El virus por Covid-19, ha traído consigo diversas consecuencias y prácticamente ha obligado a que muchos sectores importantes, como el educativo, tomaran medidas sanitarias urgentes para cuidar la salud de los ciudadanos y evitar que se propaguen los contagios. Acciones como el cierre masivo de escuelas e impartir clases en línea a través de distintas plataformas digitales han permitido que el aprendizaje continúe a la distancia. Además, esto último ha sido ejemplo de la rápida adaptación y evolución que se ha dado en temas de educación y digitalización.
Simultáneamente, el conocimiento y las habilidades se hacen obsoletos cada vez más rápido, ya que dependen de la demanda y exigencia del mercado laboral tan incierto en el que nos encontramos.
El estudio “Escasez de oportunidades laborales para los jóvenes”, una colaboración entre Junior Achievement Américas y ManpowerGroup, en la que se realizó una encuesta a más de 3,000 jóvenes entre los 18 y 29 años en 14 países de Latinoamérica, reporta que en México el 79% de los jóvenes encuestados tiene dificultad para conseguir un trabajo.
Las principales áreas de estudio de estos jóvenes son: Economías Administrativas, Ingenierías, Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales, Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Sin embargo, las razones por las que consideran que no son contratados se deben a la falta de habilidades blandas (4%), edad, horario, suspensión de contrataciones debido a la pandemia por covid (6%), falta de conocimientos técnicos (14%), falta de inglés u otro idioma (19%), así como de la falta de experiencia (servicio social o prácticas profesionales) con un 56%.
Los jóvenes se han dado cuenta de que es necesario desaprender para aprender, es decir, dejar de hacer las cosas de la manera tradicional, evitar quedarnos en el pasado y aprender a través de nuevas formas orientadas hacia el futuro. Para mejorar su empleabilidad, el 63% de los encuestados ha decidido tomar cursos adicionales a su carrera; por ejemplo: cursos de habilidades profesionales o técnicas, de idiomas como el inglés, cursos de paquetería office y cursos para mejorar sus habilidades interpersonales como el liderazgo, solución de problemas, comunicación, entre otras.
Los empleadores pueden colaborar en pro de la educación y de las oportunidades laborales, ofreciendo capacitación a jóvenes sin experiencia e invirtiendo en su desarrollo. Por otro lado, el Sector Social puede fomentar el aprendizaje de tipo experiencial (aprendiendo a través de proyectos) y generar conciencia sobre la importancia de desarrollar una verdadera Cultura de Trabajo.
Aunque no ha sido una tarea sencilla para nadie, está en nuestras manos apoyar y sobrellevar esta situación de la mejor manera posible. Aún considerando el reto tan importante que esto implica, podemos seguir contribuyendo a este largo camino de aprendizaje para hacer una mejor y nueva normalidad para todos.
