Una vez que se tiene certeza de que la enfermedad puede ser controlada en casa, algunos pacientes presentarán síntomas “leves” que pueden ir intensificándose al grado de experimentar dificultad para respirar por algunos días.
La dificultad no deberá empeorar, en todo momento habrá que tener la opinión de un profesional de salud que considere la gravedad del caso.
Los pacientes con bajos niveles de oxígeno, pueden experimentar dificultades para respirar y por lo tanto, podrían requerir del apoyo de un tanque de oxígeno hasta que se supere esta etapa.
Estas son algunas de las consideraciones que se deberán hacer durante su uso:
- Es un medicamento que debe ser recetado y sugerido por un médico.
- El riesgo de incendio es mayor cuando se utiliza oxígeno suplementario.
- Su uso sin humidificador y en grandes cantidades, puede generar daños irreversibles y hasta enfermedades pulmonares.
- Se deberá contar con un oxímetro para la medición de la saturación de oxígeno.
- El oxígeno que se encuentra en los tanques (en forma gaseosa) y en los contenedores (líquido), puede causar lesiones si no se usa correctamente.
- De preferencia contar con la supervisión de alguien del personal de salud.
- Considere una reserva de oxígeno ya que se puede acabar en cuestión de pocas horas.
- Mantengan el tubo de oxígeno a la vista. Se recomienda no colocarlo debajo de muebles o cobertores.
- No se puede fumar mientras está en uso.
- No deje el tanque encendido cuando no se está usando
- No se deje al alcance de los niños.
- No usar electrodomésticos que puedan producir una chispa.
- Manténganse en posición vertical en su carrito o base.
- No colocarlo en el maletero del carro al transportar, hay que sujetarlo para que no ruede o sufra golpes.
- No adquirir tanques que no sean medicinales.
- Procurar que la válvula de la parte superior este protegida y que no se caiga.
- Evitar lugares ambientes calientes.
