A partir del 10 de marzo Texas reabrirá por completo sus negocios y los ciudadanos del estado vecino de Coahuila ya no estarán obligados a portar cubrebocas.
Esta decisión fue anunciada por el gobernador Greg Abott este martes, a pesar de que funcionarios de Salud Pública señalaron que las restricciones siguen siendo criticas para controlar la pandemia que ha dejado 42 mil muertos en su estado.
Esta decisión se tomó a partir del avance de vacunación. No obstante, de los 29 millones de habitantes, solo se han vacunado dos millones.
Asimismo, se levantará el mandato del uso de cubrebocas y se permitirá que todas las empresas abran al 100 por ciento de su capacidad por primera vez en casi un año.
Especialistas de Salud han advertido que las vacunas son un método preventivo y que el uso de cubrebocas junto con otras medidas, aún son necesarias.
Si bien Abbott señaló que las empresas aún pueden optar por limitar la ocupación o requerir cubrebocas, el cambio abre la puerta a reuniones sociales potencialmente masivas, incluso en estadios deportivos, salas de conciertos y otros lugares grandes.
“Demasiados texanos han sido marginados de las oportunidades de empleo. Demasiados propietarios de pequeñas empresas han tenido problemas para pagar sus facturas. Esto debe terminar ”, dijo Abbott.
“Ahora es el momento de abrir Texas al 100 por ciento”, agregó.
Cabe señalar, que se tiene previsto para el 21 de marzo la reapertura de los cruces fronterizos luego de un año de restricciones por COVID-19.
Tanto las medidas en la frontera como las restricciones a establecimientos por la pandemia, provocaron el cierre de cientos de negocios que se mantenían gracias a los visitantes, principalmente de México, en localidades como McAllen y Laredo.
