“Creamos piezas con material de primera y la seguridad que tendrás un diseño único a un excelente precio”.
Lila y Mariana son las creadoras de Marbe, una tienda de muebles y accesorios en mármol que no le piden nada a las grandes a las grandes firmas departamentales. Llevan un año dando de qué hablar en el mercado de Torreón, distribuyendo sus productos en tres negocios, además han enviado a Monterrey, Durango y están por llegar hasta New York.
La base la amistad de más de once años (les dijo Facebook) de Lila Verano y Mariana Álvarez Martos. Lila aporta la creatividad e ingenio como diseñadora, además es la parte ‘terca’, porque no queda conforme hasta que salga el diseño.
Mientras Mariana brinda la experiencia de haber trabajado la piedra y los trazos al ser arquitecta, además de su intensidad en todo el proceso del pedido. Ella tuvo la inquietud de independizarse de la empresa familiar con el mármol como elemento principal, pero sentía que faltaba un eslabón innovador y por eso invitó a Lila.
De la mano de artesanos laguneros acostumbrados a solo a trabajar lápidas, se adentraron con ellos en trazos más dinámicos y llevándolos a explorar cada elemento.
El 1 de septiembre de 2018 nació Marbe, nombre que viene de dos ideas: Mármol en inglés (Marbol) y de fusionar los nombres Martos – Verano aunque transformada la ‘V’ en ‘B’, logrando así un término corto y fuerte.
Ya con la idea, el branding y el local listos, se lanzaron a la aventura de ir por clientes y posicionar la marca. Gracias a la originalidad de los diseños fueron invitadas al Bazar del Campestre de Torreón, escenario muy bien aprovechado porque además de ser opción para un regalo de navidad, comenzaron los pedidos para crear recuerdos de bautizos, bodas, primeras comuniones y todo tipo de eventos, abriendo ese ese gran abanico de sus ventas.
EXPANSIÓN ONLINE
La fortaleza de Marbe está en Instagram, por lo que su segundo año el plan se enfocará en tener el dominio web. “La gran mayoría de los clientes ven la foto, pide, deposita y recibe el producto, es muy raro que alguien vaya a verlo en la tienda”, resaltan.
Con esa exposición en redes fueron contactadas por un bazar de laguneros radicados en Nueva York, para ser parte de un sitio de diseñadores mexicanos.
Un año pasó y mucho o poco, para ellas ha sido desde cargar una pesada mesa entre las dos por un pasillo de vidrio, ver sus diseños copiados por la competencia, al principio les frustraba pero ahora lo ven como un indicador que están haciendo las cosas bien o sus piezas vendidas al doble, pero al final tienen la satisfacción de que todos los clientes quedan contentos.
Su principal mercado empezó con las recién casadas que buscan un producto de calidad a buen precio. “Muchos piensan que si es caro es de buena calidad. Tenemos clientes que ya han comparado nuestros productos con otros que les salieron al doble y les gusta más el nuestro”.
Lila y Mariana continuarán dándole vida a un material que parece frío pero al final le da un toque a un nuevo hogar o se convierte en un agradable recuerdo.