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abril 19, 2024

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Rompiendo paradigmas

Con tan solo 26 años, Ana María Rodríguez pone el nombre de nuestro país en alto, triunfando en empresas como: Google y Linkedin.

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En el año 1993, Ana María Rodríguez González nació en la Ciudad de México. A los dos años junto a su familia se fueron a Morelia, Michoacán donde vivieron una década. Con tan solo 13 años, Ana y su familia viajaron a la Ciudad de las Montañas, donde continuó con sus estudios.

Ana María desde pequeña fue una alumna que obtuvo buenas calificaciones pero nunca destacó en una materia en particular así que no fue de esas personas que tenían un plan establecido desde su corta edad. En el año 2012 se inscribió en cinco carreras diferentes: biotecnología, sociología, letras, leyes y marketing. 

Dos semanas antes de comenzar, fue a platicar con los directores de esas carreras, para conocer el plan de estudios y encontrar de alguna manera la respuesta a sus interrogantes.

Para ese momento la Directora de Marketing Internacional de la Universidad de Monterrey, la convenció al explicarle que esa carrera era una combinación de varias. Ana tenía un gusto especial por la psicología, el comportamiento de los consumidores y los negocios, así que encontró en Marketing el mix perfecto.

En el año 2012, ingresó a la carrera en la UDEM. Dos años después, durante el 2014 viajó a Corea del Sur donde realizó su intercambio académico en la Universidad Nacional de Pukyong, donde encontró un gusto por vivir fuera de casa. 

A principios de 2015, realizó sus prácticas profesionales en Procter & Gamble P&G. Durante los dos años que se desempeñó como Key Account Manager se desarrolló en el área de ventas trabajando específicamente con City Club de la Organización Soriana. En ese tiempo, trabajó en conjunto con el director de precios de la compañía, analizando el mercado e interactuando con diferentes clientes.

Durante su último semestre de carrera, conoció a su actual esposo. Él había tenido la oportunidad de trabajar en el extranjero y convenció a Ana de irse a vivir a Irlanda, ya que estaba convencido que ella tenía el potencial necesario para trabajar en el extranjero. 

Ana comenzó a aplicar para diferentes empresas con sede en el continente europeo. Alcanzó a aplicar a cerca de 200 compañías, ya que la mayoría las aplicaciones se llenaban en línea, todos los días actualizaba un archivo de excel que compartía con su novio, donde recopilaban todos los datos necesarios. 

La estudiante de Marketing Internacional, estaba convencida que no se iría de México sin tener un trabajo 100 por ciento seguro. En una ocasión un amigo de su actual esposo, publicó una vacante de Google, él trabajaba ahí pero vivía en Colombia. Ana ingresó ingresó al sitio de carreras de la compañía, encontró un rol para el mercado latinoamericano en Dublín, Irlanda, no lo pensó dos veces y con la recomendación de su conocido aplicó a la vacante. 

Sin la experiencia en P&G, Rodríguez asegura que no hubiera podido conseguir entrar a Google, ya que durante las entrevistas siempre preguntaban sobre casos y ejemplos reales del mundo laboral.

“Casi todas las empresas de tech tienen programas de referencias, a los empleados les pagan si ellos refieren a alguien. Todos están muy abiertos a ayudarte, si le escribes a alguien a través de Linkedin y les dices que quieres entrar a cierto rol y que cuentas con las habilidades, te refieren. Eso fue lo primero que aprendí y ayuda mucho a que los reclutadores vean tu currículum”, nos comparte sobre su experiencia de reclutamiento. 

El proceso para entrar a trabajar a la empresa que en 2018 fue considerada la marca más valiosa a nivel mundial fue largo, en total fueron seis entrevistas en un lapso de 4 meses. En un inicio recibió una llamada por parte de Recursos Humanos, donde evaluaron sus valores, el interés genuino por el rol, entre otras cosas. Posteriormente, un potencial compañero, la entrevistó donde le preguntó cosas más específicas para el trabajo, después tuvo otra con el manager y al finalizar una con un panel de tres personas donde evaluaron su liderazgo, competencias y más. 

Después de esas entrevistas, la retroalimentación es enviada a un comité global que analiza las contrataciones. Después de ese análisis, Ana tuvo una séptima entrevista ya que tenían una preocupación particular por resolver.

A principios de 2017 viajó al continente europeo para instalarse en Irlanda. Después de un largo viaje Ana María estaba descansando, al despertar vio un correo electrónico de la reclutadora donde le compartían la oferta final y la felicitaban por convertirse en parte del equipo de Google

“Fue una experiencia muy padre, hacen que te sientas muy afortunado de estar ahí. Todos los procesos están hecho para que pasen dos cosas: que estés contento y que des los mejores resultados posibles. Hay un sinfín de programas, comida, gimnasio, oportunidad de estudiar cursos y formar parte de diferentes eventos. Si tuve retos ya que se espera un nivel de desempeño bastante extraordinario todo el tiempo, pero lo disfruté mucho”, nos comparte sobre su experiencia en Google.

