PLAYERS_OF_LIFE_LOGO_22
abril 24, 2024

,

Por primera vez, mujer cardenchera llega al escenario

Por

Caminan a paso lento, como quien no tiene prisa por llegar. Vivir en el campo ha instalado en sus vidas un cierto ritmo acompasado. Cuando empieza la charla, se sientan con el sombrero puesto, regresando la sonrisa que se les ofrece.

Los Cardencheros de Sapioriz, así los llaman, son tres hombres representantes de una tradición oral única en el mundo. En su memoria y voz sobrevive la historia, visión y el carácter de sus ancestros. Son portadores de mundos y tiempos que no pudimos vivir, pero cuyo atisbo nos llega a través de sus canciones, permitiéndonos viajar en el tiempo mientras los escuchamos.

Según el libro La Canción Cardenche. Tradición musical de la Laguna, cuyo compilador es Alfonso Flores Domene, “la Canción Cardenche es una expresión musical que pervive en la Comarca Lagunera. Tiene la particularidad de que se interpreta sin acompañamiento instrumental, realizándose exclusivamente con la voz. Se ejecuta a tres voces, con lo que se logra algo único en su género dentro de la música popular”.

Desde hace algunos meses la salud de uno de los cardencheros, Toño, le ha dificultado asistir a las presentaciones con el grupo. Por ello, Ofelia Elizalde, ha empezado a formar parte del trío para seguir dándole vida a esta tradición.

Ofelia Elizalde García tiene 66 años y es originaria de Sapioriz, Durango, donde siempre ha vivido. Tiene dos hijos: Beatriz Guadalupe, la mayor, y Ángel; además de seis nietos. Dice que desde niña era la consentida de sus papás. “Mi mamá era muy dura y mi papá bueno con todos”.

Recuerda que sus cuatro hermanas cantaban cardenche. Ofelia es hermana de don Fidel Elizalde, el cardenchero de la voz aguda. “Mi hermano dice que en aquel tiempo los señores eran delicados y sus mujeres no salían a la calle, mucho menos en la noche. En mi casa, mis papás siempre cantaron cardenche”.

De niña escuchaba cantar a sus padres y así fue como aprendió el canto. “Nos gustó la canción cardenche, en nuestra niñez éramos muy pobres, en aquel tiempo casi todos tenían un cuarto y una cocina donde vivían familias de 10, 12, ahí se dormían todos”.

Comenta que sus padres se despertaban muy temprano. “Cuando uno es grande con poquitas horas de sueño tiene, a la hora que ellos despertaban se ponían a cantar alpacito. Y todo el montón de chiquillos ahí estaban acostados, por eso se nos metió el canto de estarlo oyendo a diario”.

Ofelia y Fidel dicen que sus padres siempre estuvieron orgullosos de que sus hijos hicieran nochadas en la casa. “Todos mis hermanos sabían cantar, a veces yo cantaba con mi papá o hermanos; con Alicia, Trini, Raúl (que cantaba boleros), y mis papás sentaditos, viéndonos”.

Explica que, además del cardenche, también cantan otro tipo de canciones. “A mí me gusta mucho la música y sé tocar la guitarra. De niños, en tiempo de calor, nos tirábamos en el patio con una cobija, no había bardas, y mis papás nos decían cuál era el nombre de cada constelación de estrellas”.

“Viví una niñez, juventud y matrimonio felices. No terminé la primaria, nada más cursé cuarto año. En aquel tiempo no daban aquí [en Sapioriz] quinto ni sexto, iban a La Loma, pero cuando yo era niña padecía hemorragias de la nariz, entonces a cada rato me sacaban de la escuela, por eso ya no quisieron pasarme a La Loma”.

Ofelia dice que en su juventud no cantaba cardenche. En aquellos años le gustaba ir a los bailes. “Cada 8 días había bailes con sonido en las calles. A los 18 años aprendí corte y confección para hacer costuras. Duré muchos años trabajando de eso, mi suegro me compró una máquina de coser. Tiene años que ya no hago costura, me fastidié mucho”.

“Nosotros aprendimos porque escuchamos a nuestros papás pero nuestros hijos no nos escucharon a nosotros, porque no cantamos cardenche en la casa, por eso ellos no se inclinaron por eso. Mi hijo se inclinó por el canto porque mi hermano Fidel lo arrastró, lo llevaba a ensayar”.

Durante varios años Ofelia representó el papel de Gila en la pastorela de la iglesia. “Desde hace mucho mi hermano Fidel me decía: ‘mira, aprende cardenche, porque desde hace mucho ya no nos completamos’. Todavía vivía mi mamá, pero ya estaba malita y yo me sentaba ahí en un lado, arriba de la cama, y le decía: cánteme fulana canción, y ella la cantaba así malita, yo me ponía cerca para escucharla”.

“Así fue como yo aprendí, de con ella. La última canción que mi mamá les enseñó a ellos, porque ella les enseñó muchas, fue de ‘La redonda luna’, ella ya no se levantaba ni nada, ahí acostadita, yo ahí pegadita a ella, la escuchaba cantar para aprendérmelas”.

Hace menos de seis meses que su madre falleció. “El canto de mi mamá era la canción cardenche natural, a veces ella escuchaba a Fidel, Lupe y Toño y les decía: ‘esa canción no se canta así’, porque ellos le ponían un tinte diferente al original, pero mis papás las cantaban realmente como eran”.

El esposo de Ofelia es músico norteño, toca acordeón. “A veces quiere sacar alguna canción y yo le ayudo con la guitarra”.

Ofelia cantó por primera vez en público con el grupo el 23 de marzo de 2019 durante la celebración de la primera ruta cardenche organizada por la asociación civil del Recinto al Canto Cardenche. Su segunda participación fue el 4 de mayo, durante la segunda edición de este evento.

Ruta Cardenche
Facebook Recinto al Canto Cardenche| Instragram rutacardenche|Mail cantocardenche@gmail.com

+DESTACADO