Fotos por Alejandro Alamraz
Locación: Il Gardino de Il Mercato Gentiloni
Compromiso genuino, calidez humana y una convicción férrea por transformar su entorno definen su impacto silencioso pero trascendental
Yoyis Flores de Pérez nació en la Ciudad de México, pero su historia, espíritu y raíces están profundamente entrelazados con Saltillo. Desde pequeña, vivió una infancia marcada por el cariño, la fe y la cercanía familiar. “Fuimos muy felices y muy consentidas”, recuerda con ternura. Junto con su hermana Adriana, creció en un hogar donde el ejemplo de servicio y generosidad venía de sus padres, Sergio y Gloria, valores que, sin saberlo en ese entonces, serían el eje rector de su vida adulta.
La vocación de emprender y compartir
Estudió Diseño de Interiores en Monterrey, pero su camino profesional la llevaría por senderos más sabrosos: la cocina. Comenzó con repostería en casa y pronto se asoció para abrir La Cocinita, negocio que durante diez años fue referente en eventos sociales de gran escala. “Me emocionaba crear el menú, cocinar, pero sobre todo, tratar con la gente”, confiesa.
Más tarde, fundó Be Good, un negocio de catering gourmet, junto a su hermana, empresa que hoy, 16 años después, sigue en manos de su familia. Yoyis cuenta que con cada emprendimiento, el contacto humano fue siempre lo más importante para ella.
El liderazgo silencioso que sostiene a Saltillo
A lo largo de su vida, ha dedicado décadas al servicio comunitario. Fue presidenta de ANSPAC Saltillo y, junto a su esposo Sergio Pérez, lideró el Club Rotario durante once años. Sin embargo, su mayor entrega ha sido a la Cruz Roja, donde suma 35 años de voluntariado y desde junio de 2024, funge como presidenta del Comité de Damas Voluntarias. “Me invitaron a la causa cuando nació mi hijo, y desde entonces, no me he ido”, cuenta con calidez
En tiempos en los que Saltillo crece y sus necesidades también, Yoyis lidera una nueva etapa de procuración de fondos, combinando tradición y modernidad, que sustentan el apoyo constante que la Cruz Roja ofrece a a ciudadanía. “Ya aceptamos donativos digitales. Hay que adaptarse”, explica. Agradece a los donadores recurrentes y alienta a nuevas empresas a sumarse. Porque, como dice, “todos los privilegios que hemos recibido deben compartirse”.
Sembrando conciencia en las nuevas generaciones
Más allá de las cifras y los eventos, Yoyis ve en su labor una responsabilidad educativa. Cree firmemente en sensibilizar a los jóvenes. “Hay que enseñarles a dar desde pequeños, porque ellos van a continuar con estas causas”, señala. Con sus cuatro hijos, lo logró a través de actividades como familia misionera y trabajo directo con comunidades.
Yoyis y su esposo Sergio han encontrado en el servicio a la comunidad una causa que los une y fortalece como pareja. Desde su trinchera, han impulsado beneficios para la ciudadanía: consultas y medicamentos gratuitos 24/7, integración de servicios de radiografías y análisis a bajo costo, y próximamente, la llegada de una ambulancia donada.
En casa y acompañada
Fuera del ámbito social, Yoyis se describe como una mujer activa, dedicada a llevar una vida equilibrada. Le apasiona el ejercicio en distintas formas, desde caminatas y senderismo hasta bicicleta de montaña y gimnasio. Su fe también es parte esencial de su día a día, así como su rol como abuela: está felizmente esperando la llegada de su décimo nieto. “Siento que he crecido mucho como pareja y como persona”, comparte con una sonrisa.
Su historia demuestra que el liderazgo no siempre se alza con voz fuerte, sino con constancia, compasión y congruencia. Saltillo necesita más personas como ella: comprometidas, discretas, pero imprescindibles.
