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marzo 29, 2024

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María Fernanda Garrido: La herencia del buen sabor

Con la misma calidad y sabor de Nina, esta lagunera crea un concepto único y delicioso: My Own Bake

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“Crecí con una duya en mano”, así recuerda su infancia María Fernanda Garrido, una joven lagunera que pertenece a la familia creadora de los famosos pasteles Nina. Este contexto le dio la oportunidad de conocer a fondo el mundo de la repostería, a la par de familiarizarse con diferentes temas de negocios.

Su intención siempre fue establecer su propio proyecto, y con este pensamiento en mente decidió estudiar la carrera de Administración de Empresas en Monterrey. Fue mientras se preparaba cuando la gente comenzó a identificarla por sus pasteles, solicitándole pedidos y motivándola a crear su propio negocio.

“La cantidad de pedidos iba en aumento, así que con ayuda de algunos amigos empecé a darle forma a la marca. La nombré Mi own bake y usé de imagen un conejo porque siempre me han gustado mucho estos animales. Todo esto fue mientras estaba en Monterrey, con pedidos tanto allá como aquí en Torreón”.

A propuesta de su padre, Marifer contrató a alguien para poder cumplir con la gran cantidad de pedidos que le llegaban y fue ahí cuando todo empezó a crecer. Ella tomó todas las medidas para poder transmitir correctamente su estilo y sabor, y tras analizarlo optó por establecerse en Torreón. Ya con el negocio en marcha, una mañana, sin pensarlo siquiera, llegó a su mente una de sus más famosas creaciones: la galleta Red Velvet con Nutella.

“Me gusta contarlo de manera muy natural porque así fue como ocurrió: Yo estaba trabajando en el negocio familiar, y en un momento de estrés bajé a la cocina para distraerme. Alguien estaba cocinando un pastel Red Velvet, uno de mis favoritos y al ver la Nutella la idea simplemente llegó. Horneé las galletas y las compartí con la familia; quedaron encantados y me pidieron que hiciera más para sacarlas a la venta”.

Fue ahí donde arrancó todo para Marifer. Tras superar el desafío de adaptar la receta a grandes cantidades, llegó la oportunidad por parte de sus padres de venderlas en los establecimientos de Nina, bajo su propia marca. Esto representó para Marifer el inicio de sus sueños: ahora estaba por completo convencida de que era esto a lo que quería dedicarse.

“Ese fue mi arranque oficial, mi turning point. Puse los pies en la tierra y dije: Sí, quiero esto para toda mi vida. Y desde ese día me metí de lleno tanto en la cocina como en la oficina. Ha sido un reto muy grande, pero con la satisfacción de ver hecho realidad el sueño de tener mi propio negocio”.

El haber estudiado Administración de Empresas le dio a Marifer las bases para involucrarse en diversas partes del proyecto, desde las recetas hasta el diseño de inventarios y costos. Sus padres la motivaron a concretar la marca cubriendo y cuidando cada uno de sus aspectos, y le dieron una responsabilidad más grande al nombrarla socia de Nina.

“Mis padres han logrado transmitirme su paciencia. Los jóvenes queremos todo fácil y rápido, pero es importante saber que todo toma tiempo y cuando las cosas son bien hechas, toman el triple de tiempo. Es fácil decir que ya tienes el producto, pero ese solo es el primer paso y es importante no acelerarse. Ese es el gran aprendizaje que ellos me dejan día con día”.

María Fernanda ha diseñado cuatro tipos de galletas: Las Red Velvet, las tradicionales chocolate chips, la tortuga y la más reciente es una Oreo cubierta por una chocolate chips, diseñada para el mes del padre. Cada una ha representado un gran reto y detrás está el esfuerzo de seis personas que han conformado un equipo de trabajo muy unido.

“Pienso que el recurso humano es lo más importante en una empresa, así que mis tardes las dedico a convivir con el equipo para hacerlas sentir en confianza. Creo que si ellas están felices al hacer las galletas, podrán transmitir esa felicidad a quienes las consumen. Eso me parece lo básico, por eso me gusta crear un ambiente muy agradable”.

María Fernanda sigue innovando en la cocina y cuidando la administración del negocio. Produce cientos de galletas al día, pero nunca pierde de vista su objetivo principal: el poder transmitir toda su energía, amor y pasión en cada una de ellas y que la gente, más allá de saborear un postre, sepan que detrás hay un gran trabajo lleno de muchas emociones.

A corto plazo busca abrir una sucursal bajo la marca My Own Bake, pero la visión de esta mujer emprendedora es que el inigualable sabor de sus creaciones llegue a todo el país.

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