Fotos: Alejandro Alamraz
Lugar: BRAVA, Parque Centro, Saltillo
Una visita a BRAVA es un viaje de sabores memorables y espléndidos detalles, donde el fuego, el vino y la creatividad se encuentran
El norte de México, en específico Saltillo, necesitaba un lugar como BRAVA. Un restaurante donde cada detalle, desde el origen del producto hasta el trazo final en el plato, habla de respeto, pasión y sofisticación.
Visitarlo no es solo salir a cenar: es vivir una experiencia diseñada para emocionar, sorprender y dejar una huella.
La bienvenida: una armonía vegetal
La noche comenzó con una entrada que demuestra el respeto absoluto por los ingredientes: coles de Bruselas y hojas verdes tratadas con esmero, unas asadas, otras fritas, todas con una intención. Frutos secos, texturas y un balance que enamora desde el primer bocado. El acompañamiento ideal: un martini de lychee que equilibra dulzura, frescura y elegancia.
Carne sin rodeos
El carpaccio de res con parmesano y aceite de oliva fue un adelanto de lo que vendría: carne con carácter, ejecutada con respeto por su origen. Pero el verdadero clímax llegó con el New York Red Angus, criado bajo control total por el propio equipo de BRAVA. Un marmoleo perfecto, sabor profundo, textura inmejorable. Acompañado de arroz cremoso con champiñones y unas frites con au jus que son poesía.
“El New York Red Angus fue una sorpresa: textura, sabor y cocción perfectas. Magnifique”
El vino, la conexión emocional
- Madame Butterfly, sofisticada y aromática, elevó la experiencia desde el segundo plato.
- El Sauvignon Blanc Matua fue frescura pura con el carpaccio, una sugerencia brillante de Julio, el sommelier.
- Fuego, un Malbec creado en colaboración con Bodega Los Cedros, redondo, potente, y nacido para este tipo de platos.
El lugar: detalles que construyen momentos
- Una cava con más de 360 etiquetas, curada con pasión.
- Atención personalizada y cálida, que convierte la visita en experiencia.
- Un espacio moderno y elegante, sin perder lo acogedor.
“BRAVA porta con orgullo los sabores del norte con ejecución precisa y creativa”
Un final inolvidable
El postre “Paisaje General Cepeda” es pura creatividad: una biznaga rellena de mousse de café, crumble, queso y jelly, todo ahumado con nogal. Es arte comestible, una representación del desierto en el plato, y una manera poética de cerrar la noche.
El chef Nacho y su equipo han creado en BRAVA un santuario para los sentidos. Aquí se honra al producto, se cuida la técnica y se respeta al comensal. BRAVA es una declaración de talento local, una garantía de sabor, servicio y creatividad que todo México debe probar.