Para quienes no lo sepan o no estén muy familiarizados con el tema, diremos que en el país el precio de la gasolina no está homologado. No existe un importe único en la nación por tipo de combustible: varía de entidad a entidad. A lo largo del año 2019, Jalisco se ha mantenido en segundo lugar con el precio de la gasolina magna regular, Nayarit ocupa el primero. Según estadísticas de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), entre abril del 2018 y el mismo mes del 2019, el precio promedio en la entidad se ha incrementado 12.2% para establecerse en 20.66 pesos por litro, cuatro pesos más que en Tamaulipas que tiene la cotización más baja a escala nacional.
¿Qué significa esto? En virtud de que muchos productos que se consumen provienen de centros productivos industriales o del campo, el aumento en la gasolina repercute en la inflación y ésta en el costo de la canasta básica. Si el valor de ésta se incrementa a causa de la distribución, todo sube ya que los precios se indexan tomando como base la canasta en el mismo porcentaje; el salario mínimo incluido. Lo que regula la economía nacional es el INPC (índice nacional de precios al consumidor), si éste sube un 2%, los productos y salarios también.
¿Qué otro impacto en la economía jalisciense tiene el aumento de la gasolina? Principalmente en la distribución de alimentos y otros productos terminados.
En el caso de los alimentos y productos perecederos, el costo del combustible puede llegar a representar el 25% del costo total de venta.
Si se reparten tortillas en un vehículo económico a un precio de venta de $12 pesos por kilo, implicaría que $3 pesos de ese kilo se deben exclusivamente al consumo de gasolina. Y de acuerdo a las predicciones de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), los precios no bajarán; no en el corto plazo.
