Oribe significa orfebre; el que trabaja con oro y, seguramente no será casualidad que el lagunero haya maquilado el máximo logro en la historia del futbol mexicano a nivel de selecciones nacionales.
Fue hace 10 años que, en el mítico estadio de Wembley, Oribe Peralta marcó un par de goles que le dieron a México la presea dorada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
El domingo 11 de agosto de 2012, el conjunto tricolor, entonces dirigido por Luis Fernando Tena, se enfrentó al poderoso Brasil de Neymar para lograr la hazaña que pocos pudieron vaticinar y que nadie ha podido repetir.
Una década después y permanece en la memoria de toda una nación que gritó al unísono ¡México es de oro!
“La verdad lo recuerdo y me enorgullece haber formado parte de esa Selección, de esa gran familia, porque, en eso nos convertimos para ganar esa medalla”.
“Fuimos sorprendiendo a todos, ni la misma prensa nos tenía contemplados para hacer un buen papel, por los partidos de preparación y porque veían a los otros equipos, pero, al final las cosas se fueron dando y el resultado fue que superamos ampliamente a Brasil en la Gran Final”, recuerda el orgullo de La Laguna.
Previo al duelo de la Gran Final, el representativo nacional tuvo que pasar por encima de Senegal, al que venció 4 por 2 en la ronda de Cuartos de Final. En la Semifinal se impuso a Japón 3 a 1 con anotaciones de Marco Fabián de la Mora, Javier Cortés y Oribe Peralta.
Para el duelo ante el ´Scratch du Oro´, México llegó en aparente desventaja por el renombre de varios de sus jugadores, entre ellos Neymar y Marcelo, pero, casi de inmediato, Peralta dejó en claro que el objetivo era el de salir campeones marcando el primero de sus dos goles cuando apenas corría un minuto de juego.
El segundo tanto cayó al ´75 de tiempo corrido y fue casi como una sentencia, Peralta y su doblete les estaban dando la presea a los mexicanos, estaba prácticamente sellado. Por los cariocas marcó Hulk ya en tiempo de compensación, dando sentencia al marcador final.
Fue así que, el 11 de agosto, en el estadio de mayor jerarquía a nivel mundial, Oribe Peralta Morones y toda una nación, entonaron el himno nacional como canto de gloria.
