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marzo 28, 2024

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Don José Palomar y Rueda

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Nació en la Hacienda de Santa María, jurisdicción de La Magdalena. Hijo de un español llamado Abdón Senén Palomar, comerciante. A los dieciséis años emigró a Guadalajara y entró a trabajar en la tienda de dos españoles con mucha experiencia: primero con don José de Estrada, y después en el almacén de Manuel García-Sancho y Moreno de Tejada, familia muy importante en Guadalajara. Cuando cumplió once años de trabajar para don Manuel, le pidió la mano de su hija Dolores, él era muchos años mayor que ella pero estaban enamorados. Se casaron el 30 de agosto de 1834, fue todo un acontecimiento en la alta sociedad tapatía. Con lo que ahorró en todos los años de trabajo puso su primera tienda e hizo amistad con don Juan de Dios Betaunzarán, dueño de una fábrica textil en Aguascalientes quien le dio la representación para vender sus productos. Por su conducta honorable, don Gregorio Mier y Terán, un conservador muy respetado, le pidió fuera apoderado, y con esto su posición dentro de las altas esferas tapatías se consolidó.

Él era católico conservador y no estaba de acuerdo con las ideas de Valentín Gómez Farías, que era liberal y masón, por eso firmó el «Plan de Cuernavaca» que desconocía la administración liberal. En 1837 se hizo cargo del Ayuntamiento de Guadalajara.

José Palomar y Rueda y familia

En cuanto a la parte comercial, motivado por las propuestas de industrialización de don Lucas Alamán y Esteban Antuñano, el señor Palomar propuso a su buen amigo Francisco Martínez-Negrete y Ortiz de Rozas que compraran un terreno en Atemajac para construir una fábrica textil de hilados y tejidos, a la que llamaron «La Prosperidad Jalisciense»; también hicieron la fábrica de papel «El Batán», eso fue entre 1841 y 1844. Con estas dos fábricas cambiaron el panorama de Guadalajara porque demostraron que se podían realizar industrias exitosas, y fue así que en 1851 la Junta Directiva de Exposiciones de México les otorga el segundo lugar por la calidad de los productos que hacían.

No sólo los negocios eran su preocupación sino también los menos favorecidos, él veía que la gente empeñaba sus cosas con agiotistas por poco dinero; para remediar eso fundó el Monte de Piedad en 1849, dando precios y plazos justos. También fue Mayordomo y administrador del convento de Santa Mónica y trajo a las Hermanas de San Vicente de Paul para atender a los niños huérfanos. En el aspecto político fue Diputado suplente al Congreso Federal y después propietario. En 1953 fue nombrado Gobernador, cargo al que renunció al poco tiempo porque no encontró justa la orden de destierro a los señores Joaquín Angulo y Gregorio Dávila. El presidente López de San Anna le dio el título de «Caballero de Guadalupe».

Sus inquietudes como empresario para traer progreso a Guadalajara lo llevaron a crear una compañía para introducir la línea telegráfica de Guadalajara a León, Colima y a Manzanillo. De Lagos de Moreno a Zacatecas y Aguascalientes, y de Guadalajara a Tepic. La educación también le importaba y fundó la Escuela de Artes de Guadalajara y en sus fábricas se instalaron dos escuelas de primeras letras, una para niños y otra para niñas, que eran sostenidas con apoyos de la compañía y con cuotas de los trabajadores.

En cuanto a su vida personal se casó tres veces, la primera fue con Dolores García Sancho y tuvo ocho hijos, al morir su esposa, se casó con Dolores Calvillo y Corro, también de familias muy importantes de Guadalajara; con ella tuvo siete hijos, al enviudar se casó con su cuñada Refugio y ya no hubo descendencia. De sus quince hijos salió una familia muy grande que hasta la fecha perpetúan el apellido Palomar como su nieto Miguel Palomar y Vizcarra Caballero de la Orden de San Gregorio Magno, fundador del Partido Católico Nacional, y el bisnieto, el Arquitecto expresionista Enrique de la Mora y Palomar diseñador de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, y de la Iglesia de La Purísima, en Monterrey.

El 16 de noviembre de 1873, a la edad de sesenta y seis años murió, su entierro fue memorable en Guadalajara.

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