Durante más de dos años, Ana María se desempeñó como Digital Marketing Strategist, donde analizaba cómo mejorar el desempeño de anuncios de empresas argentinas, que se desplegaba en el buscador, en el display de Google y en Youtube. En una época donde dicho mercado sufría, a causa de la caída del valor del peso argentino. 

Mientras Ana continuaba con su trabajo en Google, su prometido se fue a vivir a San Francisco. La mexicana comenzó con su proceso de visado para venirse a Estados Unidos, al ser un proceso complejo, pasaban los meses y no tenía una respuesta.

Estando en Irlanda comenzó a aplicar para diferentes startups y en marzo del año pasado renunció a su trabajo y se fue a San Francisco, estaba convencida que encontraría algún trabajo bueno en la meca de la tecnología. 

El verano de 2019 ingresó como Startups Strategy Associate a Stripe, empresa de tecnología financiera, dedicada a apoyar compañías a generar nuevos modelos de negocio, donde puedan realizar varias transacciones para una sola venta, como es el caso de Uber, que el cliente realiza el pago a la aplicación y la app realiza la transacción al conductor.

“A diferencia de Google donde tres personas manejabamos 60 clientes, en Stripe nueve teníamos 40 mil startups. La naturaleza del trabajo era distinta, no era de soluciones profundas, sino de soluciones escalable para poder hacer todo lo más rápido y eficiente posible”, comparte Ana María sobre su experiencia en Stripe.

Gracias a esta experiencia que duró poco menos de un año, Ana aprendió a priorizar y definir lo que es urgente e importante y que tendrá más impacto para los clientes y para la compañía. Ahí descubrió que prefiere trabajar en organizaciones más grandes con mayor estructura, procesos más desarrollados, donde pueda tener menor cantidad de clientes para poder brindarle un servicio más personalizado. 

Ana comenzó con la búsqueda de un nuevo trabajo en una organización más grande. Curiosamente para esa época, una de sus mejores amigas que conoció en Google, trabajaba en Linkedin en Francia. Ella le comentó que se había abierto una vacante que iba con su perfil, así que no lo dudó y aplicó.

Al ser recomendada por una persona que anteriormente había trabajado con ella y contar con todas las herramientas necesarias para ese rol, las cosas fluyeron a la perfección. Aunque el proceso de selección fue largo ya que duró poco más de tres meses. Hace dos meses se integró a la empresa como Client Solutions Manager teniendo el control de los anuncios de una sola cuenta, Adobe. 

“A mi me gusta mucho el análisis, tener 100 por ciento de mi tiempo para entender a un solo negocio me fascina.Lo interesante es que en realidad tengo 15 clientes, cada línea de negocio dentro de Adobe es como un cliente. En realidad son como 30 individuos con los que tengo que construir relación, ese proceso para mí, es muy interesante y me encanta”, comparte Ana María sobre su experiencia en Linkedin.

Al preguntarle a Ana María que sigue en su carrera profesional, afirma que hay dos ramas en las que le gustaría especializarse que son ventas y marketing en tecnología. Desea seguir creciendo en Linkedin y  aprender sobre cómo manejar un equipo. En un par de años, no descarta regresar a las aulas para enfocarse en consultoría de desarrollo organizacional y psicología organizacional.

El obstáculo más grande que tenemos es que nos ponemos barrera mental. Yo la tenía, ni siquiera se me hubiera ocurrido aplicar a una empresa así, lo veía tan lejos. Mi esposo llegó a romper ese paradigma, aplica y si no entras, no pasa nada, me decía. La gente se sorprendería si viera cuántos roles muy específicos hay, donde tú tienes una ventaja sobre los demás”, compartió Rodríguez. 

“Es importante ser metódico, busca que alguien te recomiende y al momento de las entrevista haz tu trabajo, prepara ejemplos de lo que el rol pide, para que cuando te pregunten, puedas contar de una forma más estructurada sobre tus habilidades y que no te agarren en curva”, agregó. 

A través de su experiencia profesional Ana María afirma que ha sufrido del Síndrome del Impostor, donde en más de una ocasión se ha preguntado por qué la contrataron. Gracias al apoyo de sus managers ha podido sacar esa idea de la cabeza y recordarse que está ahí por una razón. 

Ese sentimiento de que no eres suficiente es algo que pasa mucho con nuestra generación, ya que todo el tiempo estás viendo qué hacen los demás. Lo que más ha ayudado es enfocarme en mi carrera, no ver lo que hacen los demás y dejar de dudar de mis habilidades. Es algo que siempre va a estar conmigo, no creo que jamás se me pase y creo que es bueno ya que te da cierto tipo de de humildad, te hace valorar lo que tienes. Si estás sintiendo eso no te preocupes estás ahí por una razón”, agregó para finalizar la joven mexicana que está triunfando en la meca de la tecnología con tan solo 26 años.

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