Por Dr. Javier Castañeda Ibarra
Vicerrector de la Universidad Panamericana,
Campus Guadalajara
fcastane@up.edu.mx
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La Vinculación Triple Hélice está de moda, pero… ¿qué es?, ¿por qué todo el mundo habla de ella?, ¿cuáles son los fines de ésta? y ¿cuál es el valor que genera?
Empezaremos por responder la primera pregunta. Se le llama Vinculación Triple Hélice a la interacción sinérgica que realizan las empresas, el gobierno y las universidades. Es una actividad que favorece de manera importante los avances en materia de innovación tecnológica que busca incrementar la productividad y la competitividad, generando un mayor desarrollo. A la Vinculación Triple Hélice se le conoce también como La Espiral del Desarrollo.
El término Triple Helix fue acuñado por Loet Leydesdorff y Henry Etzkowitz, quienes, en 1997, desarrollaron el modelo que analiza y describe las relaciones entre Universidad-Industria-Gobierno como un sistema de elementos inestables que interactúan entre sí y que se desarrollan en espiral.
Al explicar de qué se trata el modelo, se puede intuir el porqué se está hablando en todo el mundo de estas Tres Hélices. Es así como queda contestada la segunda pregunta. Su aplicación tiene cobertura en todos los continentes, ya que en estos existe el interés común de incentivar la innovación tecnológica que dé como resultado un mayor y mejor desarrollo para los países.
Para contestar la tercera pregunta que refiere los fines del modelo de la Triple Hélice podemos decir que es la identificación de los mecanismos específicos y las relaciones institucionales, a través de las cuales esta transformación se lleva a cabo.
Hoy en día las universidades habremos de ofertar una formación mucho más amplia y enseñar a los estudiantes, no solo a hacer un buen plan de negocios sino a llevarlo a unas aplicaciones reales y de alto impacto en la industria y en el mundo empresarial.
Para lograr lo anterior es importante que exista y se desarrolle un espíritu emprendedor; que convierta a las universidades en “Universidades Emprendedoras”, que abarcan la comercialización del conocimiento que producen y la coinversión de este conocimiento en mercancías, como lo mencionábamos líneas arriba: patentes, licencias o start-ups propiedad de estudiantes o facultades.
Una vez explicado lo anterior, se puede entender mejor el porqué las universidades están desarrollando modelos de emprendimiento, incubadoras y aceleradoras de empresas. Se entiende también el porqué se ha producido un cambio de actitud entre los académicos respecto a la colaboración con la empresa y de manera recíproca un cambio de actitud de la empresa hacia la universidad.
Otro más de los objetivos de la Triple Hélice es la búsqueda de un modelo que refleje la complejidad del concepto de vinculación, tomando en cuenta el entorno en el cual se fundamentan las relaciones entre los propios agentes de la vinculación.
Como se puede observar, el resultado final de la interacción Triple Hélice propicia un alto valor para lo que hoy se conoce como la cuarta hélice. Esta cuarta hélice es nada más y nada menos que la sociedad civil. Y es así como damos respuesta a la cuarta y última pregunta.
Es precisamente esta cuarta hélice hacia la que se deben dirigir todos los esfuerzos, hacia quien debe estar pensada la interacción entre las hélices y hacia quien habremos de enfocar los esfuerzos de generación de valor.
Son muchas las problemáticas que enfrentamos en el mundo contemporáneo, pero también son muchas las soluciones y las oportunidades que se están generando al hacer girar las hélices del desarrollo.
