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abril 24, 2024

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Imprime su talento en Las Vegas

Con sangre circense el gimnasta de 21 años es ejemplo de que nunca es tarde para comenzar a buscar los sueños.

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Nunca es tarde para comenzar a enfocarse en cumplir los sueños, creyendo en uno mismo al 100% y luego apoyarse en el respaldo incondicional de la familia. Esa la fórmula ronda todos los días la cabeza de Fernando Atayde, gimnasta artístico de alto rendimiento. Con 21 años se encuentra en la terna para formar parte del elenco ‘Le Reve The Dream’, el mejor show de Las Vegas por 8 años consecutivos.

Lleva tres audiciones que ha pasado exitosamente, el próximo mes de mayo tiene otra. En cada prueba califican su fuerza, flexibilidad, calidad de baile y también hay una prueba de natación, porque se tienen montajes debajo del agua.

Contrario a otros, Fernando no empezó desde chiquito en la gimnasia, pero a los 16 años quedó impactado de los atletas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y se sintió atraído por este deporte. Desde niño recuerda que las ruedas de carro le salían fácilmente, mientras la flexibilidad es uno de sus puntos fuertes y se complementa con la sangre circense de su familia: Atayde. Aunque sus abuelos y padres no siguieren por ahí, cree fielmente que lo lleva en su esencia, otro elemento que le ayuda en su camino por conseguir sus sueños.

Su paso por el teatro musical a los 14 años con el profesor Juan José Carrillo, fue otra fase que le permitió aprender y conocer los matices de las artes en donde hoy son fundamentales para sus montajes.

Arrancó su carrera en la Academia de Gimnasia Olímpica (AGOT), primero como deportista recreativo. Luego se fue a la Academia Mayrán, pasó también por Esgila y fue hasta que llegó al Gimnástico Laguna donde obtuvo las bases para irse dos años a campeonatos nacionales, sin embargo por su edad llegar a Juegos Olímpicos sería más complicado, por lo que decidió encaminarse a formar parte de un espectáculo de la talla del Circo Du Solei y se lanzó a Las Vegas.

Va y viene cada seis meses, tiempo que aprovecha para tomar clases, buscar contactos y afinar sus técnicas. Pasar filtros de hasta 500 personas son parte de su rutina, más que competir con gente de todo el mundo que buscan los mismos sueños que él, son un aprendizaje de que solo hay una vida y debe estarse desempeñando en algo donde son felices.

Cada temporada que vuelve a La Laguna da clases en Venko, aporta a las más pequeñas la técnica, trae nuevas tendencias, se recarga de la pila familiar y de sus amigo, además entrena de cinco a seis horas a la semana. Más que lamentarse por descubrir que esto era su pasión ya ‘grande’, y estaría en otro escalafón, está convencido que hubiera sido peor no intentarlo.

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