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abril 20, 2024

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México: Panorama general financiero

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El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se redujo a 2% en 2017 ya que la incertidumbre por las renegociaciones en curso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y por el proceso electoral, disminuyó la inversión. El ajuste significativo de la política fiscal y monetaria en los últimos años también pesó sobre la demanda interna. El consumo privado; sin embargo, se ha mantenido razonablemente bien a pesar de la caída en los salarios reales asociada con un aumento inflacionario en 2017.

Una fuerte recuperación del comercio exterior creó una contribución vigorosa al crecimiento del PIB. El aumento de la competitividad externa derivado de la depreciación acumulada del peso y el fortalecimiento de la producción industrial de Estados Unidos han reforzado las exportaciones mexicanas.

El traspaso de la depreciación del peso a la inflación tomó fuerza en 2017 y junto con la liberalización de los precios de la gasolina y un aumento en el impuesto especial sobre el combustible ayudó a elevar la inflación anual a 6.8% para fines del 2017, el nivel más alto en 16 años. Esto llevó al Banco Central a reanudar su ciclo de ajuste monetario al cierre de 2017 y principios de 2018, dejando la tasa de interés de política monetaria en 7.5% para fines de febrero de 2018.

Con la ayuda de una contribución significativa de las ganancias del Banco Central, que asciende a 1.5% del PIB, el sector público logró un superávit primario y cumplió holgadamente con su objetivo de déficit de 2017. Esto fue suficiente para poner la relación deuda / PIB en un camino descendente. En los próximos años, es probable que el país continúe registrando superávits primarios, alcanzando el objetivo de déficit global del 2.5% de acuerdo con la regla fiscal. Esto debería ser suficiente para reducir marginalmente la relación deuda / PIB.

A medida que disminuya la incertidumbre política relacionada con las renegociaciones del TLCAN y con el ciclo político electoral, se espera que el crecimiento de la inversión se acelere desde finales de 2018 en adelante. Esto debería apoyar un repunte en el crecimiento económico durante el período de pronóstico hacia su tasa de potencial a largo plazo.

La implementación de la reforma energética ha tenido éxito en atraer participación privada al sector y se espera que se revierta la tendencia a la baja en inversión y producción en el sector petrolero, impulsando el crecimiento potencial de la producción.

Excepto una mayor depreciación de la moneda, se espera que la inflación se modere durante 2018 para acercarse a la banda de tolerancia superior del Banco de México de 4% para fin de año y la tasa objetivo de 3% durante 2019. Esto debería permitir al Banco Central flexibilizar la política monetaria, al menos en relación con Estados Unidos, a partir de finales de 2018 o principios de 2019, contribuyendo así a apuntalar un resurgimiento de la inversión.

Fuente: www.bancomundial.org

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