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marzo 28, 2024

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UNA HISTORIA IMPENSABLE

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Existe una tendencia en las grandes metrópolis del mundo que ha cimbrado a los urbanistas y las sociedades, quienes han visto en sus ciudades lo impensable: la demolición de enormes estructuras vehiculares, como freeways, pasos a desnivel y distribuidores viales.
   Así que con lo que estamos construyen­do hoy en México para resolver el trá­fico vial, otros países pueden financiar esta acción sorprendente de quitarlo y lo están haciendo. Los casos inter­nacionales más relevantes son el Central Freeway en San Francisco, el Park East Freeway en Milwaukee, el Harbor Drive en Portland, el Gardi­ner Expressway East en Toronto, el Metropolitan Expressway en Tokio y el Cahill Expressway en Sydney. Además de éstos, existen al menos 37 ca­sos de acciones similares.
   En ciudades como, León, San Luis Potosí, Guadalajara, Querétaro y Morelia, por mencionar solo algunas, nuestros políticos y planificadores han decidido que para “modernizarlas”, hay que construir distribuidores viales y puentes a desnivel. ¡Estamos construyendo infraestructuras con soluciones de 40 años de antigüedad!
   Al día de hoy existen opciones de movilidad que dispersan el tráfico, en lugar de concentrarlo. En nuestro modelo urbano concentramos el tráfico en pocas vialida­des, y en consecuencia, cada vez tenemos más congestión vehicular y entonces hay que construir puentes a desnivel. Ése es el proceso absurdo de las decisiones urbanas.
   La lección que como país debemos aprender de estas experiencias es clara: cada puente a desnivel o distribuidor vial que logremos no construir, será un éxito para la ciudad, ya que ahorrará recursos del erario público en soluciones más simples, los ciudadanos lograrán tener barrios más integrados debido a que las estructuras para segundos pisos vehiculares separan la ciudad y desvinculan los barrios, y fi­nalmente, la clase política conseguirá resolver de manera integral el problema de movilidad vehicular, al actuar con visión a futuro.
   El pasado en la solución de la movilidad vehicular está representado en los freeways o distribuidores viales, mientras que el futuro lo constituye la revaloración de nuestros bulevares, alamedas, avenidas y calles diseñadas con equipamiento como bancas, kioscos y teléfonos públicos para los ciudadanos, así como árboles y áreas verdes para nuestros niños, pues las grotescas estructuras de concreto solo sirven al automóvil.
Pero…
¿Por qué es tan significativa esta nueva tendencia? ¿Por qué están demoliendo estructuras de costos estratosféricos en esos países? Por tres simples razones:
1. Actualmente hay técnicas urbanas que no se tenían hace 30 años para el manejo y dosificación de altos volúmenes de tráfico vehicular, vinculadas a metodologías urbanas más humanistas, menos agresivas para los ciudadanos y la propia ciudad.
2. Se ha demostrado que cuando se elimina un freeway o distribuidor vial y se dispersa el tráfico, creando bulevares y calles atractivas, se activan economías locales que generan empleos de calidad, que a su vez desincentivan el uso del automóvil y hacen a los barrios más accesibles en términos de abasto y servicios.
3. En cada caso de sustitución de freeways por bulevares, ha disminuido drásticamente la violencia e inseguridad social que provocaban los basamentos de concreto de las estructuras vehiculares en los barrios que los contenían, al ser la guarida ideal para grafiteros, pandillas y asaltantes.

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