Disfrutar de los diferentes perfiles, sabores y notas dentro de una buena taza de café es algo que cambió la vida de Ana Cristina Valencia, una joven tapatía que se convirtió en la Content Manager de Perfect Daily Grind, un diario digital londinense especializado en la industria del café.
Su creatividad y fotos de café en Instagram traspasaron fronteras y le abrieron las puertas a un mundo fascinante, a una industria enorme que le ha permitido viajar y conocer los procesos de producción y la cultura cafetalera de diferentes partes del orbe.
La redacción de Players tuvo la oportunidad de charlar con ella en uno de sus lugares predilectos para trabajar y pasar el tiempo en compañía de una deliciosa taza de café: Café Matraz.
¿De dónde surgió tu pasión por el café?
Creo que desde chiquita siempre la he tenido. Recuerdo que mi mamá me platicaba y se preparaba sus tacitas de café y yo también quería. Me tomaba mi café con leche y obviamente era con más leche que café y era descafeinado (se ríe). Y así fue como poco a poco me empezó a enseñar cómo se tomaba. Por ejemplo, me decía que el café negro siempre se toma solo, sin azúcar, leche, ni nada. Me fui acostumbrando a siempre hacerlo así.
Al entrar a la universidad ya tomaba muchísimo más café y ahí fue cuando nació Instagram y para mí, el café y esa aplicación van de la mano.
Comencé a tomar muchas fotos a mis tazas de café y las subía y sin darme cuenta, poco a poco me fui metiendo cada vez más en el mundo del café. Por Instagram encontré una comunidad muy grande de gente que es muy apasionada por esta cultura. Subía mis fotos, comencé a interactuar con más personas que también subían las suyas y empecé a hacer intercambios de café con gente de otros países.
Empecé a leer mucho sobre la cultura del café, a ver videos, buscar portales especializados y fue como me encontré con Perfect Daily Grind, que es el medio para el que trabajo actualmente. Era de mis fuentes predilectas para buscar artículos sobre café.
Comencé a visitar barras de café aquí en Guadalajara para investigar qué estaba pasando en mí ciudad en torno al café. Fui a San Cristóbal de las Casas a visitar un lugar muy bonito llamado Carajillo Café, que es de Jesús Salazar, y tiene todos los métodos de extracción que te puedas imaginar. Eso fue en el 2013.
Recuerdo que entré y según yo, sabía algo de café, pero al verlo todo, me pregunté a mi misma: ¿qué es esto?, ¡que padre! yo no sabía nada acerca de lo que había ahí, ni de todos los métodos de extracción. Me acuerdo que compré una bolsa de café en grano y llegando a Guadalajara, conseguí un molino y comencé a buscar maneras diferentes de hacer café y fue entonces, cuando realmente me fui metiendo más a profundidad en el tema.
Seguí haciendo intercambios de café aquí en México y los dueños de algunas barras como Drip Specialty Coffe y Quentin, y sobre todo de la CDMX, me mandaban muestras y así fui probando perfiles de otros lugares, incluso de Etiopía, Kenia y Guatemala. Esa fue una buena manera de irme adentrando un poquito más y poder conocer algo que aquí en México no se encontraba.
De pronto, un día me escribió por Instagram quien ahora es mi jefe, me dijo que le había gustado una foto de un café que subí en mi perfil y me pidió permiso para utilizarla para ilustrar un artículo del diario digital.
Después de eso, me pidió escribir un artículo y empecé a hacer colaboraciones con él pero sin recibir ningún pago, ya que lo hacía porque a mí me gustaba el café.
Soy psicopedagoga, y en ese tiempo trabajaba en un colegio pero en mis tiempos libres seguía subiendo mis fotos de café a Instagram. Conocí gente de la industria a través de la red social y me la vivía aquí en Café Matraz.
¿Cómo fue que te convertiste en Content Manager de Perfect Daily Grind?
Es una revista digital de Londres que empezó mi jefe hace un par de años como un blog en la universidad. Comenzó a crecer mucho y como a él le encanta Latinoamérica, decidió lanzar la versión en español para que pudiera convertirse en un recurso educativo para productores y un medio de información para la gente amante del café.
Yo escribía colaboraciones para Perfect en inglés a la par de que trabajaba en otra revista como Community Manager. Pero un día, mi jefe me contó sus planes de sacar el diario en español y me pidió que le ayudara. Así fue como inicié a colaborar con él ayudándole a crear contenido para las redes sociales en español. Había estado colaborando con él durante seis meses y no lo conocía en persona.
