Michelin cerrará su planta en Querétaro. La noticia fue revelada por la empresa llantera este lunes 9 de junio y confirmada por el titular de la Secretaría de Economía, Marcelo Ebrard, quien apuntó que se trata de una transformación.
El movimiento, que se concretará a finales de 2025, es más que una simple salida industrial; se trata del fin de una etapa simbólica para la marca francesa en México y el reflejo de una industria automotriz en plena transformación.
¿Por qué Michelin cerrará su planta en Querétaro?
La decisión de cerrar la planta de Michelin en Querétaro responde a dos factores clave: un cambio estructural en la demanda del mercado —que ahora exige llantas de mayor tamaño— y una obsolescencia tecnológica que impide reconvertir la planta en una instalación competitiva.
Este movimiento forma parte de una estrategia global que busca consolidar la eficiencia operativa del grupo en América del Norte.
Un cierre que impacta, pero no implica retiro
Aunque la planta de Querétaro (la primera de Michelin en México) dejará de operar, la compañía mantendrá su sede corporativa y oficinas de servicios compartidos en la ciudad. Además, su planta en León, estado de Guanajuato, continuará como uno de los principales centros de producción del grupo a nivel global, gracias a su alto grado de automatización, flexibilidad y adaptación a nuevas exigencias del mercado automotor.
En León, Michelin produce no solo llantas para automóviles, sino también para camiones, minería, agricultura y usos especializados. Este sitio jugará un papel crucial en la estrategia de crecimiento en América del Norte.
¿Qué pasará con los empleados?
El cierre afectará directamente a 480 colaboradores. No obstante, Michelin ha prometido acompañar a cada uno con paquetes de indemnización, programas de reubicación laboral y capacitación externa. Además, en coordinación con autoridades locales, la empresa establecerá un fondo para actividades sostenibles en beneficio de Querétaro y su comunidad.
Más allá del cierre: Un contexto de disrupción automotriz
La estrategia de Michelin refleja el momento de transición que vive el sector automotriz. La electrificación de vehículos, la digitalización de procesos y la necesidad de eficiencia en tiempos de disrupción global están obligando a fabricantes y proveedores a redibujar sus mapas industriales.
En este nuevo panorama, las plantas deben ser flexibles, conectadas y capaces de adaptarse rápidamente a la evolución del mercado. La planta queretana, con más de dos décadas de operación, ya no cumplía con esos criterios, lo que motivó su cierre tras una evaluación global exhaustiva.
