Conferencista, productor creativo, publicista y creador del movimiento #Inquebrantable, Daniel Habif cuenta con una amplia trayectoria en la que ha ofrecido casi cien pláticas tan solo durante el 2017 y ha llegado a más de 110 mil personas en todo México. Comenzó a trabajar desde los seis años como actor y actualmente es considerado uno de los mejores y más jóvenes conferencistas empresariales.
“Mudé de la actuación a las conferencias a través de un proceso de mutación muy interesante. Al principio pensé que esto sería un hobbie pero terminó convirtiéndose en mi carrera. Como crucé diferentes aristas del mundo del entretenimiento como productor, actor, conductor, director y editor, pues todo ese bagaje me fue preparando para ese momento que a todos nos sucede: cuando tu propósito de vida se activa”.
Hace dos años fue una etapa compleja en la vida de Daniel; cruzó por diferentes problemas de salud y una serie de situaciones que lo llevaron no solo a replantearse su vida, sino a ser consciente de su fracaso. A partir de ahí buscó enfrentar por completo sus miedos y fue precisamente en este lapso cuando publicó el video que ha despertado a tantas personas, El fracaso no existe.
Esta situación fue crucial para Daniel, y se convirtió en la oportunidad de dedicarse a lo que más le apasiona. Por eso, a través de sus pláticas busca compartir tres elementos principales: el amor sin condición, el perdón radical y la unicidad.
“La idea general es entregar herramientas que ya están integradas en nuestro cableado desde fábrica, pero que dejamos guardadas en un cajón y muy pocas veces las sacamos porque nos acostumbramos a salir adelante con un solo talento. Entendemos que tenemos un talento y le dedicamos nuestra vida entera a eso, perdiendo la oportunidad de ser más universales y expandernos más allá de nuestras limitaciones”.
En su trayectoria cuenta con experiencias muy significativas, pues este tipo de trabajo le ha permitido estar en contacto con mucha gente, influenciarlos positivamente y convertirse en motivación para más de uno.
“De las cosas que más me ha impactado este trabajo son las personas que tienen en su mente acabar con su vida y tras escuchar mi conferencia cambian de opinión. No es por mí, yo solo soy un activador, una llama que les hizo volver a tener ganas de vivir. Creo que no hay propósito más grande que salvarle la vida a alguien”.
Para Daniel, el ofrecer una conferencia está lleno de detalles mágicos, desde el momento en el que está por salir a ver al público, hasta cuando se está despidiendo y puede ser testigo de cómo las actitudes y emociones de quienes lo escuchan están cambiando.
“El final de una conferencia me gusta, pero también me entristece. Últimamente he estado muy sensible, entonces cuando aplauden o gritan me quiebro. Pero el final también me gusta porque representa que voy a hacerlo de nuevo y cada conferencia es diferente porque aunque puede ser la misma información ya no soy la misma persona, entonces cambian muchas cosas”.
En octubre, Daniel compartirá su mensaje con los laguneros, buscando inspirarlos a través de su gira Inquebrantable, la cual surgió como un movimiento de empoderamiento mental, emocional y espiritual.
“No puedes definir la palabra inquebrantable. Si te sientes bien o te sientes mal, siempre toma un sentido positivo esta palabra. Cada quien la adopta como quiere y yo no busco ser la cara de Inquebrantable, sino que sea un concepto que dure y siga creciendo, porque eso es lo padre de un movimiento, que solo tú hayas sido la llama y todo detone de manera natural”.
