El lagunero Gerardo Ibarra y su socio, Rodrigo Trujillo, son dos emprendedores que desde el 2015 han trabajado en una empresa social, a través de la cual generan experiencias increíbles para el público, al mismo tiempo que promueven un consumo justo y un impacto positivo entre todos los involucrados. Esta es la historia de Ruta Origen.
Grupo de viajeros en la Ruta del Café. Foto: Mónica Godefroy
El objetivo: Un modelo colaborativo
“Hace más de 10 años tuve la oportunidad de realizar un viaje a Chiapas donde pude convivir y trabajar con productores de café de la zona de los Montes Azules. Ahí entendí el esfuerzo y la complejidad del proceso de producción, y pude experimentar a través de ellos los problemas, carencias y la falta de acceso a tratos justos para comercializar su café y tener una vida digna”.
Fue esta vivencia lo que llevó a Gerardo a buscar generar un impacto positivo en México. En 2015, y con apoyo de Rodrigo, lanzaron Astillero 88, empresa social que trabajaba bajo un modelo colaborativo de trabajo con productores locales. Buscaron la forma de combinar esto con experiencias gastronómicas y viajes a lo largo del país, dándole forma a Ruta Origen.
“Ruta Origen es una empresa social dedicada a promover el comercio justo y el consumo responsable de productos mexicanos a través de experiencias gastronómicas y viajes únicos y significativos. Buscamos posicionar el reconocimiento y la valoración de los productos, sus procesos y a las personas involucradas en ellos, para generar compra directa, promoción de proyectos y marcas y vinculación entre consumidores, empresarios y agentes de cambio”.
Gerardo Ibarra y Rodrigo Trujillo, fundadores de Ruta Origen. Foto: Héctor Frappé
Trazando la ruta…
Diseñar dichas rutas y crear experiencias realmente significativas es un proceso complejo: deben considerar factores logísticos, los procesos comunitarios y la rentabilidad. No solo deben enfocarse en la utilidad, sino también en el impacto que generarán para la comunidad, y por ello cuentan con estándares a través de los que diseñan y evalúan cada parte de la experiencia.
“Las rutas son viajes de dos o tres días en los que conocemos el proceso completo de producción, los sitios y a las personas que los producen. Las experiencias gastronómicas son catas y degustaciones de los productos con los que trabajamos: mezcal, cacao, café, maíz, miel de abeja y cerveza artesanal”.
El consolidar este proyecto no fue sencillo. Y es que para dos emprendedores que dejaron todo para poder cumplir su sueño, existen retos importantes como dominar temas que en un inicio desconocían: planeación estratégica, proyecciones, marketing, diseño… Además, debían entender los procesos comunitarios y productivos, es por eso que cada ruta puede tardar hasta tres meses en ser desarrollada.
“El sueño aún no está cumplido, pero sin duda es una gran satisfacción estar en el camino correcto para lograrlo. La satisfacción más grande es reencontrarnos durante el año con nuestros aliados, hombres y mujeres en el campo o en la industria que trabajan todos los días por un México mejor. Regresar al campo y saludar a nuestros aliados como viejos amigos y compartir alegrías y preocupaciones con ellos es el motor de nuestro trabajo”.
El crear todas estas rutas ha dejado en Gerardo y Rodrigo grandes aprendizajes, y les ha permitido trabajar en conjunto con personas que comparten su experiencia, y que los motivan día a día a seguir con el proyecto. Una de estas experiencias la vivieron en Puebla, donde crearon su primera ruta y desarrollaron una nueva muy completa.
“La ruta del café ha sido la experiencia que nos ha dejado más aprendizaje, es la Ruta del Café en la Sierra Norte de Puebla. Nos permitió generar los procesos y aprendizajes necesarios para desarrollar Ruta Origen. La familia Ávila, quienes son productores de café, se han convertido en grandes amigos con los que compartimos no solo el trabajo, también las fiestas, los viajes y las preocupaciones. Hemos aprendido a desarrollar un gran trabajo en conjunto lo que nos ha permitido ofrecer experiencias a viajeros independientes, pero también a empresas que buscan ofrecer experiencias a sus equipos de trabajo”.
Gerardo Ibarra. Cosecha de café en Puebla. Foto. Armando de la Peña
Viviendo el sueño…
El poder estar viviendo de su sueño supone para ambos una gran experiencia, que les ha permitido compartir vivencias especiales y marcar su día a día con increíbles momentos. Uno de los más importantes para ambos fue el diseño de la Ruta del Cacao en Tabasco, donde entendieron la importancia de este producto mexicano.
“La ruta comenzó con un viaje de scouting y un par de teléfonos en la agenda. Viajar junto con Rodrigo es siempre una aventura. En Tabasco, tuvimos oportunidad de conocer a personas increíbles como Ana Parizot de Hacienda la Luz o Medel Domínguez y Nelly Córdoba de Cocina Chontal, personas dedicadas a promover el cacao y la cultura y gastronomía de Tabasco. En este viaje pudimos conocer a través de éstas personas, la historia y la importancia del cacao en México, los usos y orígenes prehispánicos y las técnicas actuales de producción del chocolate. Los paisajes, el clima y sobre todo, el cariño de las personas en la región de la Chontalpa, nos dejó marcados.”
El reto continua para estos dos emprendedores y a pesar de tener ya definidas las rutas no descartan la creación de nuevas. De hecho, su próximo proyecto se enfoca en crear experiencias con motivos culturales y festividades, es decir, enfocándolas en el Día de Muertos, la Guelaguetza, el canto Cardeche y otros momentos clave en nuestro país que fomenten y promuevan las tradiciones.
“También estamos asociados con Zoar Martínez en Tierra de volcanes, una empresa social hermana de Ruta Origen dedicada a deportes al aire libre, por lo que ofreceremos experiencias en distintas regiones, entre ellas, los destinos de la Comarca Lagunera”.
