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abril 20, 2024

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Marytere Martín Bringas

Por

Un claro ejemplo de una mujer con fuerza, caracterizada por entregarse a su familia e inducir el bien social a través de su toma de decisiones. Siempre impulsándose a sí misma y a los que la rodean a dar el extra que los acerque al triunfo.

 LEGADO FAMILIAR

Con base en el amor que sientes por tus padres, ¿cuál fue la principal enseñanza que recibiste de ellos?
Primero la lección de trabajo que dejó mi papá, es un compromiso enorme que no podemos defraudar. Además, el profundo amor que existía entre ellos dos hasta el último día nos inspiró a hacer las cosas con y por amor.

¿Qué ejemplo de mujer te dio tu madre?

Una enseñanza inimaginable, recuerdo que cuando mi hija Marytere tenía cinco años, los doctores me sugirieron acudir a Cuernavaca que ofrecía educación especial, mi padre me iba a apoyar, sin embargo el amor de madre no me permitió dejar a mi niña ahí, así que regrese a casa con ella, una decisión que no fue bien vista por mi padre. Decidida, le dije que iba a formar una institución en Torreón para ver a mi hija, en ese momento se negó a apoyarme. Años más tarde entendí que ese acto fue para generar valentía en mí, pues una vez iniciado el proyecto recibí como siempre su apoyo incondicional.

¿Cómo utilizas esa valentía en tu papel como madre?

Es difícil, es un compromiso muy grande. Mis hijos y sobrinos nos dicen que tenemos un defecto: levantarnos muy temprano, y eso es algo que aprendimos de mis papás, lo vimos en ellos a diario. Creo que un hijo trata de imitar todo y por eso es importante ponerte las pilas y ser un buen ejemplo, para que sepan diferenciar lo bueno y desechar lo malo.

¿Cuál valor sembraron en ti tus padres y ahora transmites a tus hijos?
Siempre les he inculcado que es fundamental ver al que necesita ayuda, estar pendiente y saber dar consejos. Creo que la amistad es básica para estar bien con todos, ya que no sabemos en qué momento nos vamos a ir, y me impacta ver que mis hijos ya tienen bien sembrada esa semilla. A mis papás jamás los escuche hablar mal de la gente, si no tienes algo bueno que hablar de alguien, es mejor quedarse callado; y así busco que mis hijos estén bien con todo, que sean felices en lo que hagan. En mi vocabulario las palabras “aburrida” y “flojera” no existen, a descansar en la tumba; puedes relajarte de la rutina, pero siempre hay que estar activo.

IDI

    

¿Cómo surge el reto del Instituto de Desarrollo Integral?
Después de que Marytere estuvo en el Montessori y en un kínder especial, la directora nos dijo que nos iba a canalizar con Analys Martínez, quien tenía un salón apto para dar clases a niños con capacidades diferentes. Como un reto personal, impulsado por mis padres, me uní al IDI después de meses. Mi primera iniciativa fue hacer mil tarjetas con donativos de cinco pesos y así empezamos a reunir fondos, gracias a ello en el año 2000 logramos poner la primera piedra del instituto.

 ¿Cómo profundizaste en el conocimiento de este tema?
Cuando llevaba a Marytere a las terapias, veía que las personas sabían mucho sobre todo esto y ellas nos enseñaron, después tomé más cursos. Nunca pensé llegar a tener una institución con 138 alumnos, solo estamos frenados porque atendemos a gente de extrema pobreza, necesitamos colaboradores.

¿Quiénes apoyan al IDI?
Mi papá me inculcó que el “no” ya lo tengo, y siempre esté en busca del “sí”, concientizándome de que el beneficio no es para mí. Cuando la gente ve que es una institución transparente, en la que todo está en orden y auditada por Gossler, les da mucha confianza. Somos de las pocas instituciones que recibimos apoyo real, porque los donadores ven el centro, el desarrollo y su crecimiento. Para lograrlo les explicamos lo que hacemos y les mostramos el video cada año, donde se ve lo felices que están nuestros integrantes, les exponemos lo positivo, les enseñamos a ser felices.

¿Cómo mantienes la fortaleza ante esta situación?
He escuchado a la gente decir que cuando entras al IDI debes guardar el corazón en un cajón, ¡yo les digo que al contrario!, debes ponerte en los zapatos del niño, saber que no se puede expresar y tratar de entenderlo y lo que están viviendo sus padres.

¿Crees que la sociedad lagunera está educada en este tema?
Si, muchísimo, los medios de comunicación nos han ayudado a sensibilizar a la gente, ya no hay esa mirada de curiosidad. La sociedad ha logrado impulsar a estas personas y juntos hemos alcanzado mucho, como su entrada a trabajar en empresas, solo están detenidos porque no saben cómo tratarlos, pero eso sucede nada más por desinformación.

¿Cómo surge Alas de Arena?
Al iniciar la construcción del IDI, Gaby Acosta se puso en contacto conmigo para presentarme el proyecto y me encantó, tomé la dirección a partir del segundo año y empezamos a involucrar gente de los medios, así fue tomando mucha fuerza. Me alegra ver cómo la sociedad apoya, se acerca y cumple lo que dice.

¿Cómo logras el apoyo de toda la comunidad del IDI?
Todos colaboran con la venta o entrega de boletos, hacen rifas en sus colonias, etc. El que quiere, se mueve, yo les digo que aquí nadie se queda sin hacer nada.

Cuéntanos un momento especial vivido en el centro.
Hace cinco años una niña entró caminando al hospital con un gran dolor de cabeza y resultó ser meningitis, estuvo en coma y lamentablemente no le daban esperanzas. Analys prometió hacer mucho por ella, pues cuando ya eres grande tienes todo grabado en el cerebro y puedes recuperar tus habilidades y recuerdos. El IDI, con terapias y música, le ayudó a abrir los ojos un mes después, y ahora está completamente activa en su escuela.
Por otro lado, recuerdo el caso de César Tadeo, un niño con síndrome de Down en silla de ruedas que no fue aceptado en ninguna asociación por falta de gente capacitada para rehabilitarlo. Nosotros, después de varias terapias, logramos que caminara. Así hay muchos casos padrísimos, todos son algo especial y diferente que te deja un aprendizaje.

¿Qué te gustaría sembrar?
Mi preocupación es dejar gente de bien, y principalmente que así sean mis hijos. Mi objetivo primordial en la vida es que Marytere sea feliz, y ya lo logré; también espero que Alejandro, Daniela y Alberto dejen huella en el mundo, en su ciudad, en su entorno, que se enfoquen en lo real, que hagan algo positivo por alguien, que se den cuenta de que la felicidad no se busca en ningún lado, sino en ti, y que si tú eres feliz, los demás también lo son. Quiero dejar un semillero en el IDI, para que cuando no esté, siga en pie y hacia adelante, ayudando a más personas.

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