Mi primer clavado fue desde los hombros de mi papá a una alberca, él me inspiró a querer ser clavadista, ya que desde niño lo veía lanzarse en diferentes lugares, albercas, ríos y en el mar. Gracias a él comenzó mi pasión. Un día una persona vio talento en mí y me recomendó que fuera al CODE, donde actualmente entreno.
Esta carrera ha representado distintas dificultades para mí, como tener que alejarme de mi familia pero también me sirvió para valorar más lo que tienes y de dónde vienes, he tenido algunas lesiones que en su momento me dejaron fuera de competencias importantes, son cosas por las que tuve que pasar y que me han hecho más fuerte.
Cuando estoy a punto de clavarme busco dejar la cabeza en blanco e imaginarme lo que voy a hacer, sería un error pensar en muchas cosas justo cuando voy a lanzarme, algo muy sencillo es que no puedo pensar ni cómo voy a entrar al agua si ni siquiera me he despegado de la plataforma, debo de ir paso a paso para realizar una buena ejecución.
Cuando estoy en un podio, veo mi bandera que se va levantando en lo más alto y la cara de felicidad de las personas de mi equipo, mi entrenador y mi familia cuando me acompañan a las competencias me llena de alegría.
Ser tomado en cuenta como uno de los mejores deportistas de México me hace muy feliz, todo el esfuerzo ha valido la pena, pero todavía estoy en el camino y me gustaría seguir dejando huella, el que hoy se me reconozca hace que todos los días amanezca con más ganas de dejar lo mejor de mí.
Lo que Germán dice de Iván:
Después de una semifinal Iván se fue a descansar al hotel, la entrenadora le dijo que llegara a “x” hora, pero hubo una confusión en los horarios, y cuando él iba llegando a la alberca estaba iniciando la competencia y se tuvo que ir directo a la plataforma sin calentar.
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