Hace tres años Karla Gabriela se graduó de la carrera de Arquitectura en la Ibero Torreón. Desde ahí se dedica de lleno a esta actividad que se ha convertido en su más grande pasión, pero a la par se enfoca también en explorar el mundo del arte, en el cual está involucrada desde muy niña. Su gusto por la pintura comenzó desde que tiene uso de razón, y es que a los tres años le regalaron unos pinceles y cuando empezó a pintar ya no pudo detenerse.
Al salir de la universidad empezó a trabajar con Eri Hernández en la empresa Design by Eri, en donde tiene la oportunidad de plasmar sus ideas, teniendo especial atención por cada uno de los detalles en el diseño de eventos y espacios. Este trabajo le permitió fusionar sus dos más grandes pasiones: la pintura y la arquitectura.
Su estilo tal cual no está definido, pues Karla considera que aún no tiene todos los elementos necesarios como para enfocarse en uno solo, ella disfruta mucho desde la decoración del cuarto de un bebé, hasta un mural en la calle que será expuesto a cientos de personas. Todas las ideas las desarrolla desde su cuarto, del cual hizo un estudio y de los pocos espacios que la inspiran para seguir creando.
“Para mí es muy importante el espacio donde estoy creando mis obras, y para mí, mi cuarto es el lugar perfecto para hacerlo. Siempre regreso a ese lugar, todo lo tengo ahí y ahí sigo pintando, incluso cuando son cuadros súper grandes es ahí donde estoy cómoda. Me gusta tener largas jornadas pintando, toda la madrugada”.
Karla hace hincapié en que puede pintar por igual en cualquier superficie, sin tener alguno favorito. Pero si hay piezas que ha disfrutado más que otras, como un mural que tuvo oportunidad de pintar en una capilla en Lerdo. En él destacan formas asimétricos y figuras de personajes como la Virgen, el Nacimiento y algunos ángeles.
“Esta es mi obra favorita. Me gusta mucho pintar murales, también tengo otro en Casa Feliz, una casa hogar que apoya a familias. Ese en específico me llevó varios meses terminarlo porque es de una extensión muy grande. Fue donado por Eri Hernández, se hizo junto con ella y otras practicantes que ella tenia; todas en conjunto proyectamos un mural de mas de 26 metros lineales”.
La capacidad de adaptarse al espacio es una de las grandes cualidades de esta artista: puede pasar de estar diseñando espacios arquitectónicos hasta pintar en un lienzo o incluso en una chamarra, como se lo permite hacer su proyecto en BoonBoon, palabra maya que se refiere a pintar o teñir y a través del cual logró pintar cerca de 50 chamarras.
“Fue una plática de café, donde me ofrecí a pintarle una funda transparente a una amiga. Entonces las dos pensamos en pintar una chamarra y con el tiempo nos decidimos a crear una marca. Ideamos en un nombre y todo ocurrió muy rápido porque quisimos aprovechar la época navideña”.
A partir de este enero la marca se quedará con su amiga y ella únicamente como colaboradora, para que Karla pueda enfocarse también en otros proyectos. A la par de seguir apoyando a Eri Hernández, su plan es seguir trabajando de arquitecta y además hacer una exposición de su trabajo presentando sus obras de arte.
“Mi idea es hacer esa exposición y empezar a manejar mi marca personal, dedicarme por completo a lo que yo quiero proyectar”.
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