Natalia y Armando Wolf son dos empresarios, hermanos, que comenzaron su andar en el negocio cervecero hace 4 años produciendo cerveza en el asador de su casa. Lo que inició como un hobby, al poco tiempo tomó mayor interés y empezaron a conocer de otros cerveceros sobre los diferentes estilos y variedades de la cerveza en México y Estados Unidos. Santo Negro es una micro cervecería establecida en la ciudad de Chihuahua, lugar desde el cual producen alrededor de 5,000 litros mensuales en la actualidad.
Con un negocio visiblemente a la alza, los hermanos Natalia y Armando han creado esta cervecería familiar gracias a la creciente área de oportunidad que existe en este sector en nuestro país, cuentan con orgullo que el apoyo de sus padres y familiares ha sido fundamental en la expansión de este proyecto en donde han imperado los valores de la perseverancia, calidad y servicio.
El nombre, Santo Negro, surge precisamente de un tema de índole familiar, y es que su hermano, José Eduardo (+), quien era una persona muy social, carismática e inquieta, tenía un apodo muy particular puesto por su madre: “negro”. De ahí que recordándolo decidieron ponerle este nombre por ser una cerveza que está presente en todos lados, demostrando el lado social de la bebida.
La fábrica donde elaboran la cerveza se encuentra en la capital del estado de Chihuahua, una empresa que gracias a sus propietarios cuenta con un corazón muy lagunero. Tienen en mente aumentar su producción mensual para el próximo año de 5,000 litros a 15,000 mensuales.
Actualmente tienen presencia en los estados de Chihuahua, Durango y Coahuila; más específico, en Torreón, puedes encontrar Santo Negro en Wal-Mart, La Castellana, One Stop y Alsuper, además del restaurante de comida norestense Nicanor.
Ha sido gracias a la calidad de los insumos que utilizan para cada cerveza que han logrado hacer de esta cerveza artesanal un referente en la industria a nivel nacional, además, por supuesto, del trabajo, empeño y enfoque que añaden al momento de su elaboración.
Los hermanos aprovechan el espacio para resaltar la importancia de ser una empresa familiar, muy unida en todos los aspectos a su equipo de trabajo también.
Finalmente cuentan con emoción que en 2020 abrirán al público su primer Tap Room-Restaurante en su cervecería, añadirán nuevos canales de distribución en México y la Unión Americana, y tienen el reto de triplicar su producción, todo esto para dar a conocer la calidad y sabor de su producto a más clientes.
El desafío de fabricar cerveza en México
Uno de los principales desafíos es crear cultura cervecera, y es que a pesar que de a poco han fortalecido este nicho mediante más eventos en conjunto con otros empresarios cerveceros, ofrecido catas, impartido cursos de elaboración de cerveza y activaciones en puntos de venta fortaleciendo el consumo de la cerveza artesanal, saben que es una tarea difícil acercar a la gente al producto, sin embargo tienen claro que con tenacidad, perseverancia y trabajo en equipo los cerveceros artesanales pueden crear una muy buena cultura del buen beber.
“Lo que está hecho en México, está bien hecho”, señala Natalia.
