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marzo 28, 2024

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Nadador lagunero se catapulta a los Juegos Olímpicos 2020

Busca conquistar Tokio y sentirse orgullos de sí mismo

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A sus 25 años, este nadador lagunero tiene ya una amplia trayectoria en la natación nacional e internacional, participando en competencias importantes y obteniendo reconocimientos que lo catapultan como uno de los atletas mexicanos a seguir en Tokio 2020.

Miguel de Lara Ojeda comenzó a nadar en Acuático GB a los siete años, tres años más tarde empezó su entrenamiento con César Olvera. A los 14, consiguió su primer reconocimiento a nivel nacional, lo que marcó tan solo el primer paso de lo que sería una seguidilla de buenos resultados que hasta el momento lo tienen motivado por los siguientes retos en su carrera.

En 2016 comienza a entrenar con un grupo de profesionales en la Universidad de Auburn en Alabama y con el entrenador de natación Sergio López Miro, quien actualmente es Head Coach en Virginia Tech. Tras la obtención de bronce y plata en Centroamericanos y un oro en Barranquilla no sintió aún que sus logros fueran mayúsculos, el nadador lagunero buscaba un par de medallas más. A su regreso reestructuró su alimentación e incluso su forma de caminar, con la mira puesta en el oro olímpico a disputarse en el país nipón este año.

Se prepara en todos los aspectos de su cuerpo y mente enfocado a resultados, siempre ha sido de personalidad inquieta y muy decidido a romper cada meta que se pone, en lo físico se prepara con Jorge Ocampo en Entrena HPC, la rehabilitación con Eduardo Páramo y lo psicológico con el Lic. José Borrego, además de cuidar su alimentación con profesionales de la materia, ellos, conforman el equipo de trabajo que preparan al atleta a cumplir todas y cada una de sus metas.

Apasionado de los desafíos, ha roto récords absolutos, sin embargo éstos logros no son suficientes y busca mayor trascendencia a nivel internacional. En 2019 obtuvo la medalla de bronce en los Panamericanos, además confía que la mejor versión de su natación llegará este año, el más importante hasta el momento. Seguir siendo un nadador de élite lo ha llevado a exigir su cuerpo y prepararse al máximo; como parte de su entrenamiento se levanta muy temprano y hace hasta dos sesiones diarias en la alberca y una de piso, trabaja movilidad, trabajo fisiomuscular, aeróbico y potencia. Aquí en Torreón está contando también con el apoyo de Joaquín Pereda, elevando su nivel atlético e, incluso, mental.

Se viene la recta más importante en la vida de Miguel, una donde buscará sentirse más orgulloso de sí mismo, un tipo que desde siempre soñó con realizar lo que muy pocos pueden lograr: el olimpo en la máxima competición a nivel mundial.

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