Ante la necesidad de los tres gobiernos de hacer todo lo posible para que las cosas vuelvan a funcionar, el T-MEC finalmente entra en vigor el 1 de julio.
Fue en el 2017 cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, comienza la renegociación del TLCAN, que por parte del gobierno estadounidense se consideraba menos competitivo para sus intereses.
En 2018, la expectativa era la apertura de una serie de oportunidades para todas las empresas de la Comarca Lagunera y la posibilidad de acceder a un mercado de 24 trillones de dólares que representa un cuarto de la economía del mundo.
El USMCA o T-MEC llega con modificaciones destacadas para la industria automotriz, estableciendo un cupo de 2,6 millones de vehículos exportados a Estados Unidos.
Para que estos sean exportados sin aranceles, requiere que el 75 por ciento del vehículo haya sido producido en alguno de los tres países.
Otro cambio es el relacionado con los derechos de los trabajadores; a las empresas y sindicatos estadounidenses les preocupaba que en México se aplicaran reglas más laxas en este campo.
El resultado fue el aumento del salario mínimo y la aprobación de leyes que le dan más poder a los trabajadores en nuestro país.
LO QUE VIENE PARA LA REGIÓN
A pesar de las declaratorias emitidas en los últimos días por el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, acerca de que este no era el momento oportuno para invertir en México, hay quienes se muestran positivos en estos momentos.
Para Raúl Villarreal Álvarez, presidente nacional de la Comisión de Negocios y Financiamiento de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), este es el momento de dar certidumbre a las empresas mexicanas.
Coparmex asegura que el T-MEC representa una oportunidad para demostrar fuerza política y económica del país, y confían en que sea útil para contrarrestar los efectos ocasionados por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
En lo que respecta a la Comarca Lagunera, los sectores económicos de mayor importancia en la región son los que estarían prospectando una ganancia superior, uno de ellos sería el agropecuario.
“Vienen una serie de cambios que beneficiarán a los productores laguneros, ya que limitarán las importaciones de ciertos productos agropecuarios, tal es el caso del sector cárnico; esto favorecerá para que no solo algunos puedan comerciar, sino varios productores”, resaltó el analista económico Antonio Michel Guardiola en entrevista para un medio de Torreón.
Representantes de diferentes sectores productivos de la región hasta la fecha están en espera de apoyos para superar los suspension de actividades derivada de la contingencia sanitaria.
Sin embargo, ya han estado trabajando en la homologación de la reactivación de T-MEC con Estados Unidos y Canadá, con el fin de no afectar los contratos de proveeduría.
EL COMPROMISO
El presidente de la Asociación Interdisciplinaria de Seguridad Ocupacional e Higiene de México (AISOHMEX, A.C.) y miembro de diversos comités técnicos de normalización en el ámbito laboral, Victoriano Angüis Terrazas, opinó en entrevista para la agencia de noticias Notimex que la implementación del acuerdo requerirá de esfuerzos adicionales, principalmente en la integración de un listado de panelistas que cuenten con las capacidades y conocimientos para dar seguimiento a las denuncias.
Uno de los principales retos es que México deberá de forzosamente garantizar las libertades y derechos de los trabajadores con base en el marco normativo mexicano, para así lograr una compatibilidad al contexto internacional que enfrenta.
El experto en capacitación de expertos en material laboral, puntualizó que estos futuros paneles deberán estar formados con una visión innovadora, donde lo que se busque sean cambios en las conductas de empresas y trabajadores, no sólo penalizar.
La implementación exitosa del T-MEC implica una modernización del comercio internacional después de 25 años sin cambios, y se proyecta para cuando el país supere la primera ola de contagios y muertes por el COVID-19.
Hasta ese momento se podría considerar la apertura de la frontera de los Estados Unidos y México al comercio no esencial.
El factor más favorable en estos momentos para México, es que China ve el tratado como una entrada al mercado norteamericano. De ahí que el optimismo permanezca latente.
