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marzo 28, 2024

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La pregunta es: ¿Y si sí?

Perla Cavazos Villarreal, experta en seguros y ahorro nos pone a pensar en nuestro futuro.

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Quizá en algún momento has pensado que como la tecnología avanza velozmente, la medicina descubre cada día nuevas formas de curar enfermedades y las tendencias de alimentación cada vez son más sanas, la probabilidad de enfermar será menor. Sin embargo, el estrés, la contaminación y nuestro acelerado ritmo de vida actual, hacen que estos avances no sean suficientes para garantizar la calidad que deseamos para vivir.

Si bien las nuevas generaciones piensan de una forma muy diferente, y le dan valor a cosas que quizá hace unos años no parecían importantes, es vital resaltar que no todo lo nuevo es bueno, sí, es decir, no todos los nuevos pensamientos son mejores que los anteriores, simplemente son diferentes y por esa misma razón traen distintas consecuencias en el tiempo.

En unos años nuestro México particularmente estará viviendo una de las épocas más difíciles de su historia, y no me refiero al COVID-19, aunque sí es importante mencionar que este virus vino a replantearnos muchas cosas, a unirnos más como familia, a volvernos más creativos, a ser resilientes, valorar el cariño y el abrazo de los nuestros, a ser más humanos y preguntarnos entre otras cosas si lo que hacemos realmente nos apasiona.

Por otro lado, la pandemia también sacó a flote algunos de nuestros principales hábitos, el que no estaba acostumbrado a ahorrar, le sufrió mucho con sus finanzas, pues no tenía el famoso “colchón” de al menos seis meses, el que se la vivía de fiesta y en los eventos sociales, tuvo que quedarse en casa y casi se vuelve loco, pues empezar a lidiar consigo mismo no fue nada fácil, algunos la pasaron muy mal y tuvieron que hacer las paces con su propio yo.

México la pasará mal si no se pone las pilas, pues no hay cultura de ahorro a largo plazo, todo es hoy, hoy, hoy, ya no habrá pensiones ni salvavidas, la gente vivirá de lo que hizo de joven, de lo que ahorró cuando era productivo, cuando planeó y si no ahorró nada, no obtendrá nada… ¡nada! Hoy, veo jóvenes que creen que como por arte de magia les caerá dinero del cielo cuando venga su etapa más sensible, donde muchos la sufrirán y muy pocos la gozarán, pues es hermoso el retiro si se llega con salud y recursos para disfrutarlos con la familia, pero cuando se llega sin ellos, se sufre y mucho.

Cuando platico con los “chavos” de entre 25 y 45 años, escucho cosas como: hay que vivir en el ahora, mañana quién nos garantiza que estaremos aquí, hay que vivir el presente. Hoy puedo viajar, comprar, hacer, deshacer, vivir con lujos, la vida es para vivirla, es para disfrutarse, ¿invertir?, ¿ahorrar para mi retiro?, ¡si estoy muy joven!, ¿qué probabilidad hay de que con el estilo de vida que me doy llegue a los 60 o 65 años?

Y lo entiendo, las nuevas generaciones quieren hacer lo que piensan que no pudieron hacer los viejos, o al menos creen que es una mejor forma de vivir y aprovechar la vida, que ellos tienen la razón y que lo que creen es mejor que lo de antes, y quizá en algunas cosas no estén tan equivocados, pero a todo esto yo me pregunto, ¿y si sí?, ¿si el futuro te alcanza?, ¿te has puesto a pensar qué edad van a tener tus hijos cuando llegues a los 60?, ¿y si tus hijos no son económicamente independientes cuando tu llegues a esa etapa?, ¿y si sí hubieras ahorrado?, ¿y si sí hubieras invertido?

Que este virus nos haga reflexionar que, si no nos preparamos, si no aprendemos, nos vuelve a visitar, quizá después con un nombre distinto y seguramente con un disfraz más sofisticado.

Los viejos de hoy fueron jóvenes ayer.

Tal vez no llegues a los 60, pero ¿y si sí?, ¿qué vas a hacer hoy para que cuando te lo vuelvas a preguntar… sonrías?

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