Trabajé tres años en un colegio y luego en una revista. No obstante, sin darme cuenta cada vez me iba acercando más a Perfect Daily Grind. Después de que dejé de laborar en la escuela estuve un lapso de 8 meses sin trabajo. No hallaba algo que realmente me gustara, que me llenara. Por diversas circunstancias entré a trabajar a un café que abrió y al poco tiempo cerró.
Sin embargo, en ese tiempo me di cuenta que me gustaba muchísimo el tema del café, podía platicar con los baristas de una manera natural, nos daban capacitaciones y me empecé a dar cuenta que en verdad me fascinaba.
Para octubre del 2016, mi jefe vino porque iba a asistir a un evento de café muy importante en Puerto Vallarta, me dijo que iba a venir a Guadalajara y que quería tomar un café conmigo. Venimos a Café Matraz. Platicamos y me dijo que estaba contento con mi trabajo y el hecho de que no le había pedido nada a cambio. Fue hasta ahí cuando me ofreció trabajar con él de tiempo completo, pero me dijo que sería hasta febrero del siguiente año y la verdad me emocioné mucho porque fue algo que surgió gracias a que me empecé a meter al mundo del café. Nunca pensé que fuera a dar ese brinco.
Se suponía que empezaría en febrero, pero en noviembre me avisó que sería en un mes cuando iba a iniciar formalmente. Me dijo que a finales de noviembre había un evento importante de café organizado por la SAGARPA en la CDMX y como no podía venir, me tocaba ir a cubrirlo; faltaban solo dos semanas (se ríe).
Era un evento chiquito pero importante y yo iba muy nerviosa, pensaba: ¿qué estoy haciendo? No ubico a nadie. Llegué y yo era la más chiquita, pero ahí estaban varios personajes que ya conocía en persona como Jorge Sotomayor de Pal Real y a Jesús Salazar (Carajillo Café).
De ese evento surgieron varias entrevistas y el primero de diciembre firmé el contrato con mi jefe y empecé a redactar algunos artículos, aunque la verdad hacerlos no es algo que me fascine, me cuesta trabajo.
Poco a poco me fui incluyendo en el equipo que en un principio era muy pequeño, solo éramos 5 personas y todas en diferentes partes del mundo. Mi jefe está en Londres junto con otra chava, un compañero que es de El Salvador pero vive en España, una de Puerto Rico y otra chava de Colombia.
Por cómo se fueron dando las cosas, yo acabé siendo parte del equipo de redes sociales y no tanto del editorial.
Ya tengo casi dos años trabajando de tiempo completo. La verdad me ha gustado mucho porque es algo en lo que nunca pensé que fuera a trabajar y no me salgo ni de broma. Cada vez que descubro más acerca de la industria del café, me gusta más. Todo está muy increíble. Algo muy curioso es que nadie en la industria del café o la gran mayoría que he conocido a través de mi trabajo no tienen un background de café. Por ejemplo, hay doctores y arquitectos que acabaron en el café. En mi equipo somos cuatro exmaestros que terminamos en este mundo. Es una industria muy diversa pero llena de gente que a todos nos une la misma pasión.
¿Cómo es un día de trabajo para Ana Cristina Valencia?
El cambio de trabajar en un colegio a laborar desde mi casa sí ha sido difícil, tiene sus pros y sus contras. He tratado lo más que puedo de separar mi vida personal del trabajo porque todo es en mi casa, aunque a veces me voy a un café. En las mañanas salgo a correr o caminar, regreso y tomo café, desayuno y comienzo a trabajar.
Generalmente en las mañanas hago entrevistas o tengo reuniones con el equipo del Perfect Daily Grind, debido a que estamos en diferentes regiones, las mañanas se acomodan mejor para las reuniones.
Tenemos varios clientes a las que les manejamos las redes sociales y además de las entrevistas, mi trabajo en sí, es creación de contenido para ellos. Por ejemplo, si trabajamos con alguien de Colombia es hacer entrevistas a tostadores, baristas, dueños de cafés de diferentes partes del mundo para conocer sus diferentes perspectivas. En ocasiones me toca hablar con los clientes, coordinar a los fotógrafos para la toma de fotos, con el diseñador. Es un poquito de todo.
¿Qué tendencias están surgiendo en torno al café de especialidad?
Ya es algo que tiene mucho tiempo pero en México lo hemos ido descubriendo poco a poco. Al menos así yo lo veo como consumidora porque lo soy 100% y hago el café en mi casa. Siempre me preguntan qué soy yo o cuál es mi papel en la industria y les digo que soy consumidor. Aquí en México, siendo un país productor de café, considero que la información ha llegado más lejos. En los últimos 4 o 5 años ha habido un crecimiento muy grande de la cultura y la gente está mucho más metida. Hoy llegas y preguntas qué café tienen y te dicen: un honey y dices: ¡wow!, antes no tenían eso. Y se siente muy padre ver cómo la gente va descubriendo lo que es el café de especialidad y cada vez preguntan más acerca de ello.
