Decidió apoyar a su comunidad y con un gran corazón ha prestado atención a la necesidad humana, el dolor y la soledad de las personas. Fundadora de Casa Simón de Betania, ha demostrado que con dedicación y entrega puede hacerse la diferencia.
La Hermana Anastasia se define como inquieta, firme en sus convicciones, y en constante lucha por sus objetivos y la justicia. Desde pequeña soñó ser maestra, pero más que nada, trabajadora social. Es responsable de la organización en Casa Simón de Betania, donde logra que todo se realice como se requiere.
Ayudar al prójimo es su mayor alegría y en Dios ha encontrado su principal motivación. Sus pilares para proseguir en esta labor han sido el Licenciado Andrés García Delgado, el Señor Rogelio Garza y el Presbítero Gerardo Gutiérrez Cárdenas, quienes creyeron en esta obra.
Casa Simón de Betania existe desde hace 28 años con el objetivo de brindar atención a personas que sufren alguna enfermedad con diagnóstico de infectología y oncología, o se encuentran en fase terminal. Gracias a la generosidad de muchos corazones involucrados en esta obra, la organización se solventa.
Las puertas del lugar están abiertas sin importar la situación económica, credo, religión, ni preferencia sexual de las personas. El principal reto que enfrenta la Hermana Anastasia es hacer realidad la obra de Simón de Betania, y convivir con el dolor y la muerte cada día. Su deseo es ver que quienes acuden en busca de apoyo tengan paz, aminorar su dolor y acompañarlos en su enfermedad. Las actitudes que considera deben tener quienes se suman a esta causa son ir más allá de los miedos y vencerlos, junto con un corazón dispuesto a servir y amar, pues quien no ama no sabe de lo que se pierde: el que no vive para servir, no sirve para vivir.
La organización cada día busca más corazones generosos que se unan y vivan la experiencia de amar como Dios nos ama, y así vivir su misericordia. Con ello la Casa ofrece el amor al prójimo y el servicio a los más débiles, sin esperar de ellos algo a cambio. La forma de colaborar es aportando tiempo, conocimiento o económicamente.
