tener, como las que visitó años atrás en Europa, no sería tan sencilla lograrla.
Hindie es un movimiento independiente que busca ofrecer a las personas un estilo de vida, donde el té las acompañe a ser su mejor versión. Claudia y Pau buscan quitarle ese lado aburrido a la bebida, diseñando experiencias, ofreciendo productos de calidad y que las personas reciban los beneficios reales del té.
Los ahora socios empezaron a buscar nuevos aliados que se unieran al movimiento, así que se acercaron a diferentes restaurantes y centros de consumo con los que hicieran click, no con el establecimiento o con la propuesta gastronómica sino con sus emprendedores. Buscaban que los comensales y clientes de esos sitios conocieran nuevos sabores, generar curiosidad y sobretodo que disfrutaran de una buena taza de té.
Hoy en día puedes encontrar Hindie en: Mille Delices, Panem, Benell, Yokot’an, Cocoan, Koli, Cometa, solo por mencionar algunos. Solo en centros de consumo y restaurantes se sirven 300 mil tazas de té al mes, gracias a Hindie la tapatía y el español aseguran que Monterrey y San Pedro se han convertido en las dos ciudades del país que consumen el mejor té del país.
A través de los años han recibido una respuesta muy positiva, se sienten sumamente contentos ya que a las personas les fascina la de que les transmitan cultura, de aprender nuevas cosas y lo más interesante que Hindie al ser una marca muy humana no solo busca vender, sino que desea acompañarlos y enseñar.
Al iniciar con la aventura soñaban con la idea de poder regalar té a la comunidad, ya que sabían que un gramo de té era algo que sin problema podían costear. Hace 2 años abrieron las puertas de Hindie ubicado en el corazón del Barrio Antiguo y todos los fines de semana realizan una degustación gratuita, donde le hacen honor a su lema: “Let’s get Tea drunk!”, buscan que la gente comparta su vida, sus secretos, aprendan y consuman té.
Es importante destacar que no solo en restaurantes y centros de consumo encuentras Hindie, al visitar la tienda puedes encontrar entre 40 y 50 variedad de sabores en diferentes presentaciones: cajas pequeñas con varios sachets, a granel en bolsas pequeñas desde 100 gramos.
“Nos ha costado mucho proteger el concepto original ya que hay muchas tentaciones en el día a día pero siempre buscamos el camino para regresar a nuestros ideales y filosofía y algo que nos inspira muchísimo es nuestro equipo, ya que son personas que creyeron en nuestro sueño y se sumaron a Hindie”, afirma la tapatía de 35 años.
Hindie buscar cuidar en todo momento la frescura de su producto proveniente de la planta camellia sinensis, una cosecha manual realizada en el continente asiático, que produce un té en hebras naturales, el mejor de su tipo.
En un inicio los cursos los brindaban cada 3 o 6 meses, hoy en día cada dos, ambos afirman que producir lo que hoy en día es una masterclass de Hindie no es tarea fácil, ya que reúnen más de 7 patrocinadores, mezclan de manera perfecta la pasión de Claudia por la gastronomía y la de Pau, la mixología. Entre degustaciones, maridajes, más de 20 dinámicas teóricas y prácticas por 6 horas, el grupo pequeño de personas está en éxtasis total conociendo todo sobre el té.
Pau comenta que uno de los mayores retos que han enfrentado ha sido emprender como pareja, ya que es complejo diferenciar entre el negocio y nosotros, pero hasta cierto punto considera que también ha sido una ventaja, ya que cuando tienen un mal día, no tienen vergüenza alguna en compartirlo y eso ha puesto los cimientos de la relación. Por parte de Claudia renunciar a una buena propuesta de trabajo, dejar de tener un ingreso fijo ha sido uno de los retos más grandes, ya que nadie te dice cómo hacer las cosas, todo es prueba y error.
Durante la entrevista le preguntamos al español si le gustaría brindar algún consejo a un emprendedor que va iniciando un negocio a lo que respondió: “Hace unos meses estábamos en Mazatlán, Clau y yo aprendiendo a surfear y en ese momento mientras disfrutábamos y estábamos relajados, tomamos la decisión de no entrar a rondas con inversionistas, ya queríamos continuar disfrutando lo que hacemos, así que sería ese nunca dejes de disfrutar.”
Para finalizar la actual sommelier de té nos compartió que es importante rodearte de las personas correctas, tanto en la empresa como con tus proveedores, gente que entienda lo que estás haciendo, ya que sólo no vas a poder.