A veces se confunde lo que es el café de especialidad, pero al haber un poquito más de información y el tener más contacto con las barras, con los baristas, ha ayudado muchísimo. Aquí en Guadalajara tenemos la fortuna de contar con gente que sabe mucho y saben cómo compartir ese conocimiento, entonces el preguntar y tener curiosidad es una buena manera de comenzarse a meter en este mundo.
Después de haber observado la cultura del café en otros países, ¿cómo nos encontramos en México? ¿Estamos a la vanguardia?
Siento que no estamos tan mal pero nos falta mucho. Considero que hemos crecido, pero siendo un país productor y teniendo el café que producimos y que han ido descubriendo otros países, nos falta todavía. Ahí entra también la parte de educación y que nos hace falta crear e impulsar muchísimo la cultura del café. Vamos por buen camino y a pesar de que en los últimos años ha habido un boom enorme, aún no estamos al nivel de otros países.
¿A qué crees que se deba el incremento del consumo de café en México? Incluso, superando el nivel de producción local.
La gente ha podido conocer un poquito más acerca de esta industria fascinante. A lo mejor es igual a como me pasó a mí, vas entendiendo más y te vas enamorando. No sé si es por moda, pero las redes sociales han ayudado muchísimo porque antes no te enterabas de las propuestas o de lo que estaba pasando en otro lado del mundo y está padre, porque te da la oportunidad de conocer a gente diferente y de otros lugares. Hoy se empieza a apreciar un poco más el café y es más accesible.
¿Cuáles son las regiones de México donde se produce café?
Chiapas, Veracruz y Oaxaca son las que todo mundo conoce, pero hay muchas, por ejemplo: el Estado de México, Jalisco, Nayarit, Colima, Guerrero, Puebla, Hidalgo, entre otros.
¿Qué retos se vienen para la industria del café en México?
En el último año he visto que la gente de fuera ha volteado a ver más a México que en los años previos a los que me comencé a meter a la industria del café. Me han escrito para decirme que encontraron un café buenísimo de México y me dicen: no sabía que producían café.
O hay ocasiones que me dicen que hallaron un café de Oaxaca y no sabían ni siquiera que existía ese lugar y que aparte hacían café.
Las prácticas y la calidad ha mejorado en la parte de producción y eso ha ayudado a que se venda mejor el café. En lo personal, me acuerdo que hace 4 años a mí el café de México me sabía todo igual, pero últimamente he conocido perfiles de café que no conocía. Sabe muy diferente a lo que yo pensaba. Y mucha gente de otras partes les ha pasado lo mismo, que descubren sabores diferentes y que creían que no existían en México.
Como buena amante del café, ¿cuáles son tus barras favoritas?
Café Matraz me gusta mucho, el Terrible Juan, Pal Real, Comala Café, Punto Trópico y Cold Brew 66. Son los que más visito. Sin embargo, hay muchos nuevos que no conozco y me gustaría ir. De hecho tengo mi lista de las nuevas propuestas en Guadalajara (entre risas).
¿Cuál es tu café preferido?
Normalmente lo tomo negro. En mi casa tengo varios métodos para prepararlos pero el que más me gusta es el V60. También depende de mí humor, del tiempo, pero por lo general es lo que pido cuando voy a algún lugar. Aunque a veces me gusta tomar un espresso o un capuchino.
¿Cuál consideras que ha sido la clave de tu éxito?
Es bien chistoso, sinceramente creo que fue Instagram. Nunca me imaginé que por empezar a subir fotos de mis tazas de café iba a conocer gente increíble en el mundo de esta bebida. Para mí es una herramienta, fui aprendiendo del café por Instagram y de Instagram por el café, van como de la mano para mí. Así fue como conocí a mi jefe. Hay una comunidad internacional muy grande de café en la red social. He conocido gente de Australia, Canadá, Estados Unidos, Latinoamérica y Europa por medio del café, haciendo intercambios y eso fue como un medio para irme metiendo a la industria, así como el poder compartir artículos, videos y películas que tienen que ver con café.
¿Planes a futuro?
Me encantaría quedarme en la industria del café. Cada vez que la voy conociendo un poquito más me sigo enamorando. Es muy grande. Es como un rabbit hole, no tiene fondo. Siempre descubres cosas nuevas; es impresionante. No sé cuál será mi papel dentro de unos años, pero quiero seguir. A lo mejor poner un café, no lo sé. Todavía no tengo muy clara esa parte.