En los últimos años se ha presentado una creciente demanda por parte de los consumidores de un producto único y distintivo, de mayor calidad y mejor complejidad sensorial, lo que está permitiendo un nuevo resurgimiento del segmento de la cerveza artesanal.

La elaboración de cerveza es un arte antiguo establecido en diferentes civilizaciones y culturas, pero no existe un acuerdo preciso y unánime sobre el origen.

El movimiento o revolución de la cerveza artesanal comenzó en los Estados Unidos después de los años de prohibición nacional del alcohol.

Casualmente gracias a la prohibición que se registró el año pasado en Nuevo León debido a la pandemia y con la que las autoridades buscaron reducir los contagios de COVID-19, para muchos representó una oportunidad.

Mientras la cerveza “tradicional” escaseaba en los comercios, los consumidores voltearon a ver otras bebidas alcohólicas como el vino, el whiskey y otro tipo de licores.

Sin embargo, los asiduos a la cerveza se refugiaron en las artesanales, que seguían produciendo, pero sin poder llegar al usuario final.

Para Raylee Ortiz fue la oportunidad de oro. Con más tres años trabajando en la industria, comenzó a distribuir cervezas de empresas que no contaban con puntos de venta.

Actualmente maneja entre 90 y 110 marcas de cervezas, entre nacionales e internacionales, artesanales y de temporada, algunas que incluso solo aparecieron una vez como curiosidad, pero que no llamaron la atención.

Combinar humor y sabor

Raylee no solo se dedica a distribuir cerveza. Su conocimiento lo ha llevado a crear sus propias bebidas gracias a cerveceros independientes a quienes les comparte lo que debe llevar.

“Pido un desarrollo, se elabora en lotes pequeños, es decir, lo más pequeño que puedes desarrollar creo que son como 10 litros, eso obviamente tú lo pagas, compras la materia para que hagas esto, ‘¿Qué tal quedó’, ‘¿bien?’… ‘¿Sí o no?’ Sí queda buena, visto bueno y ya se elabora un lote completo, son como 600 litros y ya se empieza a vender, prueba y error, la cerveza artesanal es mucho prueba y error, la materia prima que compras a veces no resulta”, explica.

Pero un punto importante y que lo ha llevado a que algunas cervezas sean reconocidas a nivel nacional es que el diseño sea atractivo, además de que claro, tenga una buen sabor.

“Amziedad” probablemente sea la más popular entre sus cervezas. Comenta que la hizo de broma, al incluir al famoso perro Cheems que inunda las redes sociales.

“Esa cerveza no solo es un guiño a la cultura popular, ese es el meme que más tiempo he visto que llegó para quedarse, tiene como dos años que lo vengo viendo, y se sigue dando, los memes son algo rápido, de dos tres meses y se acabó. Esa se ha quedado.”

Hay dos versiones, una fuerte y una suave. Junto con ellas, otras de sus creaciones son la “Reptar”, la “Redención”, “Sargento Sam”, “Estrella de la mañana” y “El Palomar”.

Para Raylee, sin duda el interés en las cervezas artesanales sigue creciendo, sobre todo por ofrecer un producto diferente a las tradicionales “oscura” y “clara”, además que para él, brindar una atención personalizada es un punto importante en su negocio.

Además, él se enfoca en tres puntos importantes para seleccionar una cerveza para distribuir, ya que dice, cerveceras de otros estados se han acercado con él.

“Muchos cerveceros me mandan a probar, si la etiqueta es buena, y la cerveza es buena, vámonos, y otra cosa, el precio que determina si puedo manejarla”, destaca Raylee.

Por último, nos comentó que está próximo a sacar otras cinco nuevas cervezas, además de que espera crecer de forma natural, seguir probando que lo que hace está bien hecho y de buena calidad, ofreciendo un producto bueno ya que “tomar una cerveza artesanal es todo un ritual”.

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