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abril 19, 2024

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10 escenas del cine improvisadas

Porque la improvisación es uno de los mejores métodos para dar más vida a un personaje

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La improvisación en el cine es uno de los mejores métodos que tiene un actor para darle más vida e identidad a un personaje, ya que ésta sale del alma, espontáneo, no es nada planeado, ni calculado, por lo mismo se vuelve algo único e irrepetible. Hay directores que dan margen a sus actores para improvisar lo más que puedan, pues saben que de ahí pueden salir las mejores escenas de su película.

   Aunque no lo crean, muchas de las mejores escenas de algunas cintas fueron improvisadas, gracias al talento de sus artífices o algunas veces por accidentes que terminan siendo fortuitos. Probablemente en la comedia es más fácil hacer esto, ya que los cómicos son los más acostumbrados a realizar rutinas de stand up o monólogos; para muestra están Eddie Murphy quien suele improvisar mucho, o Jim Carrey que por ejemplo en la original Una Pareja de Idiotas (Hermanos Farrelly, 1994) junto a Jeff Daniels improvisaron el sonido más irritante del mundo, o Bill Murray que en Tootsie (Sydney Pollack, 1982) se aventó todo un monologo que no estaba en el guión en una escena en la que está en una reunión de actores.

   Pero no solo en la comedia se improvisa, solo chequen este Top 10 para que vean las bondades de la improvisación en el cine, algunos de estos ejemplos son increíbles.

 

En este caso jugó mucho el accidente, pues gracias a que Harrison Ford se encontraba intoxicado, éste decidió improvisar la escena en la que le dispara a un maloso que porta una gran espada, en lo que parecía ser el preámbulo para un buen duelo de espadas, como estaba escrito en el guión. Ford lo hizo para terminar rápido su secuencia debido al malestar que lo aquejaba, y lo logró, además de que colocó una de las mejores escenas dentro de su saga.

Cuenta la leyenda que esta escena se repitió muchas veces, como ya era costumbre en Stanley Kubrick. Al final, el director decidió darle a Malcolm McDowell la libertad de improvisar y hacer lo que quisiera, para ver si de ahí salía algo que lo dejara satisfecho, fue entonces cuando McDowell comenzó a cantar Cantando Bajo la Lluvia mientras él y sus drugos violaban y atormentaban a una pareja. Lo demás es historia.

 

En un principio Woody Allen no escribió en el guión de Annie Hall que su personaje oliera la coca en esta escena, pero al momento de filmarla pensó que sería un detalle gracioso, por lo que lo hizo. Para su suerte, y la de todos los espectadores, estornudó en ese mismo instante, haciendo de esta escena algo más gracioso y que perduró en la memoria de sus fans.

En el guión original solo venía que Mr. Blonde le cortaría la oreja al oficial de policía secuestrado. Pero en sus indicaciones, Quentin Tarantino le dijo a Michael Madsen que improvisara e hiciera lo que le pareciera mejor de acuerdo a la psicología de su personaje, y no pudo ser una mejor elección, ya que es precisamente en esa escena en la que se resume totalmente el humor negro de la cinta y queda marcado el personaje de Madsen.

 

Ésta es, probablemente, una de las mejores películas románticas de la historia y está catalogada como una de las mejores del cine estadounidense. Uno de los responsables de todo esto es su actor principal, Humphrey Bogart, quien improvisó en bastantes escenas, siendo algunas de éstas de las partes más icónicas del filme. Por ejemplo, al final cuando se despide de Ingrid Bergman, Bogart le dice: “Here’s looking at you Kid”, esto no estaba en el guión y fue un chiste local entre los dos actores, ya que en los descansos Humphrey enseñaba a jugar poker a Ingrid, y así le llamaba. Por último, otra de las frases más memorables es la de: “Louis, I think this is the beginning of a beautiful friendship”, se dice que los productores no sabían con qué frase cerrar la historia, fue cuando Bogart sugirió esta línea que a la fecha es una de las más recordadas de la historia del cine.

 

En la famosa escena en la que rompe la puerta con el hacha, Jack Nicholson improvisó esa frase, parafraseando Tonight Show que comenzaba así refiriéndose a Johnny Carson. Kubrick quedó encantado con ese toque y se quedó en el corte final; recordemos que esa es una de las escenas que más se repitieron durante la filmación.

 

Una de las leyendas más conocidas alrededor de esta obra maestra es que muchas de sus escenas fueron improvisadas, es muy bien sabido que a Coppola le gustaba darles esta facilidad a sus actores, y también es muy bien sabido que a Marlon Brando le encantaba hacerlo. En este caso, fue así casi en su totalidad: de entrada el aspecto físico de Don Vito Corleone fue creado por el actor; y en cuanto a escenas, la de la cáscara de naranja con su nieto, el regaño a Johnny Fontaine y la presencia del gato en su regazo son solo algunas de las más significativas aportaciones del actor a la cinta.

 

La mejor actuación de Joe Pesci en su carrera se dio en esta magna obra de Martin Scorsese, su personaje de Tommy DeVito es ya todo un clásico en lo que a cine de mafiosos se refiere. Pesci improvisó casi por completo los diálogos en la escena en la que cuenta una anécdota graciosa y Ray Liotta se ríe a carcajada suelta, haciendo que éste último se pusiera nervioso cuando el personaje de Joe Pesci comienza a recriminarle que no se burle de él, y que no lo vea como a un payaso. La verdad es que ante semejante personaje psicópata, cualquiera se hubiera puesto nervioso.

 

Como ya se constataba en El Padrino, a Coppola le gustaba que sus actores improvisaran, y a Brando le gustaba, pudiera o no pudiera hacerlo. Pues bien, en su corta participación en este clásico improvisó toda su escena, a excepción del diálogo en el que declama: “El horror, el horror”. Todo lo demás se lo sacó de la manga, pasándose el guión por el arco del triunfo; la verdad es que yo, en lo personal, se lo agradezco, ya que esa actuación es escalofriante y perfecta.

En el guión de este otro clásico indiscutible solo decía: “Travis habla consigo mismo frente al espejo”. Fue Robert De Niro quien se inspiró y se aventó el intimidante monólogo que hoy todos conocemos. Su director, Martin Scorsese, no pudo más que pararse a aplaudir mientras gritó “¡Corte!”. Él sabia en ese momento que esa interpretación y esa escena de De Niro pasaría a la historia.

Existen otras grandes escenas improvisadas, como bonus podríamos nombrar la de The Warriors (Walter Hill, 1979) en la que David Patrick Kelly suena unas botellas y les grita: “Warriors, come out to play”, esta frase fue improvisada. O la que Rutger Hauer improvisó en Blade Runner (Ridley Scott, 1982) cuando dice: “Todos esos momentos se perderán en el tiempo…Como lagrimas en la lluvia”. Y por último, todos los insultos que dice R. Lee Ermey en Cara de Guerra (Stanley Kubrick, 1987), ya que todos fueron improvisados por el que, en aquel entonces, solo era un instructor del ejército y no un actor.

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