Inclusión, esa palabra tan sonada hoy en día y que refiere a la integración y acoplamiento de una persona dentro de la dinámica de la vida diaria, pero que sin embargo pocos practican, es una de las premisas bajo la que nace la fundación para niños con autismo ‘Sonrisa Azul’. Su presidente Fernando Vázquez, nos abre las puertas de la asociación civil para contarnos cómo es la vida de un padre de un niño autista y cómo lo llevó a caminos que nunca imaginó recorrer.
Fundación Sonrisa Azul nace hace 2 años por la necesidad de tener un centro que le permita a los niños practicar habilidades con las que puedan ser aceptados posteriormente a un colegio regular, además de contar con el firme propósito de traer expertos en el tema a la región que puedan exponer qué es el autismo a padres de familia, directores de colegios, doctores y terapeutas.
Sus primeros pasos se dieron gracias a la iniciativa de papás laguneros con niños con autismo, quienes apoyados por empresarios locales se aventuraron a crear este centro que cada vez goza de mayor popularidad. Y es que no es una casualidad que hoy veamos eventos a beneficio de la asociación como: torneos de golf, activaciones con Santos Laguna y Unión Laguna, eventos sociales, etc.
Todo esto gracias al esfuerzo que realizan los socios en busca de lograr una mayor sensibilización por parte de la sociedad.
Carol Ajax, fundadora de Spectrum Therapy Center México, asegura que en el país 1 de cada 115 niños nacen con autismo, cifra que nos hace un llamado a la acción sobre estos infantes. “El autismo es para toda la vida, no se cura, todos los proyectos que pensamos en la asociación van encaminados a largo plazo, tenemos que buscar qué sigue para ellos y buscarles fuentes de empleo”, señala Fernando.
La escasez de personas capacitadas para atender a estos niños es limitada y es sin duda un reto contra el que Fernando lucha todos los días. “Encontrar un terapeuta sensorial que te pueda dar un diagnóstico adecuado y preciso sobre qué tiene tu niño es muy complicado, pero insto a los padres de estos niños a luchar todos los días por su hijo sin olvidarse que es un niño, alguien que también tiene derecho a llorar, hacer berrinche y gritar”, añade.
Tener la oportunidad de ver casos de éxito y que en la calle los familiares o conocidos de algún niño te lo reconozcan y agradezcan es una de las muchas satisfacciones que llenan de alegría a Fernando. Son este tipo de acciones las que espera sean más frecuentes con los niños en la asociación y con su hijo, por supuesto, razón por la que se ha involucrado en este tema.
Precisa que basta con que los papás vean una historia de éxito de un niño autista para ilusionarse y darse cuenta que “el que tu hijo esté bien es posible, claro está, con mucho trabajo y dedicación”. Lamenta que los colegios no estén preparados para recibirlos, ni de alguna otra discapacidad, motivo por el cual alienta a las instituciones educativas a preparar mejor a su personal en el tema.
“Necesitamos ser un trampolín para los niños, otorgarles una autonomía que no es fácil de adquirir, llenarlos de armas para defenderse en el mundo”.
Es consciente que muchos padres no están sensibles al tema y eso se nota en los malos tratos que podría llegar a tener un niño autista, quien en muchas ocasiones es relegado y se le presta poca atención. Agradece a los empresarios que se han sumado al proyecto así como compañías de la talla de Soriana, Santos, Unión Laguna, Campestre Torreón, Parque España, Ganadería Revuelta, Joper, Cinépolis, Grupo Simsa, entre muchas otras, que desinteresadamente y sin tener un niño autista, se han empapado del tema para ayudar a esta asociación civil.
Por último, invita a más personas a sumarse, sensibilizarse y apoyar en la difusión de los eventos de la fundación, añade que tener un hijo con autismo es una odisea que toma con responsabilidad, además sigue firme en la intención de sacar adelante a su hijo y demás niños de la asociación bajo los principios que se fundó: la inclusión y sensibilización por parte de la sociedad.
